#Exclusivo | Energía a partir de residuos: una oportunidad para la Venezuela de hoy y del mañana
Que la basura se haya convertido en el nuevo dolor de cabeza de la humanidad no es ningúna novedad.
Desde hace algunos años se ha venido advirtiendo del aumento de la contaminación por plásticos en los océanos. Una interesante manera de evitarlo podría ser viendo el problema como un prometedor negocio, uno que consiste en convertir los residuos en energía. Pero, ¿podría Venezuela adoptar esta filosofía de la economía circular?
Es muy sencillo comprender por qué la generación de energía sostenible es esencial para satisfacer la demanda en un mundo cada vez más poblado, pero averiguar cómo hacerlo de forma eficaz es un proceso mucho más complejo.
Las fuentes de energía renovables, como la eólica, la solar y la hidráulica, no pueden satisfacer por sí solas al planeta, a pesar del papel cada vez más importante que desempeñan en el suministro de electricidad en miles de millones de personas.
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En realidad, la generación de energía sostenible es una intrincada red de diferentes fuentes, algunas mucho más conocidas que otras. Un método que tiene un papel importante que desempeñar tanto hoy como en el futuro es la conversión de residuos (basura) en energía.
Y ¿de qué trata este concepto? La energía a partir de residuos se refiere a la conversión de los residuos en energía utilizable, como electricidad o calor. Para obtenerla se utilizan procesos como la incineración, la gasificación y la digestión anaeróbica.
Ejemplos de éxito de la conversión de residuos en energía
Un ejemplo de éxito en América Latina es el programa de energía a partir de residuos de la empresa estatal CEAMSE (Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado) de la ciudad de Buenos Aires (Argentina).
Esta empresa tiene capacidad para generar, a partir de residuos orgánicos, un total de 25 megavatios (MW) de electricidad, lo que equivale al consumo de aproximadamente 150.000 personas, según la web buenosaires.gob.ar. De esta forma, el programa ha conseguido reducir significativamente los residuos enviados a vertederos y ha generado energía para abastecer a miles de hogares diariamente.
Video: Plantas de biogás argentinas que aprovechan los residuos orgánicos para generar energía.
Hay muchos más ejemplos de éxito en todo el mundo en cuanto a la energía a partir de residuos. He aquí alguno de ellos:
- La ciudad de Viena, en Austria, ha implementado un sistema de gestión de residuos que convierte los desechos en biogás y compost. El biogás se utiliza para generar electricidad y calefacción, mientras que el compost se utiliza como fertilizante.
- En la ciudad de Copenhague, Dinamarca, se ha construido una planta de incineración de residuos que genera electricidad y calor para abastecer a más de 100,000 hogares.
- En Singapur, se ha implementado un sistema de gestión de residuos que convierte los desechos en energía y agua potable. La planta de tratamiento de residuos es capaz de procesar hasta 3,000 toneladas de desechos al día.
- En Japón, se han construido varias plantas de energía a partir de residuos que generan electricidad y calefacción para las comunidades locales.
Estos son sólo algunos ejemplos de cómo la energía procedente de residuos puede ser una solución viable y sostenible para la gestión de residuos y la generación de energía en todo el mundo. Pero no son los únicos.
Como hemos visto, utilizar los residuos que de otro modo irían a parar a los vertederos tiene un enorme valor y, lo decíamos al principio, puede ser un negocio prometedor, puede ser una manera de acabar con la rueda. Pero… Pasemos ahora a unos últimos ejemplos. Los siguientes son referentes a dos empresas petroleras.
De residuos a combustibles: la experiencia de una petrolera
Los expertos en medio ambiente nos instan constantemente a poner fin a la «cultura de producir, usar y tirar» que se ha instalado firmemente en nuestras vidas, en favor de una «economía circular» en la que los materiales se recuperan, se reutilizan o se convierten en nuevos productos.
Petroleras del mundo tan importantes como la italiana ENI ya se han apalancado en la economía circular para lograr la transición a las energías limpias en 2050. La economía circular no es más que un modelo de producción y consumo regenerativo que pretende conducir a la sociedad hacia un mundo en el que se generen menos residuos.
ENI asegura que tiene un proyecto llamado «Waste to Fuel», que consiste en producir combustibles a partir de los residuos de las industrias alimentarias y de la agrícola. De dicho proceso, la petrolera obtiene biocombustibles que pueden ser utilizados en el transporte marítimo, debido a su bajo contenido de azufre, o ser refinados, y ello con un alto rendimiento energético del 80%.
En ese contexto, Italia recoge cada año unos 30 millones de toneladas de residuos, de los que 18 millones se separan correctamente. De ellos, unos 7 millones de toneladas son residuos orgánicos que pueden producir este tipo de biocombustible, ampliable a 10 millones de toneladas.
Si se combina una gestión adecuada de los residuos y más plantas «Waste to Fuel» en toda Italia, en teoría podrían obtenerse unos 1.000 millones de litros de biocombustible al año, lo que equivaldría a unos 6 millones de barriles de petróleo crudo al año.
Esto sería como descubrir un pequeño yacimiento de petróleo sin tener que perforar siquiera un pozo y, sobre todo, sin emitir CO2 adicional al medio ambiente. De esa manera, ENI afirma que con una sola operación podría contribuir a la seguridad energética de Italia y, al mismo tiempo, reducir la cantidad de residuos y las emisiones de gases de efecto invernadero.
El CEO de ENI, Claudio Descalzi, opina lo siguiente del tema: “es imprescindible un nuevo paradigma de desarrollo que nos haga pasar del crecimiento lineal al circular para reducir los residuos, transformarlos y dar nueva vida a lo que ya existe”.
Por su parte, el operador canadiense de gasoductos Enbridge informó también de que invertiría hasta 1.000 millones de dólares en Divert, una empresa tecnológica estadounidense fundada hace 15 años que convierte los residuos alimentarios de miles de supermercados en gas natural renovable.
Según Ryan Begin, CEO y cofundador de Divert, la empresa tiene previsto ampliar a lo largo de los próximos ocho años sus operaciones de conversión de residuos alimentarios en gas natural renovable.
Gracias a su software, la empresa hace un seguimiento de los residuos alimentarios de los minoristas y luego recupera lo que puede donarse a los bancos de alimentos. El resto se introduce en sus plantas de digestión anaeróbica para generar energía (ver Fig. 3). Su plan es construir 30 de estas plantas, lo que sería suficientes para gestionar el 5% de los residuos de alimentos de EE.UU.; en la actualidad, Divert gestiona aproximadamente la mitad.
Pero, algunos defensores del clima todavía no están convencidos. Al fin y al cabo, el gas natural renovable sigue siendo principalmente metano, que tiene capacidad para calentar el planeta hasta 80 veces más que el dióxido de carbono.
¿Podría ser viable en Venezuela?
En cuanto a la viabilidad en Venezuela, es posible que haya oportunidades de negocio para la energía a partir de residuos. El país produce unos 10.475 millones de kilos de basura al año, de acuerdo al diario TalCual. Un porcentaje de esto podría ser destinado a la generación de energía.
Sin embargo, si bien en años pasados se reciclaba entre 10 y 15% de estos desechos, Joaquín Benítez, director de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), cifró que en 2022 esta fracción se ubicaba entre un 7% o 5%. Además, es importante tener en cuenta los costos y la tecnología necesaria para implementar este tipo de proyectos.
A la caza de los residuos en Venezuela
Pero hay proyectos a destacar en todo el país: aunque no se tiene constancia de ningún proyecto que genere energía a partir de residuos en Venezuela, hay muchas otras razones por las que se pueden reciclar estos últimos.
Según un análisis reseñado por bancaynegocio.com, una de ellas está en el estado Zulia, donde las botellas de plástico se han convertido en una alternativa ecológica y barata a los bloques de cemento para la construcción.
Mediante esta técnica se han puesto en marcha los llamados «ecobloques» en Venezuela, donde anualmente se desechan unas 500.000 toneladas de plástico y sólo se reutiliza el 2%, según datos facilitados a EFE por la Dirección de Sostenibilidad Ambiental de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
No es desde luego el único proyecto de reciclaje en Venezuela. Otro interesante está ubicado en el estado Anzoátegui, donde recientemente entró en funcionamiento una planta de reciclaje, en la que los usuarios podrán vender sus plásticos.
En sí, la planta tiene capacidad para procesar 10 toneladas de plástico al día y su finalidad sería la de producir materia prima, tanques de agua y mangueras con fines tanto de atención social como de comercialización.
El futuro de la conversión de residuos en energía es brillante
Dada la imperiosa necesidad de reducir las emisiones mundiales de dióxido de carbono, cualquier método de generación de energía que produzca CO2 estará en el punto de mira en los próximos años.
Conseguir que la generación de energía a partir de residuos sea lo más eficiente y limpia posible garantizaría que las ventajas superen con creces a los inconvenientes, lo que significa que seguirá desempeñando un papel destacado en los sistemas de generación de energía durante muchas décadas.
Siempre que Venezuela pueda diversificar su matriz energética será algo positivo, sobre todo si la generación de energía a partir de residuos puede traducirse, además de generar combustibles y electricidad para la población, en un ahorro nada despreciable del consumo interno de petróleo del país.
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