Efecto indexación cambiaria generó aumento de 35% de la cartera de créditos en julio
La cartera de créditos de la banca aumentó 35% en julio en comparación con el mes anterior, una situación que se explica más por el efecto de la variación mensual del tipo de cambio en el saldo del capital adeudado, debido a la norma de indexación que opera para determinar el valor de los préstamos, que a un mayor de volumen de financiamiento otorgado.
De acuerdo con el criterio del economista César Aristimuño, director general de la firma consultora Aristimuño Herrera & Asociados, la situación se hace evidente cuando se observa que el aumento nominal de los préstamos fue 10 puntos porcentuales superior al reportado en las captaciones del público, al cierre del séptimo mes del año, que subieron 25%.
La cartera de créditos de la banca venezolana expresada en dólares oficiales se revalorizó 6,51%, al pasar de 165,13 millones de dólares en junio a 175,88 millones en julio, pero si se compara con el mismo período de 2019, la contracción fue a 41,6%, ya que en el corte del séptimo mes de 2019, el total de préstamos se ubicó en 301,42 millones de dólares a la tasa oficial del período.
Estos valores hacen de la cartera de créditos de la banca venezolana una fracción del total de préstamos de cualquier sistema bancario que se mire en América Latina.
Según los datos de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), que llegan a diciembre de 2019, en Bolivia la cartera ascendió a 24.249 millones de dólares; en Chile a 261.744 millones; en Colombia a 146.074 millones; en Costa Rica a 30.518 millones; en El Salvador a 13.162 millones; en Perú a 86.326 millones; en Nicaragua a 3.822 millones; e incluso en Honduras que muestra la cartera más pequeña en el registro de la federación, alcanzó a 567 millones de dólares.
Al cierre de julio, el monto total de la cartera, registrado por la Aristimuño Herrera & Asociados, llegó a 45.571.737.365 miles de bolívares, un incremento de 1.245,6% frente a julio de 2019.
Sin embargo, al revisar la data histórica de AHA, se observa que la estrategia restrictiva de encaje legal ha desacelerado de manera muy ostensible el crecimiento de la cartera. En julio del año pasado, el incremento interanual fue de 16.564,8% en comparación con el mismo período de 2018.
– Sube la intermediación –
Como resultado del mismo efecto indexación, la intermediación financiera subió en julio a 12,69% frente al 11,75% reportado en junio; no obstante, el indicador es menor al de julio de 2019, cuando ascendió a 16,46%.
Debido a la persistente restricción del crédito bancario, a través de la política de encaje legal, el negocio de intermediación sigue perdiendo peso en la estructura financiera de la banca venezolana, una irregularidad que es aún más perniciosa en un contexto de pandemia por Covid-19, en el cual se requiere, por el contrario, dinamizar el aparato empresarial del país. Hay que recordar que en julio de 2018, la intermediación era de 51,55%, 4,06 veces superior a la vigente.
Para que se tenga una idea clara de lo que está pasando con la liquidez del sistema bancario, hay que señalar que el requerimiento de encaje legal fue, en julio, de 118.631.461.788 miles de bolívares, mientras el sistema tenía un saldo en cuenta corriente de 117.135.716.987 miles de bolívares, por lo cual hubo un déficit en la cuenta de reservas excedentarias de -1.495.744.801 miles de bolívares que la banca tuvo que cubrir, entre otras vías, acudiendo al costoso mercado créditos interbancarios.
El requerimiento de encaje fue equivalente a 457,9 millones de dólares a tasa oficial, una cifra que supera 2,6 veces a la cartera de créditos expresada en la misma moneda. Estos son recursos que solo se movilizan cuando el Banco Central de Venezuela hace operaciones de inyección cambiaria y se cobra el contravalor en bolívares de los montos que otorga contra el saldo del encaje legal de cada entidad.
– Calidad de la Cartera –
Los indicadores de la calidad de la cartera crediticia de la banca venezolana muestran que el sistema se mantiene adecuadamente capitalizado y el riesgo de los préstamos se ajusta a los estándares internacionales de cobertura.
La cartera inmovilizada se ubicó en 3.302.352.612 miles de bolívares al cierre de julio. De acuerdo con los datos de Aristimuño Herrera & Asociados, el portafolio vencido y no cobrado creció 47,5% frente al mes anterior -una variación importante- y 2.857,8% en comparación con julio de 2019.
Estos incrementos son consistentes con la variación general de la cartera en un entorno crítico, aunque son superiores a los aumentos del total de préstamos en los mismos períodos, lo que evidencia que, como proporción del total del portafolio, sigue aumentando el monto de créditos inmovilizados.
En consecuencia, se sigue observando un persistente aumento del índice de morosidad que, en el corte de julio 2020, se ubicó en 7,25%, 0,62 puntos porcentuales por encima del 6,63% de junio y más que duplica el indicador del séptimo mes de 2019, que se ubicó en 3,30%.
Hay que señalar, no obstante, que este aumento de la morosidad general se explica por casos puntuales de algunas instituciones que tienen muy altos niveles de mora; es decir, no se trata de un fenómeno sistémico.
Ante esta situación, las entidades bancarias han hecho esfuerzos por mantener adecuados volúmenes de provisiones para la cobertura de riesgo de impago. Al cierre de julio, se ubicó 50,24% de la cartera inmovilizada, un descenso leve desde el 50,58% de junio pasado, pero una contracción más ostensible desde el 82,16% de julio de 2019.
Las cifras muestran que hay una diferencia importante entre el grupo de los 10 líderes en cartera de crédito y el resto de la banca en este indicador. Al cierre de julio, el índice de cobertura de la mora del Top 10 se ubicó en 42,75%, un descenso superior a la media del sistema en comparación con el 45,74% de junio pasado.
Los entes restantes reportaron un indicador promedio de cobertura de 170,22%, un incremento frente a junio cuando el dato fue de 103,34. Sin embargo, la cobertura de estas instituciones con menos volumen de créditos otorgados se ha desplomado en términos anualizados, ya que en julio de 2019 este índice fue de 1.575,84%, un volumen claramente excesivo que debía tender a ajustarse como lo ha hecho.
Los ingresos financieros del sistema bancario ascendieron a 12.015.496.572 miles de bolívares, al cierre de julio, un aumento de 1.221,3% en comparación con el mismo período de 2019, mientras que los gastos financieros fueron de 5.271.539.202 miles de bolívares, un incremento de 3.015%.
Esta situación hace que el margen financiero bruto del sistema se siga estrechando, aunque sea claramente positivo. En julio, este indicador subió 811,2%, al tiempo que en junio el aumento fue de 910%.
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