El gobierno de Ecuador anunció este lunes 6 de julio que logró un acuerdo de principio con acreedores para renegociar las condiciones de pago de casi 17.400 millones de dólares en bonos con vencimientos hasta 2030.
«Logramos un acuerdo con el grupo más importante de tenedores de bonos que permitirá reducir la deuda en $1.500 millones» de dólares de capital, celebró el presidente Lenín Moreno por Twitter.
La renegociación también posibilitará «bajar el interés de 9,3 a 5,2% (anual), ampliar el plazo por 10 años más y 5 años de gracia para pago de capital. ¡Con esto liberaremos más de $16.000 millones (de dólares), en los próximos 10 años!», añadió.
«Hemos logrado que los acreedores nos esperen hasta recuperarnos» de la crisis económica, manifestó a su vez el ministro de Economía, Richard Martínez, en rueda de prensa virtual.
Explicó que Ecuador, en crisis económica agravada por la pandemia de coronavirus, consiguió reorganizar en tres grupos la deuda en bonos con vencimientos anuales entre 2022 y 2030, que suman 17.375 millones de dólares, sin que de por medio haya instrumentos de pago atados al petróleo ni a las exportaciones de otros productos.
El ministro señaló que los «nuevos» bonos ecuatorianos, por alrededor de 15.900 millones de dólares con la baja por la renegociación, deberán ser pagados en 2030 (unos 3.800 millones), 2035 (8.600 millones) y 2040 (3.500 millones).
«De aquí hasta el 2025 no pagaremos cerca de 11.000 millones de dólares (…) y hasta el año 2030 aliviaremos este flujo en cerca de 16.000 millones de dólares. Este pago se posterga», explicó Martínez, apuntando: «Duplicaremos el plazo de la deuda existente, pasando de 6,1 años en promedio a 12,7 años» al extender vencimientos de hasta 2040.
«Este es un primer paso positivo con el grupo más grande de acreedores. Confiamos en que este avance será respaldado por los demás tenedores de deuda para cerrar la negociación en función de los procedimientos correspondientes», resumió el jerarca.
– Acceso a más financiamiento –
El Fondo Monetario Internacional (FMI) volvió a respaldar al gobierno ecuatoriano.
«Si bien estas negociaciones son un asunto entre Ecuador y sus acreedores, esperamos que todas las partes involucradas continúen trabajando para finalizar un acuerdo, que, junto con otros esfuerzos, es fundamental para ayudar a poner la deuda pública en un camino sostenible», manifestó el vocero del organismo, Gerry Rice, a través de Twitter.
Agregó que el acuerdo de principio entre Quito y un gran grupo de acreedores «sugiere que este proceso avanza de manera oportuna y constructiva».
El ministro de Economía señaló que su país podrá «reducir el servicio de la deuda para liberar recursos líquidos para la reactivación económica y programas sociales, enfocados en los más pobres».
Detalló que la renegociación involucra a la mitad de tenedores de bonos globales emitidos por Ecuador, que con ese mecanismo además podrá «mantener y mejorar condiciones de acceso a financiamiento externo para el Estado y el sector privado».
Los efectos de la covid-19, de la que el país fue uno de los primeros focos en Latinoamérica, profundizó la crisis de Ecuador, cuya economía depende de la exportación de petróleo, su principal producto tradicional de venta, con precios en caída.
En medio de la pandemia, Moreno reportó que su nación estaba endeuda en unos 65.000 millones de dólares frente a un PIB de unos 110.000 millones.
Varios organismos multilaterales aparecieron en 2019 como salvavidas de Ecuador al ofrecerle créditos por casi 10.300 millones de dólares a ser desembolsados en tres años. El FMI es el mayor aportante con 4.200 millones.
En abril, Quito anunció que parte de sus acreedores aceptaron extender hasta agosto el plazo para el pago de 811 millones de dólares de intereses de deuda como resultado de gestiones ante las emergencias sanitaria, económica y social por el coronavirus.
El gobierno de Moreno ha enfrentado abultados déficits presupuestarios, por lo que ha recurrido en varias ocasiones a la colocación de bonos, sobrepasando los 10.000 millones de dólares.
Durante la gestión de su predecesor y exaliado Rafael Correa (2007-2017), Ecuador declaró default en 2008 y recompró en 2009 lo que entonces representaba un tercio de su deuda en bonos Global 2012 y 2030 (por 2.900 millones de dólares) con descuentos de 65% a 70%.