Estados Unidos apoya una solución negociada a la crisis en Venezuela que aborde las condiciones necesarias para unas elecciones libres, pero considera que corresponde al pueblo de ese país decidir si el nuevo Consejo Nacional Electoral contribuye a ese objetivo, indicó una alta funcionaria.
«Estados Unidos apoya una solución integral y negociada a la crisis en Venezuela que aborde todos los aspectos de las condiciones necesarias para unas elecciones libres y justas», indicó Julie Chung, titular interina de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.
La alta funcionaria indicó que «depende de los venezolanos decidir si el nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) contribuye a este fin».
El martes el Parlamento chavista de Venezuela nombró a una nueva directiva electoral compuesta por cinco miembros, dos de ellos figuras ligadas a la disidencia, pero actualmente distanciadas del líder de la oposición, Juan Guaidó.
Chung dijo que Estados Unidos sigue presionando por «cambios fundamentales» para que haya elecciones libres y justas en Venezuela, lo que incluye «levantar prohibiciones a partidos políticos, liberar sin condiciones a presos políticos, invitar a observadores electorales internacionales creíbles y un calendario electoral público».
Estados Unidos no reconoce al segundo mandato de Nicolás Maduro, al igual que gran parte de la comunidad internacional, por las irregularidades en las elecciones de 2018.
La Asamblea Nacional venezolana nombró a Alexis Corredor Pérez, Tania D’Amelio, Enrique Márquez, Pedro Calzadilla y Roberto Picón para conformar el nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) para el período 2021-2028.
De estos cinco miembros, tres están vinculados al chavismo y dos -Márquez y Picón- son opositores ahora distanciados del sector que encabeza Guaidó.
Henrique Capriles, dos veces candidato presidencial que enfrentó a Chávez y a Maduro, estimó la designación como «un primer paso indispensable para abrir caminos en la reconstrucción constitucional y democrática» del país, pero Guaidó rechazó el nombramiento.
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, condenó la designación, pero el gobierno de España consideró que es «un primer paso».