Deuda italiana aleja a los inversores extranjeros
La economía italiana se ha visto afectada por una abultada deuda que no mengua y la desconfianza se ha apoderado de los inversores extranjeros, quienes dejaron al Gobierno de Italia contabilizando la retirada récord de casi €40 mil millones en bonos de su país.
Según datos del Banco Central Europeo (BCE), se trata del mayor montante desde 2008. Esto, antes de que la crisis de las hipotecas subprime llevara a la quiebra a a Lehman Brothers e hiciera implosionar a las finanzas mundiales.
Aunado a esta situación, Moody’s rebaja sus expectativas, el presidente de EEUU, Donald Trump, se ofrece como salvador para que el gobierno italiano pueda financiar su deuda pública el próximo año. Además, desde el BCE, Mario Draghi prevé retirar, en breve, el balón de oxígeno de la compra de bonos. A todo lo anterior también se suma las tensiones económicas de Turquía, factores que dejan en claro a la banca italiana que les puede costar muy caro tratar de rescatar la deuda del país.
A los inversores extranjeros no les ha gustado nada los planes del Ejecutivo italiano de elevar el gasto público y aliviar el déficit y retiraron la cifra record de 38.273 millones de euros en bonos del gobierno italiano en el mes de junio. Un 13% más recorte que el mes anterior, tal y como confirmó el Banco de Italia la semana pasada, reseña el portal Estrategias de Inversión.
De igual manera, recuerda que cuando se desarrolló una tendencia similar durante la crisis de la zona euro, los bancos locales respondieron atiborrándose de bonos de alto rendimiento que reforzaron sus ingresos en los próximos años. El ritmo anual de aumento en sus tenencias de bonos nacionales se elevó al 20% frente a 1% de promedio del periodo 2004-2007.
El analista de Goldman Sachs, Matteo Crimella, aseguró que «Cualquier renuencia de los bancos nacionales a cumplir ese rol podría llevar a un déficit en la demanda, especialmente si el gobierno persigue una expansión fiscal voluminosa».
Los bancos italianos han incrementado las compras frente a la reciente venta masiva y sus tenencias alcanzaron el máximo anual de 370 mil millones de euros en junio, frente a los 342 mil de abril.
Por su parte, los analistas de Bank of America Merrill Lynch estiman que los bancos italianos tienen espacio para comprar otros 44 mil millones de euros, antes de que los bonos del gobierno italiano en su balance lleguen al máximo de 2015, 11% de los activos totales.
Sin embargo, cualquier compra aumenta los riesgos para los balances bancarios, donde el daño por la caída de los precios de los bonos de Italia ya es evidente.
«La situación en Italia recoge el miedo por el cambio de Gobierno pero también el impacto por la crisis de los emergentes», afirma Juan Gómez Bada, director de inversiones de Avantage Capital. Asimismo, explica que la mayor sensibilidad de Italia a la crisis de Turquía o Brasil responde a ser el miembro de los otrora llamados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) con más por hacer en deuda pública.
-Impacto en la banca italiana-
En los últimos años, los bancos italianos han fortalecido su capital y están muy por encima de límites marcados por la regulación europea, pero los inversores siempre desconfían de la disminución de los niveles de capital, indica Estrategias de Inversión.
UniCredit e Intesa San Paolo perdieron cerca de 30% de su capital principal por culpa de la venta masiva, aunque Intesa pudo compensar el impacto mediante la emisión de nuevos títulos para recompensar a los empleados y mediante la conversión de los mismos.
La casa Jefferies calcula una erosión adicional del capital de 0,15 a 0,20 puntos porcentuales en los dos principales bancos de Italia este trimestre, sobre la base de los niveles actuales de rendimiento de los bonos.
En consecuencia, el BCE, que supervisa directamente a los bancos italianos más grandes desde noviembre de 2014, ha hecho que recortar los préstamos morosos sea una prioridad y los bancos necesitan preservar su capital para poder capear el impacto de las ventas a pérdida.
En los próximos meses podría ponerse a prueba la voluntad de los bancos nacionales de absorber los bonos italianos, mientras que los veredictos de las agencias de calificación se ciernen sobre la deuda de Roma y la intensificación de las tensiones sobre el presupuesto de 2019 podría poner nerviosos a los compradores extranjeros.
En los bonos a diez años la rentabilidad exigida alcanzó a finales del mes de mayo 3,388%, relajándose ligeramente un poco por encima del 3% actual, lo que supone un diferencial respecto al ‘bund’ de unos 270 puntos básicos, frente a unos 150 puntos básicos al finalizar el año pasado.
En ese sentido, los analistas de Bank of America advierten que la prima de riesgo podría ampliarse hasta 4 puntos porcentuales, o reducirse a 1,7 puntos, antes de fin de año, dependiendo de los próximos movimientos del Gobierno.
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