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09/03/2025 08:39 AM

El inmenso caos planetario que está generando Donald Trump

El pasado martes, 4 de marzo, se activaron los aranceles de 25% a Canadá y México, lo cual a todas luces viola el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

El inmenso caos planetario que está generando Donald Trump

Donald  Trump no lleva dos meses en el Despacho Oval y ya ha dado zancadas cruciales para echar las bases de un nuevo orden mundial. Tiene una visión transaccional, con base en lo que son buenos los gringo: hacer buenos negocios para su país.

El republicano de arrestos de vaquero no parece muy interesado en la guerra de Ucrania; es muy cara para las arcas de EEUU. «O firmas un acuerdo o nos retiramos», le gritó a Zelensky de en una bravata ante millardos de espectadores. Esto -lógico- elevará las ínfulas del temible Putin, quien recrudecerá los presupuestos para cesar la confrontación. La paradoja es que mientras intenta rehabilitar al presidente ruso, derriba las relaciones multilaterales construidas durante décadas con sus amigos tradicionales.

El pasado martes, 4 de marzo, se activaron los aranceles de 25% a Canadá y México, lo cual a todas luces viola el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. En la otra mano, el secretario de Defensa yanqui amenazaba con invadir México para perseguir a los cárteles de la droga.

No pasaron dos días cuando Washington echó la cinta atrás, o sea, recogió las velas. Vino una prórroga de un mes. Analistas al tanto aseguran que un arancel del 25% elevará el precio de cada furgoneta ensamblada en Estados Unidos en 8.000 dólares.

Pero Trump también quiere pegarle a Europa: fuertes tasas a sus automóviles, sus productos agrícolas, así como el acero o el aluminio. Estos aranceles son más peliaguados que los que impone a China, donde coquetea con su presidente, Xi Jinping , al que llama “un gran líder”, al tiempo que  elabora la retórica de un entendimiento mutuo; obvia toda defensa de Taiwán.

En resumen, todas estas medidas, sumadas a su reivindicación sobre el Canal de Panamá y Groenlandia, permiten prefigurar que el primero al mando en el Salón Oval busca volver al reparto del mundo en tres superpotencias.

Los nuevos bloques

China: dominio sobre el Pacífico; Rusia, Europa y Estados Unidos, las Américas. “Oriente Medio sería una región en disputa hasta que alcance un acuerdo nuclear con Irán. El nuevo orden mundial es la vuelta a un mundo de grandes superpotencias y de los equilibrios de poder entre ellas, como antes de la Segunda Guerra Mundial”, se aventura un despacho de El Economista.

El jefe de estrategia del Pentágono, Elbridge Colby, mantiene la tesis que Estados Unidos debe dejar que Europa y Oriente Medio se las arreglen solos para poner el foco en Asia-Pacífico, la región que supuestamente debería dominar el mundo durante las próximas décadas.

Pero, ¿quién es acá el gran perdedor? Simple: Europa, que pasaría a un segundo plano y con el riesgo de que, si Putin sale indemne de la guerra, en unos años invada a otro país europeo. Gracias a eso, la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen , logró sacar adelante esta semana un plan valorado en 800.000 millones para reforzar su defensa, que en el 80% será financiado por los presupuestos estatales.

«Divertíos», proclamaba Trump en su red Truth Social al anunciar aranceles a los productos agrarios desde el 2 de abril. Pero los mercados bursátiles no les hizo ni pizca de gracia. El martes se tiñeron de rojo intenso por temor al estallido de una guerra comercial, que conduzca a un período de estanflación (bajo crecimiento con inflación), uno de los escenarios más indeseables y menos divertidos para los ciudadanos.

2025 vio entrar a los inversores con el ánimo alegre de que la economía estadounidense podría recibir el impulso adicional de una Administración que favorece recortes de impuestos y desregulaciones.

No obstante, las tensiones comerciales y las señales de desaceleración del crecimiento golpearon los principales índices bursátiles. Para colmo de cruces, el recorte en el gasto público de Elon Musk, que aspira a reducir dos billones de dólares, generará a corto plazo destrucción de empleo y más desconfianza.

Impuesto al consumo

El Economista va cerrando de este modo: “Los nuevos aranceles son una especie de impuesto al consumo, que pueden tener un impacto equivalente al 1,5% del PIB estadounidense, según Bloomberg. El 50% de la industria estadounidense depende de productos de importación. La subida de los precios la trasladarán después al cliente. La inflación fue uno de los factores que causaron la derrota electoral de Biden. Hay cálculos de que el efecto rondará los 2.000 dólares de media para cada familia”. Y 2.000 dólares hay que sudárselos duro en EEUU:

Se tema que vuelva los escollos de suministro de la pandemia. En el primer trimestre puede haber una sorpresa: la Reserva Federal de Atlanta pronosticó que el PIB caerá el 2,8%. Entonces, ¿de qué estamos hablando? No es “conchita de ajo”: La economía mundial podría enfrentar un colapso similar a la Gran Depresión de la década de 1930, advirtió esta semana Andrew Wilson, subsecretario general de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), que promueve los negocios y el comercio globales.

Así las cosas, queda mucha tela que cortar, y el espacio de este texto no nos permite dar todos los elementos, pero yendo al grano: Donald Trump está creando un inmenso caos planetario.

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