Estados Unidos ve que las condiciones para las elecciones legislativas de diciembre en Venezuela son «mucho peores» que las de las presidenciales de 2018, cuando la reelección de Nicolás Maduro fue considerada un fraude por decenas de países, dijo el martes un alto funcionario.
El enviado del gobierno de Donald Trump para la crisis venezolana, Elliot Abrams, afirmó que los próximos comicios en Venezuela ya están «manipulados».
El Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano convocó para el 6 de diciembre la votación para elegir a los miembros de la unicameral Asamblea Nacional para el periodo 2021-2026.
Pero los principales grupos opositores venezolanos ya anunciaron un boicot dado que desconocen el CNE nombrado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista. Designar a esas autoridades corresponde por ley al Legislativo, actualmente encabezado por el líder opositor Juan Guaidó. El TSJ también suspendió las directivas de dos partidos opositores para reemplazarlas por cúpulas señaladas de ser afines a Maduro.
«Esta es otra demostración más de que con Maduro todavía en el poder, y en posición de manipular las elecciones y su resultado, no puede haber elecciones libres y justas en Venezuela», afirmó Abrams en rueda de prensa telefónica.
«Las condiciones para elecciones libres y justas son en realidad mucho peores hoy que en mayo de 2018, cuando Maduro celebró elecciones presidenciales que democracias de todo el mundo dijeron que eran fraudulentas», aseguró.
Desde enero de 2019, cuando Maduro asumió su segundo mandato, Washington ha aumentado la presión sobre Caracas, apoyando los esfuerzos para «restaurar la democracia» encabezados por Guaidó, elegido en 2015 y a quien Estados Unidos y unos 60 países reconocen como única autoridad legítima en Venezuela.
«La política en general es impedir que el régimen tenga ingresos y continuar presionando contra las formas en que opera, particularmente en el sector petrolero y el sector del oro», dijo Abrams. «No tengo ninguna duda de que esto continuará y se impondrán más presiones a través de sanciones y también de actividades diplomáticas».
El gobierno de Trump impone regularmente medidas punitivas contra Maduro y su entorno, pero el gobernante se ha mantenido en el poder con apoyo de Rusia y China, sus principales acreedores, y últimamente, de Irán.
Consultado sobre la reciente visita a Caracas de una delegación de Noruega, casi un año después del final de un intento de Oslo de mediar entre el gobierno de Maduro y la oposición venezolana, Abrams dijo estar en contacto con los diplomáticos del país europeo, pero se mostró escéptico sobre la posibilidad de negociar «seriamente» una transición hacia la democracia.
«No puedo decir que sea particularmente optimista sobre este viaje porque parece que el régimen ha decidido que continuará con esta farsa de elección», dijo Abrams.
«Pero siempre es alentador ver a los noruegos permanecer activos y comprometidos. Y si llegamos al punto de tener una negociación en el próximo mes o el próximo año, creo que es perfectamente razonable que Noruega sea clave para eso», añadió.