La derecha española y su adalid Isabel Díaz Ayuso triunfaron en las elecciones regionales de Madrid, un fiasco para el Partido Socialista del presidente Pedro Sánchez y también para su aliado Podemos, cuyo líder Pablo Iglesias anunció su retirada de la política.
Isabel Díaz Ayuso, presidenta regional y candidata por el Partido Popular (PP), duplicó su resultado de los últimos comicios de 2019, y obtuvo 65 de los 136 escaños de la cámara madrileña, según resultados prácticamente definitivos.
«Hoy empieza un nuevo capítulo en la historia de España», proclamó una emocionada Díaz Ayuso desde el balcón de la sede del PP, ante cientos de seguidores exultantes.
«Hoy desde Madrid, desde el kilómetro 0, vamos a recuperar el orgullo (…) la convivencia, la unidad y la libertad que necesita España», añadió la política madrileña, afirmando que el gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez «tiene los días contados».
El resultado es un revés muy duro para Sánchez, que se implicó personalmente en la campaña, y se cobró de momento una víctima directa: el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que anunció su retirada de la política tras la derrota de la izquierda.
«Cuando uno deja de ser útil, tiene que saber retirarse», dijo Iglesias, quien ya en marzo dejó una de las vicepresidencias del gobierno de coalición de Sánchez para competir en Madrid.
En su discurso para reconocer la derrota en Madrid, Iglesias afirmó que «es evidente que a día de hoy (…) no contribuyo a sumar», por lo que anunció que abandona todos sus «cargos» y «la política entendida como política de partido».
Consciente de ser «el chivo expiatorio» que movilizó en su contra el voto de la derecha y la extrema derecha, «cuando uno deja de ser útil, tiene que saber retirarse», concedió Iglesias, quien cedió las riendas de la formación a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Su inesperado anuncio supone el fin de un importante capítulo en la política española. Y es que Iglesias fue uno de sus principales personajes desde que en 2014 cofundó Podemos, el partido que supo entonces catalizar el clamor de los Indignados, en una España adolorida por las políticas de austeridad.
– Resultado decepcionante para el socialismo –
A falta de la mayoría absoluta, fijada en 69 escaños, el PP necesitará eso sí el apoyo de la extrema derecha de Vox (13 diputados). Su líder regional, Rocío Monasterio, anunció que facilitará la investidura de Díaz Ayuso, como hizo hace dos años.
A su vez, el Partido Socialista cosechó el peor resultado de su historia en la región, con 24 escaños, bajo el mando de su candidato Ángel Gabilondo.
Podemos obtuvo 10 diputados, y el otro titular de la noche fue que su escisión Más Madrid superó en votos a los socialistas, aunque empató con estos en escaños.
Ciudadanos, un partido de centro-derecha liberal que cogobernó con el PP en la anterior legislatura en Madrid y llegó a ser el tercer partido de España en 2019, desaparece del parlamento regional.
La participación, pese a la pandemia y en medio de numerosas medidas higiénicas, fue muy elevada y superó el 76%.
– Los bares como argumento –
Las de este martes fueron las primeras elecciones en Madrid desde el estallido de la pandemia en marzo de 2020, especialmente virulenta en la capital, que tuvo que improvisar hospitales de campaña y una morgue en una pista de patinaje sobre hielo.
Todavía ahora, con 15.000 decesos de un total de 78.000 en el país, la región capitalina registra una de las peores incidencias por covid-19, con un 44% de sus camas de cuidados intensivos ocupadas con pacientes de esta enfermedad.
Sin embargo, los conservadores, que gobiernan Madrid desde hace 26 años, capitalizaron la arriesgada política de medidas laxas promovida desde hace casi un año por Díaz Ayuso, que se tradujo en la apertura continuada de bares, restaurantes y salas de espectáculos.
Esta resistencia a las presiones del gobierno central y la oposición para que endureciera restricciones le valió amplias simpatías, especialmente en la restauración que bautizó cervezas o pizzas en su honor.
«Ayuso se merece que la quieran por lo que ha hecho, abrir los bares y dar trabajo», aseguró José Luis Cordón, funcionario de 63 años que votó por ella.
El resultado de estos comicios anticipados sólo tiene una validez de dos años, ya que los madrileños deberán votar de nuevo en 2023, cuando a más tardar se celebrarán elecciones legislativas nacionales.
Para el PP, la campaña a nivel nacional está lanzada.
«Hoy vivimos un punto de inflexión en la política nacional», declaró el presidente de los ‘populares’, Pablo Casado.
– Eslóganes y amenazas –
La campaña se desarrolló dentro de una estricta lógica de bloques, con los partidos de la derecha (PP, Vox y Ciudadanos) a cara de perro frente al tridente de izquierdas (PSOE, Podemos, y Más Madrid).
Los debates sobre problemas concretos como la gestión de la pandemia, la carestía de la vivienda o la inversión en servicios públicos se hicieron oír poco.
Y en un clima de eslóganes lanzados entre bloques a modo de invectivas («comunismo o libertad», «fascismo o democracia»), sacudieron la campaña las amenazas dirigidas a varios líderes políticos, entre ellos Díaz Ayuso y Pablo Iglesias, en forma de sobres con balas dentro.