Los tres últimos sondeos divulgados en Bolivia antes de los comicios presidenciales del 20 de octubre vaticinan una reñida disputa entre el mandatario Evo Morales y el opositor Carlos Mesa.
Las tres encuestas coinciden en que el presidente izquierdista lidera las preferencias, pero discrepan en si le alcanzará para amarrar un cuarto mandato consecutivo en primera vuelta o si deberá ir con el centrista Mesa a un balotaje de difícil pronóstico en diciembre.
El estudio de la firma Víaciencia, por encargo de la cadena de TV Unitel, da a Morales 38,8% frente a 28,4% de Mesa y su difusión llevó este sábado al oficialismo a cantar vitoria, pues -si se ratifica en las urnas- permitiría al presidente evitar la segunda vuelta por estrecho margen.
Sin embargo, Morales consigue solo el 32,3% frente al 27% de Mesa en el sondeo de la Universidad Nacional de San Andrés y la Fundación Jubileo. Esto forzaría un balotaje en el que la votación de los ocho opositores actualmente en liza podría aglutinarse en su contra.
Este sondeo no ha recibido el visto bueno del Órgano Electoral para ser publicado, pero el rector de la principal universidad de Bolivia, Waldo Albarracín, difundió sus resultados en Twitter denunciando «censura».
«No nos vamos a someter a la censura de un Órgano Electoral completamente parcializado con el gobierno. Por eso hacemos conocer a la población los resultados de la encuesta”, declaró Albarracín.
En el tercer sondeo, de la firma Ciesmori, Morales obtiene 36,2% y Mesa 26,9%, casi en el límite de los 10 puntos de diferencia que dirimen si hay o no balotaje.
En todos los estudios el opositor Oscar Ortiz figura en tercer lugar, con preferencias entre 7,8% y 9,6%.
Asimismo, los sondeos reflejan el ascenso del pastor evangélico Chi Hyun Chung del Partido Demócrata Cristiano, nacido en Corea del Sur y nacionalizado boliviano, con un apoyo en torno al 6%. Los otros cinco aspirantes opositores no superan el 2%.
Además del nuevo presidente y vicepresidente, los bolivianos deben renovar en los comicios a los 166 miembros del Congreso bicameral. El oficialismo tiene el desafío de conservar la mayoría de dos tercios en el Senado que le ha permitido aprobar sin problemas todas sus propuestas.
Si se adjudica un nuevo mandato, el primer presidente indígena de Bolivia gobernaría hasta el 2025, tras llegar al poder en 2006.