#Exclusivo | Generación de energía eólica en Venezuela: ¿Opción para enfrentar la crisis eléctrica?
Venezuela, conocida por su importante industria petrolera, quiere darle mayor protagonismo a las fuentes de energía alternativas. Entre ellas, destaca la energía eólica, la cual utiliza la fuerza del viento para generar electricidad.
Aunque la generación de energía eólica en Venezuela aún es incipiente, el país cuenta con un gran potencial gracias a su ubicación geográfica y al clima favorable para la generación de viento, que bien podría usar para impulsar su industria petrolífera a nuevos hitos de producción y sostenibilidad.
En ese sentido, analizaremos su tendencia global, comparándola con los desarrollos de otros países y especialmente en Venezuela.
Para ello, empecemos definiendo que es un aerogenerador, en concreto los aerogeneradores de eje horizontal, tecnología que actualmente domina el mercado de generación eólica a escala mundial.
Los aerogeneradores y su historia
De acuerdo con la multinacional energética TotalEnergies, un aerogenerador de eje horizontal es una máquina capaz de transformar la energía cinética del viento, producida por efecto de las corrientes del aire, en electricidad. En otras palabras, son los actores responsables de generar la energía sostenible denominada como “energía eólica”.
El primer precursor de dicha tecnología fue el científico estadounidense Charles F. Brush (1849-1929), quien en 1887 construyó lo que hoy se considera el primer aerogenerador de eje horizontal del mundo, explica Siemens Gamesa.
Desde entonces, la tecnología ha seguido desarrollándose gracias a otros soñadores como Brush. Sin embargo, no fue sino hasta estas últimas décadas que la tecnología despegó con gran velocidad.
Este gran crecimiento se debe, desde el punto de vista del investigador Pedro Grima Gallardo, actual asesor del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Venezuela, a dos razones: la situación global provocada por la crisis climática y la insostenibilidad generada por un modelo de crecimiento infinito.
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De este modo, la complejidad del problema nos ha llevado por el camino de la transición energética, la cual es vista como solución y está caracterizada por un aumento exponencial en el consumo de energía solar y eólica.
Revelador informe de Ember sobre la energía eólica
A este punto, el informe Global Electricity Review 2023 de Ember Climate, es rotundo en sus afirmaciones: dice que esta década será recordada como un punto de inflexión en el que la era fósil dará lugar a la era de las energías limpias y muestra que la eólica y la solar generaron una cantidad récord de electricidad el año pasado, con un 12% de la matriz energética global.
De esa cantidad, un total de 78 países generaron más del 10% de su energía a partir de la energía eólica y solar.
En el caso de América Latina, muchos países estuvieron por encima de la media mundial: Uruguay (36%), Chile (28%), Brasil (15%), Argentina (12%), por lo que está claro que estas tecnologías están dando ya sus frutos.
Venezuela, en cambio, ha construido poco hasta ahora. El informe de Ember revela que solo el 0,1% de su electricidad precedió de recursos eólicos y solares.
No fueron los únicos datos interesantes de Ember. También recoge que el 80% de la nueva capacidad instalada de electricidad se realizó con centrales de energía eólica y solares en 2022. El motivo es que, tanto la eólica como la solar, son fuentes de energía muy económicas y limpias.
Si hablamos específicamente de capacidad eólica instalada en el mundo, tampoco podemos pasar por alto los datos de la consultora Wood Mackenzie.
De un reciente informe se desprende que la energía eólica instalada en el mundo superará la barrera del teravatio (TW) a finales de este 2023. Para tener una idea, esta cifra se situaba en 837 gigavatios (GW) en 2021, una cantidad no menor si se considera que la capacidad total acumulada de energía renovable de China fue de 1.2 TW en 2022.
Eólica “made in China”
Y hablando de China, resulta llamativo que sea el mayor contaminador atmosférico del mundo, con 9,9 mil millones de toneladas de emisiones de CO2 en 2021, según datos de BP, debido a la todavía fuerte dependencia china de los combustibles fósiles.
Sin embargo, cuando se saca la lupa y se profundiza en el aporte renovable que realiza, se comprueba que la nación asiática es responsable de la mayor parte de la capacidad eólica instalada en el mundo, con 339 gigavatios (GW) en 2021, según los datos de Global Wind Energy Council (GWEC).
Ranking de países por potencia terrestre y offshore acumulada. Fuente: Global Wind Energy Council (GWEC)
De hecho, China lleva liderando el puesto renovable desde hace unos 12 años consecutivos, doblando en capacidad a toda la Unión Europea y triplicando casi la de EE.UU., de acuerdo con la U.S Energy Information Administration.
En ese contexto ¿Podría Venezuela lograr un acuerdo con el gigante asiático en materia de energía eólica? De acuerdo con Endri Lico, analista sénior de Wood Mackenzie, las empresas eólicas chinas están presentes en toda la cadena del sector eólico y aspiran a expandirse en el extranjero, a través de múltiples medios.
En particular, se están centrando en los mercados emergentes en el marco de la Iniciativa Belt and Road y en proyectos de hidrógeno verde a escala de gigavatios. Expansión que bien podría aprovechar Venezuela si se consideran los lazos existentes actuales y el potencial eólico del país.
Cabe acotar que la empresa China National Petroleum Corp. (CNPC), quien es el mayor productor de petróleo y gas de China, pretende lograr las cero emisiones para 2050, un objetivo que podría llevarle a descarbonizar en algún momento su empresa mixta con PDVSA, Sinovensa, en la que la compañía china tiene el 60% de participación para la explotación de petróleo pesado en la cuenca de la Faja Petrolífera del Orinoco.
Situación actual del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) venezolano
Venezuela, por su parte, sigue sufriendo de apagones a diario; de hecho, muchos llegan a prolongarse por más de 24 horas, especialmente en los estados del interior del país, un problema que el Gobierno achaca a ataques programados y a las sanciones.
Para tener una idea, sólo en marzo de 2023 se registraron 6.043 interrupciones en el servicio eléctrico en Venezuela, 1.994 más que las documentadas en el mes de febrero, según el Comité de Afectados por Apagones.
Lo cierto es que, de acuerdo con el investigador científico Pedro Grima Gallardo, la generación de energía en Venezuela se encuentra al límite, con una capacidad de generación de tan sólo 11.438 MW, mientras que la demanda eléctrica requerida es de 11.659 MW, lo que evidentemente resulta en un déficit de 221 MW.
De esta capacidad de generación, 78% (8,918 MW) es hidroeléctrica y el 22% restante (2.520 MW) sería producido por plantas termoeléctricas. Sin embargo, se aclara que la capacidad hidroeléctrica instalada es de 17.731 MW, que, si la comparamos con la generación real, podemos observar que la capacidad hidroeléctrica instalada funciona al 50.3% de su capacidad de generación, afirma Gallardo.
¿La razón? No hay información oficial sobre el motivo, pero una causa probable podría deberse a los fenómenos que afectan los ciclos de lluvia como “El Niño” y a diversos problemas de mantenimiento que el Gobierno no ha podido solventar, finaliza Gallardo.
Aunque, para Luis Makenzie, gerente de Empresas de Corporación Solsica, la solución no pasa por la generación de energía sino por su transmisión y distribución.
En ese orden de ideas, la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) ha comunicado recientemente una serie de labores preventivas en 547 subestaciones y en alrededor de 1.420 equipos de transformación de energía (entre autotransformadores y transformadores), como parte del Plan Nacional de Mantenimiento de la Red de Transmisión de Energía Eléctrica de todo el país.
Trabajos de mantenimiento de Corpoelec en los sistemas de alta tensión de Guayana. Fuente: Corpoelec.
Sin embargo, a finales del año pasado, Arnoldo Gabaldón, ingeniero civil y exministro de Ambiente de Venezuela en 1977, estimaba que se necesitarían alrededor de US$ 14.000 millones para recuperar completamente el SEN, cifra inferior a los US$ 21.200 millones que PDVSA tiene en cuentas comerciales por cobrar.
Cabe recordar también que en 2013 la demanda eléctrica de Venezuela era de 18.696 MW, señala la web Diálogo Chino. En esa fecha, ya empezaban a hacerse palpables los problemas eléctricos de Venezuela, que curiosamente se decía que se solucionarían instalando nueva capacidad eólica.
Energía eólica en Venezuela
Han pasado 10 años desde estos acontecimientos y los parques eólicos que se tenían definidos por el programa estatal “Sembrando Luz” nunca se materializaron en beneficios para la población, pues en 2014, se reveló que el Parque Eólico Paraguaná ya no estaba funcionando.
El mismo destino sufrió el Parque Eólico La Guajira. El presidente de Corpoelec y también ministro de Energía Eléctrica durante el período 2015-2019, Luis Motta Domínguez, a quien la justicia de Estados Unidos busca por sobornos relacionados con la compra de equipos eléctricos, admitió que dicho parque fue saqueado en su totalidad.
Venezuela sigue en una situación inclusive peor, una en la que es más vulnerable, con un servicio eléctrico poco confiable, como ya se mencionó.
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Así pues, conociendo el panorama actual de la energía eólica en el mundo y la situación actual del SEN, queda demostrada la necesidad de instalar nueva capacidad energética en el país. Y qué mejor forma de hacerlo que con el boom de la energía eólica.
Pero… ¿Qué tiene de especial la energía eólica en Venezuela? El desarrollo de los parques eólicos de Paraguaná y La Guajira no fue por mera casualidad, fue producto de que, en Venezuela, además de ser una tierra donde el petróleo se encuentra en casi todo el territorio nacional, también es una tierra favorecida por los recursos eólicos y solares.
De acuerdo con el mapa eólico «Global Wind Atlas«, Venezuela cuenta con una velocidad promedio de viento de 7.3 m/s a una altura de 100 metros del suelo y una potencia de 362 W/m2. Este promedio aumenta en los estados costeros del país, veamos a continuación:
- Anzoátegui: velocidad promedio de viento de 8.22 m/s y una potencia de 439 W/m2
- Falcón: velocidad promedio de viento de 10.32 m/s y una potencia de 840 W/m2
- Nueva Esparta: velocidad promedio de viento de 9.77 m/s y una potencia de 705 W/m2
- Sucre: velocidad promedio de viento de 8.04 m/s y una potencia de 425 W/m2
- Zulia: velocidad promedio de viento de 7.66 m/s y una potencia de 456 W/m2
De igual forma, tenemos los estados andinos Mérida, Táchira y Trujillo los cuales tienen recursos eólicos significativos: 6.84 m/s, 8.37m/s 7,38 m/s, respectivamente.
Mapa eólico de Venezuela. Fuente: Global Wind Atlas.
Cuencas petrolíferas alimentadas por la energía… ¿eólica?
Adicionalmente, algunos de estos recursos eólicos podrían aprovecharse para alimentar el funcionamiento de las cuencas petrolíferas más importantes de Venezuela debido a su gran cercanía con las mismas. Ese es el caso particular de los estados Anzoátegui, Zulia y Falcón, los cuales poseen:
- La cuenca Oriental: posee una extensión de 153.000 km2
- La cuenca Maracaibo-Falcón: Posee una extensión de 82.000 km2
- La Cuenca de la Faja Petrolífera del Orinoco: Su área aproximada es de 55.000 km2
Tampoco podemos pasar por alto la cuenca «Tuy-Cariaco» y su enorme potencial eólico marino. Esta cuenca está situada al norte de la cuenca oriental, en el mar Caribe de Venezuela, y tiene una superficie aproximada de 18.000 km2. Abarca desde Barlovento, en el Estado de Miranda, hasta el Golfo de Cariaco, en el Estado de Sucre y de acuerdo al World Bank Group y ESMAP, dicha zona tiene potencial para desarrollar un total de 381 GW de energía eólica marina.
La misma se divide en dos vertientes: 115 GW para los aerogeneradores con una estructura fija en el mar y 266 GW para los aerogeneradores flotantes, los cuales pueden aprovechar los vientos más fuertes de alta mar por su tipo de estructura.
Para ponernos en perspectiva de cuánto podría producir este complejo eólico marino, conviene saber que un gigavatio puede alimentar un equivalente a 300.000 hogares. En otras palabras, si se logra desarrollar tan solo el 10% de toda esa capacidad, unos 38 GW, sería equivalente a alimentar con energía limpia a unos 11 millones de hogares.
Sin embargo, el gran complejo eólico plantearía numerosos retos: para empezar, exigiría una gran inversión en las infraestructuras portuarias y de que la misma sea eficiente desde el punto de vista de transporte. Así lo afirma Giles Dickson, Director Ejecutivo de WindEurope: «Los puertos son centros logísticos esenciales para la energía eólica marina».
Figura 5. Se observan unas palas eólicas siendo transportadas desde un puerto noruego. Fuente: Wind Europe.
El potencial eólico de esta zona podría servir perfectamente para alimentar los posibles yacimientos de hidrocarburos de la región, para alimentar a toda Venezuela o para la exportación de electricidad mediante cables submarinos.
La noruega Equinor es el vivo ejemplo de lo que la industria petrolera venezolana podría llegar a ser en el futuro. Es la responsable del desarrollo del parque eólico flotante “Hywind Tampen”, que suministrará electricidad a los yacimientos de petróleo y gas que posee Equinor en el Mar del Norte noruego.
Petrobras, la petrolera estatal de Brasil, está al tanto de dicha situación y no ha tardado en establecer acuerdos con Equinor para el desarrollo de más de 14 GW de capacidad eólica marina en Brasil.
Tampoco hay que preocuparse por la altura en la que se puede aprovechar este potencial eólico. La multinacional energética Enel Green Power explica que la altura promedio de una torre eólica se ubica entre los 30 y 120 metros, por lo que perfectamente se podrían aprovechar estos recursos si en algún momento se llega a un acuerdo con una multinacional energética con una larga trayectoria en la zona.
Figura 6. Altura promedio de los aerogeneradores terrestres y marinos comparados con la Torre de la Libertad. Fuente: Departamento de Energía de EE.UU.
Conclusión
Como vemos, la industria de la energía eólica de bajo costo está creciendo a pasos agigantados generando millones de puestos de trabajo y dejando varada a las centrales de combustibles fósiles existentes.
Si de verdad se quiere crecer hay que invertir en materia energética y por qué no hacerlo en la eólica, considerando los abundantes recursos que tiene nuestra nación.
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