EEUU golpea a Rosneft para noquear a Pdvsa: ¿Chevron y Repsol están en la mira?
Luego que el gobierno de Estados Unidos sancionó a Rosneft Trading, como parte de un esfuerzo por incrementar la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro, se generan incertidumbres sobre los negocios de otras socias de Pdvsa en empresas mixtas, como la estadounidense Chevron y la española Repsol, que tiene actividad en territorio estadounidense.
Fuentes de la industria petrolera indican a Banca y Negocios que el escenario que se maneja en la gerencia de Pdvsa es que la licencia que mantiene las operaciones de Chevron en el país, vigente hasta el 22 de abril, no sería renovada, por lo que se está preparando un plan de contigencia para mantener activo el mejorador de Petropiar en la Faja Petrolera del Orinoco, donde existe una producción estimada de entre 120.000 y 130.000 barriles día de petróleo mejorado o sintético.
– El futuro de Chevron –
En algún momento surgió la hipótesis, no confirmada por ninguna declaración específica u oficial, de que el gobierno de Nicolás Maduro podría tomar medidas contra Chevron, el único operador petrolero estadounidense que queda en Venezuela, en respuesta a unas sanciones contra Rosneft, que controla la comercialización de entre 60% y 70% del crudo que sale del país y, además, es responsable por la importación de al menos 120.000 barriles diarios de combustibles, indispensables para satisfacer a un muy deficitario mercado interno, que solo es capaz de suplir con producción propia 30.000 b/d.
Sin embargo, esa situación parece improbable, por lo que la salida de Chevron y de las empresas de servicios petroleros que siguen activas en el mercado local, Halliburton, Schlumberger Limited, Baker Hughes -filial de GE- y Weatherford International, depende casi exclusivamente de la decisión que tome el gobierno de Donald Trump que, a la vista de los hechos, se comprometió con el presidente de la Asamblea Nacional y mandatario interino reconocido por 50 países, Juan Guaidó, a elevar la presión contra el que considera un gobierno «ilegítimo» en Venezuela.
La estrategia es clara: cortar todas las posibles vías de escape para que Venezuela consiga fondos en el exterior, lo cual genera una polémica en el país que va creciendo, por los costos sociales que esa línea de acción significa en un contexto de emergencia humanitaria compleja. El economista y especialista en el negocio petrolero, Luis Oliveros, asume que las sanciones han afectado directamente la producción de 500.000 barriles por día.
En esa línea se inscriben también las sanciones contra la flota de Conviasa, ya que el Departamento del Tesoro sospecha que esas aeronaves serían utilizadas para sacar oro del país.
«Sin duda, las sanciones contra Rosneft deben significar un golpe muy duro no solo contra Pdvsa, sino contra la capacidad de generar recursos para sostener unas ya precarias finanzas del país; sin embargo, el alcance real lo vamos a saber en las próximas semanas. La clave parta mi es cómo se van a comportar los clientes de Rosneft. ¿Van a dejar de comprar ese petróleo?», indica Oliveros.
Además, el economista señala que para el gobierno de Nicolás Maduro asumir una posición no pragmática sobre la permanencia de sus otros socios, especialmente Chevron, sería «como darse un tiro en el pie».
«La empresa mixta (Petropiar) está produciendo entre 120.000 y 130.000 barriles diarios y el mejorador lo acaban de prender. Creo que si Maduro va en contra de Chevron, cometería un gravísimo error, porque es prácticamente el único volumen de crudo que se puede vender sin problemas, ya que la comercialización depende de su socio estadounidense. Creo que el pragmatismo llevará al gobierno a mantener la relación con Chevron», explica.
En Estados Unidos existe un fuerte trabajo de «lobby» para evitar que la administración Trump saque a Chevron de Venezuela, con el argumento de que eso significaría dejar en manos de empresas rusas y, eventualmente, chinas, las mayores reservas de crudo del mundo. El partido demócrata, que respalda institucionalmente la estrategia de presión contra Maduro, podría sacar algún rédito electoral de una decisión como esa.
Sin embargo, el peso de la operación de Chevron en Venezuela equivale a solo 1% de su producción global, por lo que el impacto directo sobre el negocio de una suspensión de la licencia sería mínimo.
– Apertura, no privatización –
Las sanciones contra Rosneft Trading, el único aliado firme que tiene Pdvsa, ya que el gobierno de China ha decidido mantener una actitud mucho más cauta, llegan en un momento cuando Pdvsa está buscando hacer concesiones que aseguren que sus socias privadas y otras nuevas compañías hagan mayores inversiones para incrementar la producción a un nivel cercano a 1.200.000 barriles diarios.
En este sentido, la gerencia de Pdvsa ha ofrecido ceder elementos claves de la gobernabilidad de las empresas mixtas, no cambiar su composición accionaria -al menos, por ahora-, con la intención de que el negocio resulte más atractivo. Hasta ahora, la respuesta se limita a mantener las operaciones tal cual están.
En consecuencia, el gobierno de Estados Unidos ha desarrollado una estrategia de «advertencia» a socios importantes, como la española Repsol y la italiana Eni, que, entre otros activos, manejan el estratégico Proyecto Perla, un yacimiento de gas que tiene una capacidad de producción estimada de 1.200 millones de pies cúbicos del combustible.
De hecho, una nota de la agencia EFE, que cita declaraciones del Elliott Abrams, encargado del Departamento de Estado de Estados Unidos para Venezuela, señala que no se descarta que las actividades de la española Repsol en el país tengan que cambiar, e informó que el tema gobierno de Maduro se está discutiendo con la alta gerencia de la empresa.
«Tendremos conversaciones, sin duda, más conversaciones con responsables españoles y con Repsol, y esperaríamos, conforme avanzamos, que algunas actividades de Repsol tengan que cambiar, y eso sería también cierto para otras compañías petroleras extranjeras en Venezuela», dijo Abrams..
Abrams subrayó que «Repsol siempre ha cumplido las leyes de Estados Unidos y las sanciones de Estados Unidos en todas sus actividades»: «Y en nuestras conversaciones previas con representantes de Repsol -gente de Repsol, abogados- siempre ha dicho ‘somos una compañía global que cumple con las leyes en todas partes».
La nota de EFE señala que Repsol ha reducido gradualmente su exposición patrimonial en Venezuela, que al cierre del tercer trimestre de 2019 ascendía a 351 millones de euros, un 23% menos que al acabar 2018; y recibe crudo venezolano en pago de las deudas acumuladas, lo que le permite no infringir las sanciones estadounidenses a la petrolera venezolana Pdvsa.
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