#Exclusivo: ¿Fijar nuevos precios para el café mejorará la producción nacional de este rubro?
Ante la posibilidad de fijar nuevos precios, representantes gremiales de productores cafetaleros esperan que se mejoren las condiciones de producción y se respeten los precios internacionales.
El 13 de julio, durante el Encuentro Nacional con Campesinos y Pequeños Productores, realizado en Acarigua, en el estado Portuguesa, el jefe de Estado, Nicolás Maduro, planteó una reunión en Miraflores con representantes del gremio cafetalero nacional, con la intención de concretar acuerdos de nuevos precios y adelantó que, de una vez, firmaría el decreto y dará garantías de que se cumpla la tarifa acordada.
El llamado reciente del Primer Mandatario Nacional a coordinar con gremios y asociaciones de productores, para concretar nuevos precios, pudiera ser un primer paso para mejorar las condiciones de los productores cafetaleros en el país.
Sin embargo, esto parece no ser suficiente, ya que puertas adentro los caficultores enfrentan una serie de dificultades derivadas del incumplimiento de los precios que ya están establecidos en Gaceta Oficial y que continúan vigentes, según explicó a Banca y Negocios Celso Fantinel, presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro).
¿Funcionará para el gremio un incremento de precios?
Celso Fantinel, presidente de Fedeagro, indicó que, en la actualidad, los productores reciben entre 90 y 100 dólares por un quintal de café de 46 kilogramos, aunque el precio oficial oscile entre los 166 y 170 dólares.
Ante la posibilidad de que se puedan establecer nuevos precios, Nelson Moreno, presidente de la Asociación Venezolana de la Industria del Café (Asicaf), ente que agrupa aproximadamente el 70% del mercado nacional, expresó que el problema del gremio a nivel de producción no radica solo en la implementación de una nueva tarifa, aunque las expectativas de nuevos precios oscilan entre los 180 y 250 dólares por quintal a nivel industrial.
“El precio ya está fijado por el mercado internacional, más de eso es un error a la cadena productiva del café. Menos de ese precio es un subsidió del productor al consumidor y más de ese precio es un subsidio del consumidor al productor”, agregó.
En ese sentido, Moreno dijo que la primera medida para estimular la producción de todo el aparato productivo nacional “es eliminar la sobrevaluación del bolívar y sincerar su valor”.
El representante gremial explicó que la cosecha cafetalera tuvo un repunte. “En cambio, en el consumo nacional, la demanda interna bajó aproximadamente un 3%. Esto es preocupante tanto para la agroindustria como para los caficultores, que esperan que se les compre su cosecha a precio por encima de sus costos de producción, como es lógico”, acotó.
Al detalle, el presidente de Fedeagro consideró que hay una brecha entre el precio final del producto que llega a los anaqueles, el cual oscila entre los 10 y 12 dólares por kilogramo, dependiendo de la marca, y el pago que obtienen los productores, aproximadamente dos dólares por kilogramo.
Productores que, como apuntó Nelson Moreno, sortean obstáculos para poder producir. “Realmente la capacidad de producción agrícola en Venezuela ha sido una proeza de los agricultores. A pesar de tantas dificultades con el suministro de luz, de combustible, de vialidad agrícola, de falta de financiamiento oportuno, escasez de créditos de la banca, los caficultores han logrado salir adelante”, afirmó.
También puntualizó que la industria ha sido constante cancelando de contado las cosechas ante las dificultades para obtener financiamiento bancario, lo que impide que se puedan almacenar hasta cinco meses de consumo, como en épocas anteriores.
“Esta vez, prácticamente en estas condiciones, la industria local y el comercio en general tienen, necesariamente, que recurrir al flujo de caja y al capital propio para compensar los costos de producción y la compra hacia los agricultores, evitando los problemas que siempre se suceden a finales de cosecha”, añadió.
Por ello, el presidente de Asicaf manifestó que se trata de un escenario complejo que se debe superar: “estamos en una situación estructuralmente difícil”.
Celso Fantinel precisó que la apuesta principal debe ser por la producción nacional, la cual a pesar de los escollos que sortean los productores, está por encima de un millón doscientos mil quintales.
Comentó que, aunque las condiciones son adversas, la producción se ha mantenido por el esfuerzo de los cafetaleros, quienes se esmeran en tener un café con buena floración que está logrando retornar a Venezuela a los primeros lugares internacionales en cuanto a un producto de calidad.
Por ello, el presidente de Fedeagro consideró que las reuniones con instituciones gubernamentales y representantes agroindustriales deben estar orientadas a buscar mejoras significativas en las condiciones de producción.
Estas mejoras, destacó el dirigente gremial, deben incluir acceso a mecanismos de financiamiento alternos, ante las dificultades para la obtención de créditos en la banca nacional, además del respeto a los precios internacionales ya establecidos.
Otro punto importante, según Fantinel, es que los precios de venta al público se mantengan estables ya que ha habido una reducción en el consumo nacional del café, el cual en el lapso de una década pasó de cuatro kilogramos per cápita a dos kilogramos.
Intermediarios: “el mal necesario”
El presidente de Asicaf, Nelson Moreno, expuso que la complementación del sector industrial y del sector agrícola en la cadena de comercialización del café es un aspecto “sumamente importante” de destacar.
“No es que estemos en la industria de acuerdo totalmente con la eliminación del intermediario, que es un mal necesario”, dijo al referirse que se trata de un canal que encarece por lo menos en 10 dólares por quintal la compra de café.
Sin embargo, añadió que esto es consecuencia de la “atomización de los productores y la falta de centros de acopio”, un escenario que “obliga” a la industria a comprar el café a intermediarios que recogen este rubro en las zonas de producción.
“No es tan fácil llegarle a un caficultor y comprarle tres, diez o veinte sacos, cuando se requieren por lo menos 200 sacos de café. Entonces, tiene que ser entre varios productores que acopien esa cantidad”, detalló.
Moreno aseguró que, a pesar de la realidad compleja que vive el sector, hay optimismo ante lo que considera como una “nueva etapa del café y una nueva cultura cafetalera”.
Señaló que hay condiciones propias del país que pueden mejorar la producción local. “Tenemos tierra, tenemos tecnología, tenemos voluntad y tenemos semillas especializadas autóctonas para sembrar más allá de la frontera cafetalera existente”, por lo que la meta es buscar un equilibrio entre los precios de los caficultores y los costos de los industriales.
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