#Exclusivo | Analistas: EEUU podría esperar a fin de año para revisar sanciones pero Maduro no tiene apuro

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos renovó hasta noviembre la licencia a la compañía de Chevron para operar en Venezuela. Se trata de un permiso emitido bajo los mismos términos que las autorizaciones otorgadas a la firma desde 2020.

Esto ha sido leído de manera negativa por diversos analistas, que no  ven esta decisión como una buena señal de parte del gobierno de Joe Biden.

“Chevron había redoblado esfuerzos este año para negociar más privilegios en su licencia, principalmente buscando recobrar miles de millones de dólares de deuda pendiente mediante el comercio de cargamentos de petróleo venezolano. También ha buscado sin éxito obtener mayor control de empresas mixtas con la petrolera estatal venezolana PDVSA”, dice un despacho de la agencia Reuters.

Parece que todo depende del diálogo en México, pero el gobierno de Nicolás Maduro lleva trazas de decantarse una vez más por la bravata.

Francisco Monaldi es Investigador Titular del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice en Houston, EEUU. Asimismo, es Profesor Titular y Director Fundador del Centro Internacional de Energía y Ambiente del IESA en Caracas. Banca y Negocios conversó en exclusiva con el experto para dimensionar el asunto de Chevron y las sanciones petroleras impuestas por EEUU a Venezuela, en general.

– Una licencia súper limitada –

“Había expectativas de que pudiera haber pasado algo antes de la renovación de la licencia que autoriza a Chevron a seguir en Venezuela, que básicamente reafirma lo que ya estaba. Es una licencia súper limitada. La misma que Chevron ha tenido desde 2020”, comienza, no sin un dejo de desgano.

“Y hubo ese anuncio de que les dieron una licencia para sentarse a hablar con el alto gobierno de Venezuela, sobre cómo pudiera ser un arreglo que permitiera una licencia más flexible. Según la licencia de 2020, Chevron podía perforar e invertir, también podía tomar sus cargamentos, pero los mismos eran para pagar deuda”, recuerda el experto en economía petrolera.

Entonces, avanza Monaldi, uno de los temas que Maduro va a incorporar es que él quiere recibir caja por estos cargamentos que salgan de Venezuela. Es decir, ya sea la regalía o algún otro pago. Ese es uno de los puntos de discusión.

Pero, no hay duda –asimismo- de que el gobierno de EEUU no puede ceder en su política de presión, si no hay avances en el diálogo en México. En este momento, pareciera que Maduro literalmente está saboteando el proceso -dice Monaldi-, con todo esto de que tienen que estar los rusos, “que no pueden estar los noruegos. Todo el trabajo de éstos se perdería, sería desastroso, el tema de Alex Saab, etcétera”.

“Es decir, Maduro está tratando de indicar que él no tiene ningún apuro, ningún interés. La licencia de Chevron fue renovada por seis meses, pero antes de eso pudiera haber una negociación, y una nueva licencia”, un rayo de luz le aclara el semblante.

Monaldi explica que es cuestión de que ocurran las dos cosas: que conversen con Chevron y lleguen a una propuesta razonable para el gobierno estadounidense, la empresa y Maduro; o que avance la negociación con la oposición en México. “Si eso ocurre pudiéramos ver humo blanco en los próximos seis meses”, garantiza.

Y pone las cosas en contexto: “Lo otro es que vienen elecciones parlamentarias en EEUU, que ponen el tema más caldeado en Florida, y eso puede tener más impacto en el gigante del norte. De modo que, si no se avanza rápido, es posible que haya que esperar a diciembre, después de las elecciones parlamentarias, para que haya algún tipo de negociación”, apunta Monaldi.

“Yo soy relativamente optimista, en el sentido de que a Maduro le conviene al menos empezar a negociar en México, y lograr algo, pero no veo que dé señales de ello en este momento, por lo cual quizá me equivoco”, se encoge de hombros.

-Pero, ¿cómo ve el tema de las sanciones en términos generales, más allá del caso puntual de Chevron?

-Eso va a tardar mucho más. Lo primero que puede pasar es el otorgamiento de una licencia más amplia a Chevron. Lo de ENI y Repsol, ya se concretó por una vía directa, de manera que están autorizadas a exportar petróleo, como hacían antes».

Sin embargo, el paso de permitir a las empresas europeas sacar petróleo de sus negocios en Venezuela no tiene del todo que ver con la estrategia política de Estados Unidos con la administración Maduro, sino con exigencias europeas para abrir todas las vías posibles para intentar sustituir el crudo que la UE dejará de comprar a Rusia, por su invasión a Ucrania.

En cuanto a las otras empresas que han pedido licencias, como Maurel & Prom, puede ser que ocurra después, pero primero tiene que haber una negociación con Chevron. Rosneft ya no opera en el país, y ahí están las sanciones a Rusia, así que no creo que tenga nada que ver con eso, apunta Monaldi.

Reliance también va a aplicar por una licencia para poder exportar crudo venezolano a su refinería en la India, y es posible que consiga la autorización, pero «creo que todo eso vendría después de ampliar la licencia a Chevron y el diálogo en México».

Entonces, si despejar la ecuación de todas las sanciones comienza por ampliar la licencia de Chevron, y esto depende del diálogo en México, toca preguntarse por la dimensión netamente política de este asunto.

– Nada que ver con Trump –

Jesús Seguías es presidente de la consultora DatinCorp, consultor político y organizacional, comunicador social con experticia en gerencia política, gerencia de crisis, gobernanza, liderazgo y gerencia del cambio. Tiene estudios de postgrado en The George Washington University.

“Sin duda, la actitud de la Casa Blanca –en este momento- está condicionada totalmente por las elecciones de término medio que va a haber en EEUU, en noviembre de este año”, enciende la mecha.

Expresa que la posición de la actual administración de la Casa Blanca con respecto a Venezuela es muy diferente a la que tenía Donald Trump. “Pero eso tiene algunos condicionamientos que impiden que se manifieste abiertamente en este instante”, sazona su declaración.

“La polvareda que generó la reunión entre (Juan) González –uno de los principales asesores de Washington- y Miraflores, produjo la protesta de gente de alto nivel en el partido demócrata, y Biden –en este momento- no puede darse el lujo de tener fricciones internas en su partido, ni crear ambientes extraños antes de las elecciones”, analiza Seguías.

Calibra que cuando pasen las elecciones de noviembre “ya veremos un cambio de posición, quizás muy radical, por parte de la Casa Blanca hacia Venezuela, Cuba y otros países”.

Washington va a lidiar con un mapa latinoamericano teñido de rojo, afirma el consultor, y eso obliga a un cambio de estrategias.

“Por eso es que la Cumbre de las Américas ha tenido tantos inconvenientes, porque se complicó el panorama político de América Latina con todos los cambios políticos que se han registrado, y por el lado del gobierno de Maduro no tienen tanto apuro en negociar en estos momentos”.

– Petro sería la más grande victoria –

¿Por qué? Dice que esperan el resultado de las elecciones en Colombia, el desenlace de la guerra en Ucrania, “y eso quizá les va a dar insumos para tomar decisiones”. Si gana Gustavo Petro en Colombia, afirma, sería para Maduro quizá la más grande victoria internacional.

“Además, gane quien gane, va a haber un restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela. Ya ambos candidatos lo han dicho, lo que significa el reconocimiento formal del gobierno de Nicolás Maduro”, roza un borde áspero de la madera.

Reitera que Maduro no tiene apuro para negociar, donde la oposición sí lo tiene. “Porque la única fortaleza opositora ha sido parte de la comunidad internacional, que en 2019, y por ponerle colores, era azul en casi toda América Latina, que hoy se viste de rojo”.

Va cerrando el círculo de sus ideas tocando también la eventual victoria de Lula Da Silva en Brasil, “que es lo más seguro”. Si a eso se le suma una victoria de Petro en la hermana república, “ya veremos un mapa totalmente distinto al de 2019. Eso no ayuda a la oposición. Maduro sabe que está en un momento de subida en sus posiciones de poder, y eso lo hace ver con serenidad, tranquilidad, el diálogo en México”.

Seguías concluye refiriéndose a los precios del petróleo. “Con la crisis mundial el petróleo venezolano comienza a tener un valor que obliga a muchos países a revisar el tema de las sanciones. Y, bueno, así es la historia del mundo, de la geopolítica mundial; la historia del poder y el manejo de las realidades”, remata el vocero.