#Exclusivo | Experto del IESA alerta sobre más competencia y grandes retos para las empresas venezolanas
Años tras años de aridez política y social fueron socavando al país. Y desde que Nicolás Maduro llegó al poder y bajaron los precios del petróleo en proporciones históricas, se precipitó una caída libre de la economía que llevó a la peor miseria y produjo el éxodo desesperado de 6 millones de venezolanos.
La empresa privada fue casi destruida. Expropiaciones, persecuciones, fiscalizaciones de todo tipo, un control de cambio draconiano, entre un largo rosario de males, aplastó al sector privado.
Richard Obuchi es economista con maestrías en Políticas Públicas por la Universidad de Chicago y en gerencia por Tulane University. Profesor del Centro de Políticas Públicas del IESA, también es socio de ODH Consultores.
Banca y Negocios conversó en exclusiva con el analista para poner la lupa sobre la empresa privada criolla, sus desafíos, sus escollos y sus fortalezas potenciales, entre otros puntos.
– El entorno macroeconómico –
“Hace más de un año hicimos –el IESA con el apoyo del BID- una encuesta, en un universo representativo de empresas del sector privado de Venezuela, y a la pregunta de cuáles eran los principales obstáculos, se encontró que el más importante era el entorno macroeconómico. ¿Qué es el entorno macroeconómico? La inestabilidad en el crecimiento, la inflación, el bajo nivel de consumo, todos los desequilibrios que conducen a distorsiones en el funcionamiento de las empresas”, explica el docente.
Luego de eso, relata, seguían tres problemas muy importantes: uno, la inestabilidad política; luego, los problemas de servicios públicos, en particular la electricidad, pero también agua, gasolina, gas, telecomunicaciones; y –finalmente- el acceso al crédito, la ausencia de crédito. bancario.
Esto contrasta –indica- con el resultado que se obtuvo de la misma pregunta en 2010. En ese momento el principal problema que señalaban las empresas era el crimen, con cerca de 30%. Seguido de los problemas de servicios públicos, y la situación política. “Esto también contrasta no solo con el pasado, sino con los resultados del resto de Latinoamérica”.
“En la práctica, en la coyuntura actual, todas estas situaciones conducen a que las empresas tengan grandes problemas para controlar su productividad. El crimen, por ejemplo, incide en que haya altos costos de seguridad. Los problemas de servicios públicos imponen a las empresas la necesidad de instalar plantas o pozos, o resolver de forma privada problemas que son sociales por su naturaleza. Y esta situación de entorno macroeconómico que dificulta la atracción de inversiones y el aprovechamiento de oportunidades”, se lamenta el académico.
– Destrucción de la economía –
Obuchi expresa que las empresas venezolanas han estado sometidas a un intenso proceso de destrucción de oportunidades económicas. “Entre 2013 y 2021 se estima una caída de 86% de la economía. Esto significa que el volumen de actividades económicas de Venezuela es apenas 15% de lo que era unos años antes. Han desaparecido y han cerrado muchas empresas por esa razón, en diversos sectores. Cosas que se hacían ya no se hacen y han sido sustituidas por otras”, analiza.
Y retoma el hilo de Ariadna de su discurso: “Volviendo a la referida encuesta que hicimos en el IESA con el apoyo del BID, valga decir que las empresas que contestaron fueron aquellas que han logrado aguantar esta crisis. Pero, ¿qué características tienen las empresas que sobreviven? Lo primero es capacidad de adaptación. Antes hablé de los problemas que se generaron, a lo que se suma que se ha ido el recurso humano. ¿Qué han hecho las empresas? Flexibilidad, capacidad de adaptación, de solución, mantenerse en movimiento, ante las dificultades -por ejemplo- de los servicios públicos”. Resiliencia. Al parecer este monstruo no es imposible de vencer.
Las empresas –avanza Obuchi- se han adecuado a la salida del recurso humano, porque son ellas las que, primero, ejecutan los cambios de remuneraciones, se crean nuevos beneficios y posibilidades, se cambian los requerimientos, se entrena al personal, y es muy importante la capacidad de innovar, no solo en nuevos productos y servicios, sino cómo adecuarlos al mercado, en los nuevos nichos de mercado de Venezuela.
“Acá destacan los intentos de exportación. Hace unos años apenas 1 o 2% de las empresas decía que estaba exportando 10% de sus ventas, hoy esa cifra subió a 9%; son cifras pequeñas porque la economía es más pequeña, pero es una muestra de los intentos que se han hecho”.
– ¿Qué esperar en 2022? –
El economista Daniel Obuchi deja atrás las reflexiones del pasado y alza la mirada hacia lo que resta de este año: “Luego de todos los estragos del colapso de la industria petrolera y los efectos de la pandemia, parece que en 2022 vamos a tener la posibilidad de una situación diferente, con mayor actividad económica. Hemos aprendido a vivir con el covid-19 y han subido los precios del petróleo, pero también las empresas ponen dinamismo al mercado”.
En el contexto de la invasión rusa a Ucrania se da por descontado que habrá un «boom» de precios petroleros, que, aún con las mermadas capacidades de producción de crudo del país, podría producir un muy importante incremento de la renta proveniente de los hidrocarburos.
Obuchi indica que hay dos grandes estrategias que siguen las empresas en condición de crecimiento: en primer lugar, hay que prepararse para competir más, porque es posible que en cada nicho haya más players. Y retomar funciones básicas como mercadeo y ventas.
“Pero hay que estar preparado para generar valor. Luego de la crisis aparecen brechas que pueden ser atendidas por el sector privado. En ambas estrategias es preciso actuar con flexibilidad para adaptarse a las posibilidades de crecer, al consumidor y a generar valor”, asevera el portavoz.
Hay que entender –aclara- que hay diferentes tipos de empresas, detrás de las cuales hay personas analizando, y las que más aportan son las que han logrado sobrevivir, son las que se han adaptado, las que han innovado, han cuidado su recurso humano. Hay otras que no lograron sobrevivir, la dificultad de las empresas son las condiciones de entorno. Los servicios públicos, la migración, la caída en el consumo; “sin ello tendríamos una empresa privada interesante”, pone las cosas en la balanza.
Consultado sobre cómo quedaremos en 2022 con respecto a nuestros pares de América Latina apunta que “Venezuela era una de las cinco economías más grandes de la región, y luego de estos 8 años de recesión somos el segundo PIB per cápita más bajo de América Latina y el Caribe. Pero en términos absolutos la economía se ha vuelto extremadamente pequeña, el equivalente a Costa Rica, cosa que era impensable. Sin duda eso significa que tomará años de crecimiento sostenido recuperar las dimensiones históricas del Producto Interno Bruto”.
– ¿Qué hacer? –
Ahora bien, ¿qué se debe hacer? ¿cómo tratar de aprovechar las oportunidades, sean muchas o sean pocas? “Retomar las actividades económicas, innovación, crecimiento, generar valor y empleo; es así como se van a poder recuperar los niveles. Prefiero pensar hacia adelante porque mirar hacia atrás es duro, pero si no se retoma este camino pues nos tomará todavía más tiempo la recuperación”, remata Obuchi.
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