En plena crisis se pierden 78.000 toneladas mensuales de alimentos por ineficiencias en cadena productiva

Pese a que en Venezuela la disponibilidad de alimentos alcanzó en octubre un promedio de 14 kilogramos por persona, cuando la ingesta normativa debe ser de 36,7 kilogramos, en el país se pierden 78.000 toneladas de alimentos al mes, que equivalen a 18% de la producción total, debido a ineficiencias de procesamiento, conservación y movilización, indica el sociólogo Edison Arciniegas, coordinador de la ONG Ciudadanía en Acción, una entidad especializada en temas de seguridad alimentaria.

En entrevista con Unión Radio, Arciniegas señaló que esta pérdida no se produce por descomposición de los productos, sino por deficiencias de manejo. En resumen, se trata de productos golpeados o maltratados que se declaran como no aptos para el consumo, cuando pueden ser perfectamente ingeridos, por lo que el especialista recomienda usar esta producción en una red de bancos de alimentos o en expendios de bajo costo.

Arciniegas sostiene que la crisis alimentaria en Venezuela es severa; sin embargo, observa que hay ciertos indicios que acreditan un potencial incremento de la producción en algunos rubros, como resultado del esfuerzo particular y ejercicios de resiliencia de los productores.

En octubre, la disposición de alimentos en el país subió de 11 a 14 kilogramos per cápita, un suministro que está 61,85% por debajo del mínimo normativo requerido. «Venimos de un proceso de colapso que ya lleva 10 o 12 años, que arranca en 2008 con el retroceso de la superficie sembrada de cereales, no así el resto de los rubros. El problema es que el campo es poco rentable, sus estructuras de costos no son sostenibles y dependían en 60% de subsidios del Estado», explica Arciniegas.

A su juicio un detonante fundamental de la crisis agrícola es la paralización de Pequiven, por lo que el sector agrícola ya no cuenta con la producción necesaria de fertilizantes, fungicidas y otros agroquímicos indispensables, una situación que, además, se complica porque las sanciones estadounidenses impiden las importaciones necesarias de estos productos.

Arciniegas señala que es necesario algún tipo de acuerdo político, una especie de tregua, que permita crear condiciones para que la producción de alimentos crezca tan rápido como sea posible, en beneficio de toda la población, especialmente la más vulnerable. Y pone un ejemplo: Monómeros, filial de Pequiven en Colombia, ahora controlada por un equipo designado por el presidente de la Asamblea Nacional y mandatario interino reconocido por 50 países, Juan Guaidó, no está enviando fertilizantes al país, cuando esta empresa proveía 40% de los agroquímicos de consumo interno.

El coordinador de la ONG Ciudadanía en Acción indica que es necesario apoyar todo esfuerzo que conduzca a resolver la crisis de la disponibilidad de alimentos en el país, aún en medio del conflicto político.