#Exclusivo | El petróleo en cifras: ¿Podrá el oro negro salvar, otra vez, a Venezuela?
La inversión en energías alternativas crece a pasos agigantados. Por ello, con el propósito de no quedarse atrás en la transición hacia energías más limpias, Venezuela debe actuar en dos frentes: aumentar la producción de petróleo y diversificar su economía.
En 2022, el mundo observó con gran interés el choque entre Rusia y Ucrania que, en efecto, hizo tambalear la oferta de petróleo en el mundo y, en ese sentido, disparar los precios del crudo de todos los mercados.
El caso de Venezuela no fue la excepción, porque el crudo Merey (referencia venezolana dentro de la cesta Opep) alcanzó un precio máximo de US$92,25/barril en junio de 2022.
Sin embargo, en ese momento el país producía unos 660.000 barriles de petróleo por día (bpd), según las fuentes secundarias de la OPEP, por lo que la gran volatilidad de los precios del crudo, que aprovecharon de gran manera muchos países productores, no pudo ser capitalizada en su totalidad por Venezuela.
En la actualidad, dichas coyunturas (la guerra entre Rusia y Ucrania) continúan su paso, ahora con un añadido más: los recortes de la OPEP, la preocupación por el crecimiento económico de China y una todavía posible recesión en Estados Unidos.
Perspectiva energética para todos los gustos
Ahora bien, en el tiempo más reciente los precios del petróleo no han hecho más que caer. Aquí, la perspectiva energética de los precios del petróleo más reciente de la Administración de Información Energética de EE. UU. (EIA) explica que ello se debe a una combinación de factores por parte del mercado de la oferta/demanda, como los mencionados en el párrafo anterior.
El hecho de que las dos mayores potencias económicas del mundo estén atravesando por semejante crisis no hace más que incidir de manera negativa en el mercado del petróleo.
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Sin embargo, el mismo reporte expone que espera que los recortes de producción de la OPEP y un aumento por el lado de la demanda se traduzcan en subidas de precios relativamente moderadas en los próximos meses.
De acuerdo con las estimaciones de la EIA, el precio del crudo Brent aumentará de 74 US$/barril en mayo de 2023 a 79 US$/barril en septiembre, antes de descender ligeramente hasta una media de 78 US$/barril en los tres últimos meses de 2023.
Asimismo, se espera que el precio del West Texas Intermediate siga una trayectoria similar.
¿A 90 dólares el petróleo?
Además, en esa misma línea de ideas, Bank of America, el segundo banco más importante de EE.UU., ha opinado recientemente para Bloomberg TV sobre los precios del petróleo y no se ha mostrado tan cautelosa como la EIA.
Según Bank of American, los precios del petróleo se situarán entre 80 y 90 US$/barril en la segunda mitad del año.
No en vano el WTI (West Texas Intermediate) y el Brent, las dos referencias más importantes en el mercado del petróleo, registraron su primer cierre positivo el 19 de mayo, esto desde mediados de abril.
Alcistas, pero desde otro punto de vista. Mientras tanto, el reporte más reciente sobre el mercado del petróleo de la Agencia Internacional de Energía (AIE, por sus siglas en español) apunta a un déficit de crudo para el resto de 2023: en él se analiza que la demanda podría superar a la oferta en 2,2 millones de bpd en todo el mundo, hasta alcanzar la cifra récord de 102 millones bpd.
Ese posible aumento por el lado de la demanda hace pensar que los precios del crudo podrían experimentar otro sentimiento alcista. Para la OPEP ese escenario es posible, pues el mundo necesita invertir unos 12,1 billones de dólares para satisfacer la creciente demanda de petróleo a largo plazo.
La razón de este posible nuevo rally podría obedecer a la demanda asiática de petróleo, que se espera repunte con fuerza en la segunda mitad del año. Esta es liderada por China e India, que son el segundo y tercer mayor importador de crudo del mundo, por detrás de Estados Unidos.
El presidente de Vitol lo recalca: «Nos adentramos en un segundo semestre en el que, en buena medida gracias al crecimiento de la demanda asiática, el mundo va a necesitar unos 2 millones de bpd más de lo que necesita ahora».
Mientras tanto, por el lado de la oferta, Rusia sigue mostrando una notable resiliencia, con una producción de 8,3 millones de bpd en abril, señala la AIE.
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No obstante, la oferta mundial de petróleo sí que ha sufrido en las últimas semanas, principalmente por interrupciones de fuerza mayor registradas en Irak, Nigeria y Brasil. Además, recientemente se reportó que los incendios forestales en Canadá también han contribuido a frenar la producción del país.
Adicionalmente, las exportaciones de petróleo de los países de la OPEP+ están finalmente disminuyendo (véase la Fig. 3), esto tras haber acordado recortar su producción en 1,66 millones de bpd a partir de mayo.
El recorte se desglosa del siguiente modo: Arabia Saudí (500.000) bpd, Irak (211.000), Emiratos Árabes Unidos (144.000), Kuwait (128.000), Kazajstán (78.000), Argelia (48.000), Omán (40.000) y Gabón (8.000).
Ante estas nuevas previsiones de los precios del petróleo, cabe preguntarse si Venezuela está ahora mejor preparada para capitalizar la nueva oportunidad de venta de crudo. Para ello, conviene analizar la situación actual de la industria petrolera venezolana.
¿Cuánto petróleo está produciendo Venezuela hoy?
Los datos de abril de 2023 de la AIE, nos hablan de que Venezuela está produciendo alrededor de 780.000 barriles por día (bpd). Al tiempo que las fuentes secundarias de la OPEP y de la propia PDVSA apuntan a 724.000 y 810.000 bpd, respectivamente.
En retrospectiva, si revisamos la data histórica de producción de petróleo de Venezuela reportada por las fuentes secundarias de la OPEP, concretamente la de mayo de 2021, tenemos que fue de 509.000 bpd. Mientras que la producción para mayo de 2022 era de 710.000 bpd. Ambas cifras por debajo de la producción actual de Venezuela. Lo anterior sugiere que existe una ligera mejoría en la producción.
¿Confianza en Tellechea? De esta manera, la nueva directiva de PDVSA, liderada por Pedro Tellechea, tiene como objetivo aumentar la producción de petróleo del país hasta los 1,17 millones de bpd a finales de año, al tiempo que incrementa las actividades de refinación y exploración, según reveló un documento interno de planificación visto por Reuters.
Eso significa que PDVSA planea añadir entre 360.000 y 446.000 bpd para el segundo semestre del año. Por su parte, para abril de 2023, la mezcla de crudo Merey se cotizó a un promedio de US$62,58/barril, lo que representa un incremento de 9,3% con respecto al precio de marzo, cuando el precio promedio se ubicó en US$57,25/barril, informa economíahoy.
El plan también incluye al gas natural. PDVSA también pretende aumentar su producción de gas a 2,270 millones de pies cúbicos por día (MMPCD). La actual producción de gas de Venezuela es de 1,625 MMPCD, lo que significaría que buscará aumentar unos 645 MMPCD para finales de 2023.
Por último, se reveló que también se desea exportar alrededor de 1 millón de bpd de crudo y combustible y 800.000 toneladas mensuales de coque derivado del petróleo a finales de 2023, superando la media de 660.000 bpd de crudo y combustible y 530.000 toneladas de coque que ha exportado en lo que va de año.
La situación sigue siendo crítica
Sin embargo, el experto venezolano Einstein Millán Arcia explicó que Venezuela llegó a producir unos 7.926 MMPCD en 2016, por lo que las cifras establecidas como objetivo seguirán estando muy lejos de lo producido en esos años.
Y agrega que el volumen de gas que hoy produce PDVSA (1,625 MMPCD) es muy similar al que ventea y quema en sus «mechurrios» a lo largo de sus operaciones diarias.
Pasa lo mismo con el petróleo. Si se compara esta producción de petróleo con la de hace 10 años, se refleja una gran degradación. El siguiente gráfico muestra la cruda realidad:
Tomando como referencia el promedio de la producción de los cuatro primeros meses vs. la del mismo lapso de 2013, se observa que la producción de petróleo de Venezuela ha caído un 70% desde entonces.
Venezuela sigue siendo la economía con las mayores reservas de petróleo del mundo, pero el hecho de que las tenga no implica que las produzca. Mientras Arabia Saudita, con menos reservas que Venezuela, produce diariamente unos 11 millones de bdp.
Y ¿Por qué cayó tan bruscamente la producción? Para el economista José Manuel Puente, hay cuatro razones claves:
- La incompetencia,
- La pérdida de capacidad de capital humano,
- La desinversión,
- Los problemas gerenciales
¿Cómo se recupera? Sólo desde el punto de vista de inversión, Francisco Monaldi, que es economista y especialista en temas petroleros, explica que harían falta unos 10.000 millones de dólares al año durante un periodo de 7 a 8 años para que Venezuela alcance una producción de hasta 3 millones de bpd.
Tales cifras representan el 1,76% de las inversiones mundiales en exploración y producción de petróleo y gas de 2023, que asciende a 565.000 millones de dólares, según revela Rystad Energy en un comunicado de prensa.
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«El crédito bancario no llega a 1.000 millones de dólares, reservas tampoco tenemos» (…) «Hoy la economía es muy pequeña y que un acuerdo limitado como el de Chevron tenga un efecto sobre la estabilización del tipo de cambio, la inflación, la oferta de divisas, imagínese que se realicen inversiones anuales de 10 mil millones de dólares» continuó comentando Oliveros.
Pero entonces ¿de dónde sacará Venezuela semejantes cifras? Monaldi agrega que deberían provenir de la inversión privada. Sin embargo, añade que tales inversiones no serían posibles mientras exista la barrera de las sanciones impuestas por Estados Unidos y Europa, las cuales, por supuesto, han dificultado aún más la situación, ya que también han limitado la capacidad de Venezuela para exportar su petróleo y obtener ingresos.
¿Y qué decir de las recientes negociaciones entre Chevron, Repsol, la italiana ENI y Venezuela? Los expertos creen que son ciertamente positivas para el país, pero no dejan de ser negociaciones marginales.
No olvidemos que Venezuela viene de una caída del 80% de su PIB, por lo que cualquier acuerdo, por pequeño que sea, afecta positivamente al país.
Conclusión
Evidentemente, un aumento en los precios del petróleo repercute en el bolsillo de los países consumidores de petróleo. Pero, Venezuela no es un país consumidor. Somos conocidos por ser exportadores de crudo.
El país vive de los ingresos del petróleo desde hace más de 100 años, cuando en 1922 se descubrió un yacimiento de enormes proporciones que ubicó a Venezuela en el mapa mundial de los países productores. Por lo tanto, el país debe aprovechar sin duda cualquier aumento de los precios.
Es indudable que el petróleo sigue siendo la columna vertebral del mundo contemporáneo, porque sigue funcionando abrumadoramente con combustibles fósiles y, como ya hemos reiterado, Venezuela no está exenta de ello.
Sin embargo, la inversión en energías alternativas crece a pasos agigantados. Por ello, con el propósito de no quedarse atrás en la transición hacia energías más limpias, Venezuela debe actuar en dos frentes: aumentar la producción de petróleo y diversificar su economía.
Audun Martinsen de Rystad Energy lo deja bien claro: “las empresas de servicios petroleros deben aprovechar ahora este repunte, sin perder de vista el futuro. La transición energética no se detiene; se avecinan grandes oleadas de inversiones en energías renovables y tecnologías limpias”.
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