A casi una semana de las elecciones presidenciales en Bolivia, el gobierno derechista acusó de enriquecimiento ilícito al candidato izquierdista Luis Arce, delfín del exmandatario Evo Morales, quien respondió este jueves diciendo que sus denunciantes no mostraron evidencias.
El procurador general del Estado, Alberto Morales, que depende del gobierno, aseguró que la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) «evidencia movimientos económicos anómalos e irregulares y sin justificación legítima en las cuentas del exministro Arce y su familia».
El funcionario indicó que entregaría estos antecedentes a la fiscalía para que abra una investigación.
Arce contestó en una carta pública diciendo que sus acusadores «hasta ahora no demostraron una sola de sus calumnias y difamaciones, por lo que no tienen credibilidad», después de que la víspera el procurador informara sobre sus supuestos movimientos económicos irregulares.
El extitular de Economía durante el gobierno de Morales (2006-2019) señaló que las autoridades «recurren a la mentira, a la persecución política, a la violencia, a la criminalización y a la represión».
Arce afirmó además que estas acusaciones, a días de los comicios, son «cortinas de humo que crean» sus detractores «para distraer, provocar, fragmentar y quebrar» a sus partidarios.
El procurador Morales había dicho que los movimientos económicos irregulares de Arce detectados por la UIF orillan los seis millones de bolivianos (unos 862.000 dólares), entre 2011 y 2019.
La polarización política se acentúa al acercarse los comicios del 18 de octubre. Un reporte de la oficina en La Paz de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos contó 27 agresiones físicas y destrucción de bienes de partidos desde septiembre.
Arce encabeza la encuesta nacional de intención de voto de la fundación católica Jubileo con el 29,2%, seguido por el expresidente de centro Carlos Mesa (19%) y el líder cívico regional derechista Luis Fernando Camacho (10,4%).
La Constitución declara vencedor en primera vuelta al candidato que obtiene el 50% más un voto o el 40% de los sufragios con 10 puntos de ventaja sobre el segundo.
De no haber vencedor en primera vuelta, habrá un balotaje el 29 de noviembre entre los dos candidatos con mayor votación.