#Entrevista | Propuestas de Conindustria: reforma laboral, crédito sobre 100% de cuentas en divisas y rebaja del IGTF a 0,5%

El diálogo entre el Gobierno y el sector privado sigue fluyendo. Los industriales continúan buscando la adopción de medidas que prioricen la producción nacional y permitan que la manufactura gane competitividad, bajo una fórmula que el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Luigi Pisella, define como la suma de tres variables: producción, productividad y remuneraciones.

Las iniciativas más recientes surgidas de la mesa técnica gubernamental con la representación industrial apuntan a la realización de una rueda de negocios donde se exhiba la variedad de la producción interna, en un evento donde también participarán la Banca y el comercio. La idea es que se conozca lo más profundamente posible la oferta manufacturera nacional y se generen iniciativas concretas de inversión.

Igualmente, el Ministerio de Comercio propuso una campaña masiva de promoción de la oferta manufacturera nacional. Esta iniciativa gubernamental se va a complementar con la que ya adelanta Conindustria bajo el lema «Compra Venezolano».

Propuestas clave

Sin embargo, la médula del diálogo está en las propuestas, y los industriales han hecho algunas muy concretas, como permitir la intermediación crediticia sobre 100% de los depósitos en divisas que hay en la Banca venezolana, en función no solo de elevar el monto de financiamiento disponible, sino que, al pactar los préstamos directamente en divisas, se abaraten los muy elevados costos que actualmente tiene el crédito.

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También Conindustria planteó reducir la alícuota del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras aplicadas a las transacciones con moneda extranjera a 0,5%, porque de acuerdo con los cálculos del gremio, este solo tributo aumenta entre 12% y 14% los precios en dólares a lo largo de la cadena y este impacto, según el sector o el producto de que se trate, puede llegar a 18%.

Conindustria planteó reducir la alícuota del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras aplicadas a las transacciones con moneda extranjera a 0,5%, porque de acuerdo con los cálculos del gremio, este solo tributo aumenta entre 12% y 14% los precios en dólares

«Ningún otro país desde donde importamos productos tiene estas condiciones. Eso nos resta competitividad y, además, causa perjuicios a los consumidores. Aunque a los economistas no les gusta que uno hable de inflación en dólares, lo cierto es que los precios en moneda extranjera subieron más de 50% en 2022», dijo Pisella en entrevista con Banca y Negocios.

El titular de Conindustria sostiene que la propuesta limita la intermediación sobre el saldo total de las cuentas en divisas a un período determinado cuya duración sería hasta que «se logre estabilizar la tasa de inflación».

-¿Y cómo ha sido la recepción de estas propuestas por parte del Gobierno?

-(El Gobierno) ha sido bastante receptivo, evaluamos estas propuestas con varios ministerios y se está analizando la factibilidad de implantarlas, pero hay que ir analizando las variables que puedan tener. Lo importante es que haya más crédito y reducir el impacto del IGTF en los precios.

-¿Qué va pasar, finalmente, con las exoneraciones de importaciones vía decreto?

-Esta medida comenzó con más de 7.000 ítems y hoy se ha reducido a 1.567. En la última prórroga de este decreto se excluyeron 560 partidas y son susceptibles de revisión con base en la información que han pasado las cámaras de base. Aún queda un número importante de productos exonerados, pero la lista se está revisando y ambas partes tenemos el compromiso de hacer las revisiones que sean necesarias para priorizar la producción nacional. Esta es una medida perfectible, y se irá ajustando en la medida en que el país vaya recuperando el abastecimiento completo de servicios.

«La sustitución de importaciones es importante, pero hoy no somos competitivos, y la competitividad va a aumentar con mayor producción nacional de alta calidad, y ese tiene que ser el objetivo medular»,añade.

«Estamos trabajando a 38,5% de capacidad instalada, pero existen factores que inciden en la baja competitividad, uno de ellos es la entrada de productos importados de manera ilegal y vamos a tratar de ir haciendo lo necesario para que esto se vaya resolviendo de manera progresiva. Insistimos en la necesidad de incrementar el crédito y rebajar los altos tributos que nos hace menos competitivo», precisa.

Recuperar el consumo y formalizar el empleo

Otra propuesta que ha hecho Conindustria al Gobierno es revisar la vigente legislación laboral, concretamente en lo que respecta a la retroactividad de las prestaciones sociales «para formalizar todos los ingresos y aumentar las contribuciones que se hacen para compensar, equilibrar y financiar las pensiones», explica Pisella.

«Tenemos que formalizar el mercado laboral. Esta Venezuela es otra, ya no puede depender del petróleo, por eso creemos en una cultura tributaria no basada en incrementar las tasas impositivas, sino por la vía de aumentar la base de contribuyentes, donde todos financiemos adecuadamente al Estado. Cuando hay una excesiva presión tributaria, se crea inflación, se empuja a la informalidad», añade el dirigente.

Pisella reconoce que los incrementos de las remuneraciones «tienen que estar sustentadas en la producción. Todos los factores de la economía van ligados».

Pisella: «Tenemos que formalizar el mercado laboral. Esta Venezuela es otra, ya no puede depender del petróleo, por eso creemos en una cultura tributaria no basada en incrementar las tasas impositivas, sino por la vía de aumentar la base de contribuyentes»

El problema no es la devaluación, es la inflación

-¿Cómo afecta la constante depreciación del bolívar, la inestabilidad cambiaria, de manera concreta a la industria?

-Lo cierto es que existe un rezago en la tasa cambiaria, por años la inflación ha superado a la depreciación del bolívar y eso se controla de manera artificial con las intervenciones que hace el Banco Central de Venezuela para mantener la tasa cambiaria anclada con inflación. El primer efecto de eso es que favorece a las importaciones de productos. En 2021, la inflación fue 686% y la depreciación de la moneda de 315%, los productos importados salen más baratos. Es una distorsión que no se puede mantener, el mercado dice que debe haber una correlación entre inflación y depreciación.

Y añade: «esta estrategia de intervención resulta realmente costosa y depende de que existan los recursos necesarios para mantenerla. En 2021, la intervención del Banco Central fue de 1.100 millones de dólares, mientras que en 2022 subió hasta más de 3.000 millones. Hay que ver si esta estrategia sigue resultando sostenible».

El presidente de Conindustria, Luigi Pisella, recurre a la matemática básica para explicar su punto: «si un producto cuesta 100 bolívares, y tasa cambiaria es de 10 bolívares, el valor del producto es equivalente a 10 dólares, pero si en un mes la inflación sube 20%, pero con una tasa cambiaria anclada, el producto sube a 12 dólares. Entonces, lo que se controla en bolívares se paga en dólares, por eso los precios en dólares subieron más de 50% en 2020. No habría inflación si se deja actuar al mercado. El Estado hace esta política de anclaje de buena fe, pero hay que sincerar el tema de la inflación y la depreciación del bolívar».

En resumen, Pisella señala que el problema de fondo en la economía venezolana es la inflación, no la depreciación del bolívar, porque, a su juicio, el alza de los precios es el factor que corroe el poder adquisitivo de la población y es donde hay que focalizar la estrategia.

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«El problema es el desequilibrio fiscal, pero el problema está en los ingresos del Estado, no en el gasto, porque el Estado ha hecho enormes esfuerzos para contener el gasto, pero hacen falta ingresos. El gasto público no puede bajar más. En consecuencia, es importante que el Estado recupere sus ingresos. Con todo este cuadro; sin embargo, estamos aspirando crecer entre 5 y 7% en valor agregado manufacturero«, puntualiza.

«Nos vamos recuperando»

Pisella concluye la conversación con Banca y Negocios en tono optimista. Asume que hay claros indicios de mejora en el comportamiento de la economía, comenzando por la propia Manufactura que ha pasado de 19% de capacidad instalada activa en 2021 a 38,5% en 2022, un aumento de 102,6% que permite ver el vaso medio lleno.

«Tendríamos que ir entre 80% y 82% de capacidad utilizada, como trabajan Brasil y Colombia, pero vamos en el camino», pero advierte que «sin recuperación del consumo no vamos a poder recuperar el aparato productivo nacional».

Además, el presidente de Conindustria señala que, más allá del «efecto Chevron» en la actividad petrolera -que debería estimularse con la flexibilización de sanciones a petroleras europeas y abrir las inversiones al sector privado-, también hay iniciativas como un acuerdo de exportación de 500.000 toneladas de acero a Colombia, del cual se habla poco.

Pero, además, aporta un dato sorprendente: Sidor ha recuperado su producción a un nivel de 120.000 toneladas métricas de acero mensual, así como apunta que hay importantes aumentos de productividad en las empresas del sector aluminio y en Pequiven.

En fin, parece que, en términos cinematográficos, el país parece más una película de suspenso que una de terror.

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