Freddy Campos @frecam
Entrevista especial con César Aristimuño: En 2017 habrá un ajuste de las tasas activas
Al iniciar el último trimestre de 2016, el momento es propicio para revisar proyecciones respecto al comportamiento de la economía, así como el rumbo que seguirán los principales indicadores el próximo año.
Para el economista César Aristimuño, director principal de Aristimuño Herrera & Asociados, existen dos escenarios claramente establecidos. Bajo el primero de ellos, se impondrá la inercia y continuará el deterioro económico si no se toman medidas de fondo para evitar que se profundicen los problemas actuales.
Ahora bien, en cuanto al segundo, este permitiría amortiguar hasta cierto punto los estragos que sufre el país, pero implicaría la toma de decisiones indispensables, comenzando con la unificación cambiaria y el incentivo a la producción nacional.
En la siguiente entrevista, que actualiza las perspectivas de la firma, el economista y analista financiero responde en detalle lo que se puede esperar para la banca, las empresas en general y el porvenir del país en el corto plazo:
¿Qué proyección puede hacer respecto a la evolución de la economía en 2017?
El escenario que se le coloca a Venezuela sin duda está fundamentado sobre la base de dos grandes decisiones que desde el punto de vista económico estimamos se deben realizar. Los resultados que hasta la fecha se han mantenido han sido absolutamente negativos: Una inflación cuyo estimado de cierre de año está en niveles cercanos a 700%, una caída del PIB alrededor del 10%, un nivel de desabastecimiento que -aún sin tener cifras oficiales del BCV- se calcula que puede estar en niveles del 50%, a la fecha.
De no tomarse ninguna decisión desde el punto de vista macroeconómico y de políticas económicas la perspectiva es que la crisis se profundice. Las crisis no tienen piso. La evolución puede ser aún más negativa-señala. La curva decreciente en el precio promedio del petróleo que se ha mantenido en los últimos años, pasó de 88,40 dólares en 2014 a 44,65 dólares en 2015 hasta niveles de US$ 33 en lo que va de 2016. En 2014 los venezolanos no podíamos imaginarnos el nivel de desabastecimiento que iba a existir en el país, a nivel de medicinas y productos alimenticios. Todo los indicadores pueden empeorar de no tomarse decisiones que conlleven a darle un vuelco a esta situación.
¿Qué caracterizaría un escenario inercial frente a uno en que sí se tomen decisiones?
De no tomarse ninguna decisión vemos para Venezuela un proceso de hiperinflación, en la cual inclusive tendríamos un fuerte impacto en la oferta agregada. Con los actuales precios del petróleo y el nivel de poca actividad productiva nacional, no hay perspectivas de que la oferta suba lo cual agravaría la situación actual de escasez.
También vemos la continuidad de los dos tipos de cambio existentes en el país con devaluaciones para el año entrante, en el caso de Cencoex, Dipro o tasa de cambio a 10 bolívares por dólar, estimamos que para el segundo semestre de 2017 muy posiblemente vayamos a ver una tasa de cambio en niveles superiores a 50 bolívares por dólar.
¿Qué puede ocurrir con la tasa Simadi o Dicom?
Bajo este escenario la calculamos para el año entrante en niveles por encima de los 1000 bolívares por dólar, muy probablemente la podemos proyectar entre 1100 y 1200 bolívares. También consideramos una inflación que estaría por encima de 1000% con caída en la actividad económica, de no tomarse decisiones de políticas económicas. (No a los niveles actuales, muy probablemente la caída sea inferior porque debemos recordar que el PIB se calcula sobre la base anterior y se está midiendo sobre una base de caída negativa acumulada). Para 2017 estimamos una caída entre el -2% y el -5% del PIB.
Vemos sin duda alguna un deterioro en el flujo de caja de las empresas y la capacidad de pago de las personas naturales. Es muy probable que se mantenga el financiamiento monetario del déficit al no tener escenarios de ingresos por la vía petrolera distintos a los que en estos momentos se dan y muy probablemente veamos un ajuste en las tasas activas dado que es prácticamente imposible que el beneficio de la banca pueda alcanzar el crecimiento de la inflación, deteriorándose fuertemente su rentabilidad. El impacto negativo en el nivel de morosidad de la banca es de suponer que será inferior en comparación al beneficio de los ingresos adicionales por la subida de las tasas. Sin embargo, es de recordar que la banca mantiene cobertura de su cartera inmovilizada en niveles del 900%, al mes de agosto.
Es por ello que el Ejecutivo se vería obligado al ajuste de tasas hacia el segundo semestre del año 2017. La banca esta igualmente obligada a fortalecer su base patrimonial con la finalidad de poder seguir aumentado su nivel de intermediación.
Igualmente estimamos importaciones en niveles de 23 mil millones de dólares y una profundización de todas las variables económicas. Calculamos por razones obvias que debido a la presión que va a tener el gobierno ante este escenario económico, sin meter dentro de este análisis el tema político y que bien sabemos tiene un fuerte impacto en la economía, veremos una dinámica muy acelerada que conllevaría a la toma de decisiones de carácter pragmático. En fin la realidad económica obligará al gobierno a un mayor pragmatismo, tratando de que las razones políticas no sean las que predominen en la toma de decisiones en el área económica.
En detalle, ¿cómo funcionaría la economía venezolana bajo el segundo escenario?
Estimamos como muy probable la ejecución del segundo escenario (unificación cambiaria) dado el desgaste económico que tendría el país de no hacerlo. Vendría a significar un cambio de modelo prácticamente, con un ajuste macroeconómico y un reperfilamiento de la deuda externa como los tres grandes enfoques dentro de este concepto. Igualmente se hará imprescindible el incentivo a la producción nacional.
Sin embargo, la unificación cambiaria no significa que no se mantengan los controles de capitales. Sin duda que hay que mantener el control sobre la cuenta de capital a pesar de la unificación porque si no el país prácticamente se quedaría sin divisas. Por lo tanto vemos una unificación cambiaria en niveles cercanos a los 600-700 Bs. por dólar.
¿Se prevé en qué momento podría llevarse a cabo la unificación?
Lo miramos más hacia el segundo semestre, junto a un reperfilamiento de la deuda externa que llevaría a darle una mayor extensión a los compromisos de los años 2018 y 2019, tanto de la República como de Pdvsa, a pesar de los esfuerzos realizados hasta la fecha, en este sentido. Ahora bien, mientras más temprano se ejecute la unificación cambiaría la reactivación del aparato productivo será más pronta. En este escenario, estamos estimando una reactivación del PIB en niveles muy cercanos al 1-3% con un impulso muy acelerado para el año 2018.
Vemos igualmente una desaceleración en las presiones inflacionarias para el año entrante en niveles de 280%, lo cual contrasta mucho con el 1000% que estamos estimando en caso de no tomarse ninguna decisión. Asimismo consideramos una desaceleración de la liquidez y un crecimiento de las importaciones hasta el orden de 29.000 millones de dólares frente a los 23.000 millones calculados en el primer escenario. Se hace fundamental que el gobierno haga un uso más eficiente del gasto público.
¿Qué proyecciones nos puede adelantar con respecto al sector bancario en específico?
Para la banca en particular, en caso de darse la unificación pudiéramos observar como medida adicional alguna reducción en las regulaciones del sector en términos del encaje y de las carteras obligatorias. Tanto en el primer escenario como en este habría un aumento en las tasas pero con la unificación ésta tendería a ser menor.
¿En qué magnitud se podría determinar el ajuste de tasas si se produce la unificación?
Nuestros análisis la colocan en niveles cercanos promedio al 40%, lo cual vendría a ser quizás la única vía a través de la cual la banca pueda enfrentar el altísimo proceso inflacionario que impacta de manera fundamental los beneficios reales y que le han venido causando a la banca pérdidas reales acumuladas importantes. Este ajuste en las tasas incluye tanto las gavetas obligatorias como los créditos que no están en estas carteras. Además observaríamos aumentos en las tasas para ahorro y plazo fijo a entre 25 y 28%. Es fundamental que la banca continué siendo eficiente en el manejo de sus gastos operativos y estamos seguros que se tomaran medidas desde el gobierno nacional para aliviar esta carga que esta teniendo la banca por efectos de la inflación y por factores exógenos acumulados a su propia administración.
En términos prácticos, ¿qué estrategias pueden ejecutar los bancos para prepararse ante lo que pueda ocurrir en 2017?
En un escenario altamente regulado como es el caso venezolano, la banca tiene reglamentada todas sus formas de obtener ingresos. Por tanto, la única opción que tiene es seguir intermediando de manera importante con la finalidad de seguir incrementando sus ingresos y compensar el impacto de la velocidad con la que crecen los gastos operativos. Esto es lo que ha venido haciendo, donde los ingresos por cartera de créditos representan actualmente más del 70% de los ingresos totales de la banca. Por otro lado, debe aplicar políticas muy claras de gestión de riesgo con la finalidad de seguir manteniendo los bajos niveles de morosidad, históricos de menos de 0,30% y que a su vez representa el menor índice de morosidad de la región.
La otra área donde realmente la banca debe centrarse es en la gestión del gasto, tratando de impactar lo más posible y de manera positiva los resultados de la banca. Sabemos lo difícil que puede ser por los niveles de inflación registrados en el país. La banca viene solicitando desde hace un tiempo un cono monetario de mayor valor buscando que los gastos de servicio de transporte y mantenimiento de los telecajeros tengan una menor incidencia en los gastos generales y administración, los cuales están impactando fuertemente los resultados de la banca. Igualmente se debe evitar incurrir en gastos no esenciales para la operación del negocio.
A la fecha el nivel de crecimiento en la utilidad anualizada de la banca se ubica alrededor de 60%, con una inflación que a todas luces no es menor a 450%.
Quiere decir que el beneficio de la banca se está contrayendo en términos reales…
Además la banca está conviviendo en un ambiente recesivo en el cual la inflación es un elemento fundamental que impacta los resultados, con una alta inamovilidad y regulaciones para carteras de créditos que conllevan a tasas prácticamente subsidiadas, sin dejar de señalar la limitación de patrimonio y cuyo crecimiento no alcanza la velocidad de la inflación al igual que las regulaciones, lo que limita el crecimiento de la actividad crediticia.
A pesar de esa realidad, la banca venezolana sigue reflejando en términos generales y desde el punto de vista de la evaluación de su gerencia una gestión favorable, pero debe estar muy consciente de la necesidad de prepararse a un escenario en que el gobierno no tome medidas que permitan la mejora de los indicadores en el país y un mayor saneamiento de sus finanzas.
¿En qué consisten los test de stress y cómo le pueden servir a la banca venezolana en este momento?
En Aristimuño Herrera & Asociados hemos creado un producto innovador que son las pruebas de strees testing para la banca venezolana. Este análisis busca observar la capacidad de resistencia que tiene la banca en caso de que los indicadores económicos tiendan a empeorar aún más, sobre la base de dos escenarios. Se trata de determinar hasta dónde la banca puede operar con un nivel de inflación mayor, con una morosidad mayor y con una desaceleración en la caída de la actividad de intermediación. Cada banco por supuesto tiene capacidades de resistencia distintas. Las pruebas de stress permiten establecer si las instituciones necesitan generar un cambio en algún sentido, con decisiones que sugerimos una vez obtenidos los resultados. Es un producto desarrollado con una dedicación profesional de muy alto nivel y basado en estándares internacionales.
Se aproxima el lanzamiento del nuevo Informe Privado de la firma, ¿qué caracterizará este producto?
Actualmente la firma distribuye un boletín semanal abierto que los suscriptores reciben sin ningún costo. Tras analizar todas las posibles mejoras para nuestros lectores en el ámbito de la banca, empresas y personas naturales, y buscando un producto de alto valor agregado, nos encontramos muy cerca del lanzamiento de un nuevo Informe Privado que circulará a más tardar a partir de la primera quincena de noviembre.
Es un formato con una lectura estimada de 20 minutos que busca generar una serie de recomendaciones específicas con Visión Gerencial, temática a la que se dedica uno de los apartados del informe, en la cual se ofrecen claves respecto a lo que deben hacer las empresas en estos momentos. Tendremos también un espacio de Análisis Estratégico que abordará el escenario económico actual. Se trata de un insumo de primera línea con importantes recomendaciones igualmente que iniciará con una nota principal escrita por mi persona, César Aristimuño, partiendo de una análisis macro que busca dar una ubicación de la realidad actual en sus principales temas. También y no podemos dejar de incluir una serie de datos bancarios, y de carácter fiscal y financiero que ofrecen recomendaciones de uso práctico.
Por último tendremos las 10 noticias más importantes de la semana publicadas en BancayNegocios.com y un análisis sobre el comportamiento de los bonos globales y de Pdvsa, el cierre de los mercados bursátiles y los commodities. Será una información privilegiada y con análisis de expertos que ayudarán a mejorar y nutrir su proceso de toma de decisiones.
Para finalizar, ¿es optimista en cuanto a sus perspectivas sobre el futuro?
Soy altamente optimista con Venezuela. Es un país que ha pasado por crisis muy importantes, recordemos el año 1983, 1994-1995, la crisis de los años 2002 y 2003 y la crisis financiera de 2008-2009. Venezuela siempre ha tenido la capacidad de salir de las crisis y cuenta con recursos humanos altamente preparados y riquezas naturales que soportan esta capacidad. Estamos seguros que la situación actual se va a revertir y vamos a tener un país con mucho mayor empuje, fuerza y crecimiento para el futuro inmediato. Soy de los que piensan que quienes se han quedado y aún piensan quedarse tendrán ventajas diferenciadoras frente a los que se han ido, y esperamos que vuelvan porque recomponer este país significará un gran esfuerzo de todos los venezolanos. Venezuela es un gran país y debemos dar lo mejor de todos nosotros.
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