El coronavirus pega duro en la política venezolana
En un país que tiene uno de los índices más bajos de contagios por coronavirus, según cifras oficiales, la probabilidad de contraer la enfermedad es remota para cualquier ciudadano, excepto para los políticos, que se han vuelto un blanco de la COVID-19, justo cuando empieza a desatarse en Venezuela, tras varios meses de relativa contención.
Con el balance actual de poco más de 11.000 casos, la estadística diría que 1 de cada 3.000 venezolanos se ha infectado, pero para alcaldes, gobernadores, ministros o legisladores la proporción es más cerrada y cada día más arriesgada debido al afán de estos políticos por dejarse ver en la calle, donde campea el virus.
El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, anunció el día 9 que había sido contagiado. Desde entonces, ha dado partes de su enfermedad a través de Twitter, en los que se ha referido a lo «duro» del tratamiento, sin dejar de asegurar que lo ha cumplido al pie de la letra.
Cabello ha sido, hasta el momento, lo más alto a lo que apuntó la COVID-19 en la política venezolana, pues se asentó en el cuerpo del hombre que preside un foro con poder incontestable, y que es cabeza y motor del partido oficialista, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Su enfermedad es vista como un asunto de Estado y, como tal, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha dicho estar pendiente de la salud de Cabello, quien «va bien en su batalla».
El propio Cabello difundió una declaración en la que envió un mensaje de tranquilidad a la militancia del PSUV y ha agradecido todas las muestras de apoyo, tanto del partido como del Ejecutivo, entre ellas a Maduro por haberle enviado una estatuilla de José Gregorio Hernández, un médico fallecido en 1919 y venerado santo en el país, pese a no serlo y que ha sido recientemente beatificado por El Vaticano.
– Se propaga en la Constituyente –
Una semana antes de que Cabello confirmara su enfermedad, había presidido una sesión de la ANC, que agrupa a cerca de 500 miembros en un lugar cerrado, e incluso ofreció un discurso y moderó el debate haciendo un uso intermitente de la mascarilla.
Luego de que el poderoso dirigente chavista anunciara su infección, otros tres miembros de la ANC, un foro integrado solo por oficialistas y no reconocido por buena parte de la comunidad internacional, han pasado a la lista de casos positivos.
Se trata de la subsecretaria Carolys Hernández y los constituyentes Gerardo Márquez y Fidel Madroñero. Según información difundida por ellos mismos ninguno reviste gravedad y se encuentran «aislados», aunque se desconoce si están internados en centros de salud, como ordenó Maduro, de manera obligatoria, a todos los infectados.
El vicepresidente económico y ministro de Petróleo, Tareck el Aissami, comunicó el día 10 que también había dado positivo por coronavirus. El ministro ha decidido aislarse siguiendo «todos los protocolos médicos» pero se desconoce si él o Cabello están en centros de salud.
Maduro también ha informado del seguimiento personalizado que está haciendo al caso de El Aissami, acusado por narcotráfico en Estados Unidos y que desde abril dirige una reestructuración de la industria petrolera venezolana.
El vicepresidente económico ha recibido numerosas muestras de apoyo, entre ellas la del ex futbolista argentino Diego Maradona, quien a través de un vídeo le envió ánimos y le aseguró que organizaría «una cadena de rezos» para que se recupere «pronto».
– Casos en el epicentro –
El estado de Zulia, limítrofe con Colombia, lidera las estadísticas nacionales de COVID-19 con una quinta parte del total de contagios y un tercio de los fallecidos. La probabilidad de infectarse en esta región rica en petróleo es más alta y de ella no escapó su gobernador, el chavista Omar Prieto.
El oficialista anunció su caso el mismo día que Cabello y, según Maduro, su contagio se debe en parte a que «él no para» y siempre «está en las calles».
El diputado opositor Hernán Alemán, representante de Zulia en el Parlamento, murió por coronavirus en Colombia, donde se encontraba en la «clandestinidad» debido a una orden de captura de la Justicia venezolana. Es, hasta ahora, el único político del país que ha fallecido debido a la pandemia, que en Venezuela ya deja 107 decesos.
El legislador opositor José Antonio España, así como los alcaldes Jonny Acosta del estado Sucre y Amado Torres de Yaracuy son otros tres casos de esta decena de contagios dentro de la política nacional.
Informaciones no oficiales apuntan a una lista más larga en la que se incluyen, al menos, una viceministra, un ex gobernador y trabajadores políticos del entorno de algunos de los positivos confirmados.
Cualquiera de ellos ha tenido o tendrá un acceso privilegiado a tratamientos mientras la mayoría de ciudadanos languidece en hospitales arruinados o prefiere encerrarse en su casa y automedicarse para evitar la hospitalización obligatoria ordenada por Maduro, que para muchos significa una condena.
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