Militares colombianos anunciaron este miércoles 15 de julio el hallazgo de nueve granadas de fusil antitanque presuntamente de la fuerza armada de Venezuela y que estaban en poder de rebeldes que se marginaron del acuerdo de paz.
El armamento de uso convencional de los ejércitos estaba oculto cerca de un cementerio del departamento de Arauca (noreste), a 20 kilómetros de la línea fronteriza con Venezuela, según el general Jairo Alejandro Fuentes.
«Este material no hace parte de las Fuerzas Militares de Colombia, de tal manera que estamos haciendo todo el trabajo de trazabilidad, en cabeza de nuestra fiscalía, para mirar exactamente la procedencia, que presumimos puede ser de la fuerza nacional bolivariana», señaló el oficial a W radio.
Las granadas de fusil antitanque M60 pertenecían a un grupo que opera en Arauca y forma parte de las llamadas disidencias de las FARC, la otrora poderosa guerrilla cuyo grueso de combatientes depuso las armas en 2016 tras firmar un acuerdo de paz.
Fuentes, comandante de la Octava División del ejército colombiano, llamó la atención sobre el presunto tráfico de armas desde Venezuela hacia los guerrilleros que decidieron seguir con la lucha armada en el marco de un conflicto de seis décadas.
«Esto es sumamente delicado porque ya estamos hablando de que hay suministro de material convencional para estos grupos», insistió el oficial.
Sin relaciones con el gobierno de Nicolás Maduro, Bogotá señala a las autoridades chavistas de dar refugio a líderes rebeldes colombianos.
Los dos países comparten una frontera de unos 2.200 kilómetros donde históricamente han operado organizaciones dedicados al tráfico de armas, combustible y droga