Escasez de gasolina pone en jaque funcionamiento de funerarias y cementerios

Joel Urribarri, representante de la Cámara Nacional de Empresas Funerarias, Fábricas de Urnas y Afines (Canadefu), aseguró que pese a que se le dio a las gobernaciones y alcaldías  una lista de las carrozas utilizadas para el transporte de difuntos, la cuota de gasolina asignada por parte de esos entes es insuficiente, pues existe una muy alta demanda de combustible en el sector.

«Se hace una lista y ellos van programando la carga de los servicios de gasolina. Están dando 30 litros por carroza. En Barquisimeto, Ibarren, está fluyendo con normalidad, pero eso no da abasto para la demanda que existe de gasolina. A veces hay una que otra funeraria que se queda sin combustible y tiene que acudir al mercado negro para poder comprar y surtirse.»

Urribarri señaló que los conductores de esas funerarias han podido llenar los tanques de gasolina de sus vehículos porque han pagado entre dos y tres dólares por litro. No obstante, no son todas las que pueden hacer lo mismo. Algunas han optado por pedirle a los familiares que lleven el combustible, informa un reportaje publicado en TalCual.

El gremio de empresarios funerarios señala que si bien ha recibido «supuestas denuncias» por parte de trabajadores del sector a quienes en las estaciones de servicio les han exigido presentar los cadáveres para poder suministrarles el fósil, hasta el momento la organización no ha confirmado esa información.

Según el representante de la asociación lo que sí se pedía en las gasolineras era la debida rotulación e identificación tanto de las carrozas como del personal que iba a solicitar el combustible, el cual debe vestir el uniforme de la empresa funeraria en la que labora.

En la funeraria Valles de Caracas a uno de los fallecidos recibidos último fin de semana de marzo lo llevaron en el vehículo fúnebre junto a otro difunto, pues tal y como lo asegura su nieta, quien prefirió mantenerse en el anonimato, debían ahorrar combustible para poder seguir haciendo los traslados.

La joven señaló que uno de los pariente del cuerpo que estaban velando en la capilla vecina no iba a poder asistir al sepelio, pues tampoco tenía suficiente combustible para movilizarse. Contó que de no ser por su primo, quien le dio a la señora el empujón hasta el cementerio, la mujer no hubiese podido despedir a su ser querido.

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