Depreciación del bolívar hunde el salario mínimo a dos dólares
La depreciación de la moneda venezolana frente a otras divisas ha hundido el salario mínimo del país (177.507 bolívares) -percibido por la mayoría de los trabajadores y todos los pensionistas- a solo dos dólares mensuales, según la tasa de cambio que arroja hoy el mercado no oficial de divisas.
Aunque el Gobierno de Nicolás Maduro prohibió el acceso en el país al portal que informa el tipo de cambio, la mayoría de los venezolanos consulta con frecuencia la cuenta en Twitter de la página para revisar el diferencial cambiario que en las últimas semanas ha cambiado varias veces por día, casi siempre en detrimento del bolívar.
La tasa paralela de este martes equivale al 50% del salario mínimo del país, pero supera más de 8.000 veces el valor de la tasa oficial de cambio más baja (10 bolívares) y al menos 25 veces el de la tasa referencial del sistema de subastas (3.345 bolívares), que el chavismo implementó este año pero que cesó hace varias semanas.
El Gobierno, que tiene el monopolio de venta de divisas desde el año 2003, durante los últimos meses ha recortado en gran medida la asignación de monedas extranjeras debido a la profundización de la crisis económica y la caída en los precios del petróleo, su principal fuente de financiación.
Maduro ha asegurado que la llamada revolución bolivariana se enfrenta a una «guerra económica» y más recientemente a una «guerra de precios», que no paran de subir en los mercados formales y ambulantes, especialmente este mes en el que la economía entró en una espiral hiperinflacionaria.
El Parlamento venezolano, de contundente mayoría opositora, informó la primera semana de noviembre que la inflación acumulada hasta octubre de este año se situó en 825,7%, un índice que ofrece la Cámara en ausencia de los datos del Banco Central de Venezuela (BCV).
Como respuesta a esta «guerra» el chavismo ha endurecido las fiscalizaciones a los mercados populares y la plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente, conformada solo por oficialistas, aprobó una ley de precios acordados para tratar de armonizar la relación entre el Gobierno y los distribuidores.
Entretanto, Maduro anunció el primer día del mes la incorporación del billete de 100.000 bolívares que empezó a circular al otro día cuando el dólar se cotizaba casi a la mitad de su valor en el mercado paralelo, que rige la mayoría de las actividades comerciales debido a la sequía en la divisas asignadas por el Estado.
Al euro le tomó 26 días alcanzar al poderoso billete venezolano, pues desde ayer se cotiza por encima de los cien mil bolívares.
El diputado opositor José Guerra, presidente de la Comisión de Finanzas del Parlamento, ha indicado que el ente emisor ha aumentado la base monetaria este año más de 1.000%, respecto a 2016.
Aseguró que este «dinero de la nada» es creado por el Banco Central para «financiar el déficit del Gobierno y de la quebrada (estatal Petróleos de Venezuela) PDVSA», y denunció que con estas prácticas se está «potenciando» la depreciación del bolívar y la hiperinflación en la nación petrolera.
Según estimaciones difundidas hoy por la Cámara, la inflación cerrará el año por encima de 2.000%.
Con todo, Maduro ordenó este mes refinanciar y reestructurar «todos los pagos externos» del país. Sin embargo, algunas entidades financieras han declarado en suspensión de pagos a la llamada revolución bolivariana.
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