#Exclusivo | ¿Por qué se transforma el retail? De la era de los bodegones a la de las grandes tiendas

Pese al franco deterioro de la economía en los últimos 8 años, con la caída de los precios del petróleo, la destrucción de Pdvsa, y las sanciones impuestas por EEUU, en Venezuela están pasando cosas interesantes en el mundo del retail.

Hay desde bodegones que hoy son hipermercados, hasta grandes ventas de electrodomésticos, y mega mercados de Navidad. Los retails se niegan a colgar los guantes ante el desmadre económico de la Nación.

¿Cómo explicarse esto en medio de la debacle? Francisco Allen es gerente de análisis económico y consultoría de Datanálisis. Expone que “estos bodegones han ido mutando al esquema de tiendas por departamento. Primero está la parte macroeconómica, venimos de 7 años consecutivos de caída, la peor crisis económica de nuestra historia, donde la economía se redujo más o menos 75%, somos la cuarta parte de lo que fuimos en 2012. Esto es basado en fuentes oficiales”, abre fuegos el experto en conversación con Banca y Negocios.

Cabe destacar –dice- que la Venezuela de 2012 era irreal, eran dimensiones no sostenibles. El barril de petróleo llegó a estar por encima de los 130 dólares. La industria petrolera no había entrado en esa dinámica de caída tan brusca.

Toda la crisis que ha venido de manera sostenida ha obligado a mutar desde la fuente de ingresos, hasta las formas de consumo de los venezolanos, opina Allen. “Los ingresos han variado de manera drástica. Ya no somos un país petrolero, antes entraba el 90% de las divisas por crudo y ahora es menos de la mitad”.

“Está la caída de los precios y las sanciones, lo que obliga a irse a mercados negros. Han salido otras fuentes de ingreso, como el oro, que ha sido muy importante, más allá del gran ecocidio. Luego, contrabando. Pero luego ha habido un repunte de exportaciones no tradicionales como el ron y el chocolate. De ahí los bodegones. El gobierno ya no controla Pdvsa. Todo lo que se produce en el Arco Minero son capitales privados. Todo esto ha derivado en los bodegones, las tiendas por departamento que están surgiendo”, da con el Nudo Gordiano de esta historia.

– Dinero represado –

Esa crisis –analiza el gerente- deriva en la entrada de dinero al país y que vuelve a salir. Hay una cantidad de dinero que ha ido de mano en mano, ha estado represado y han crecido las inversiones. “Estimamos que 75% de los venezolanos aumentaron sus ingresos en dólares, tanto remesas como recursos propios. Un grupo no despreciable entre 7% y 8% recibe montos importantes en dólares. Estos retails son para nichos pequeños, pero nada despreciables”, pone en la balanza Francisco Allen.

También hay que considerar la diáspora. Se han ido más de 5 millones pero seguimos siendo más grandes, por ejemplo, que Panamá. Eso es un atractivo –indica- para este tipo de comercios. Un incentivo son las facilidades que se han dado para importar. No tiene que ser puerta a puerta sin arancel. Incluso importaciones por puerto no pagan arancel.

“Eso ha sido atractivo para muchos comerciantes. Hay un nicho de mercado. Como dije antes, ha quedado represado dinero en el país y hay una demanda. La competencia en los últimos 7 años ha sido mucho menos porque muchas empresas se han ido del país. La oferta se ha reducido”, indica Allen a Banca y Negocios.

El ejecutivo de Datanálisis recuerda que pasamos de tener años de escasez de 80 y 90% en algunos rubros, a tener productos importados de China o Rusia, por ejemplo, cosa que llenó el vacío de las empresas que se fueron, por lo que estamos en un redimensionamiento de la economía del país.

– Hay más dólares –

A escala del consumidor se refiere al crecimiento de las divisas, y el 79% de las transacciones que ya se realizan en dólares. “Ahí entran los que reciben montos importantes, hasta los que obtienen poco en propinas, como parqueros o mesoneros”, se explaya en los detalles.

“Las remesas son de consumo de subsistencia, y se vieron muy afectadas por la pandemia. Los montos son inferiores. Por eso no se puede concluir que el target de estos retails sea gente que recibe dólares, porque varían mucho las cantidades”.

Y pone la lupa en los años por venir: “En un futuro, muchos de estos bodegones tal vez no podrán ofrecer un elemento diferenciador para ser eficientes, y desaparecerán. Pero otros permanecerán. Hay varios hipermercados. Y he escuchado de proyectos de tiendas por departamento. Otro factor interesante son las oportunidades por precios de los inmuebles. El precio por metro cuadrado está muy bajo, y se puede apostar a locales de gran dimensión”.

Lo que ven en Datanálisis desde el punto de vista de crecimiento de la economía, es que se prevé un alza de 2% para 2022. Incluso Credit Suisse prevé que el país podría salir de la recesión este año. Todavía hay muchas distorsiones en el país, pero las liberaciones en el control de cambio, el control de precios, son ventajas.

El ejecutivo dice que este es un fenómeno positivo porque hay mayor oferta de productos. “Nada peor que lo que ocurrió hace 4 años con la escasez que teníamos. Sea importado o nacional es ventajoso. Pero el productor nacional está en desventaja. Mientras más productos haya, sean nacionales o importados, yo creo que es positivo para el país”, afirma.

– Navidad pret-a-porter –

En su trinchera, Jesús Font es el fundador y director de Joy Arte y Decoración, una especie de hipermercado de artículos navideños. Ofrece a Banca y Negocios una mirada retrospectiva: “Joy Arte y Decoración nace en 2016 haciendo bambalinas en un cuarto en casa de mi madre. Yo venía de estar un año en Panamá y al llegar a Venezuela no sabía que iba a hacer con mi vida. Comencé a montar la Navidad, y busqué en todos los puntos de venta, porque es una tradición de familia. Cuando llegué acá me di cuenta que no había nada. Me hice muchas preguntas. Yo era gerente de finanzas de una clínica y me había dedicado a ahorrar”.

“Nunca había hecho manualidades. Mi mamá se preocupó por mi futuro. Y yo le dije que lo peor que podía pasar es que no funcionara. Pero nos fue muy bien. Invertí en un año dos veces mi presupuesto de vacaciones. Pensé que podía vender mis productos en Iskia, y ese fue mi primer error, porque la dueña me dijo que en su tienda eso no se iba a vender. Yo trabajaba un año antes de Navidad y no sabía cómo demonios iba a vender eso el año siguiente”, se lleva una mano a la cabeza.

Comenzaron a buscar un lugar donde colocar las bambalinas que se pudieran vender. Consiguieron una amiga con una tienda en Las Mercedes, Zientte, que le dijo que le daba un espacio en su tienda si le llevaba flujo de gente. Luego de eso estuvieron por dos años en el Hotel Tamanaco pero –si bien fue un empujón fabuloso- no pudieron pagarlo más.

Joy Arte y Decoración está hoy en una tienda en Altamira Sur, y tiene una boutique en El Tolón. Está a punto de abrir una tienda en Valencia, a principios de octubre. “Me encantaría expandirme por el país. Abriremos una sede en las tiendas Zientte, que la desocuparon. Pudimos alquilarla y la vamos a suplir. No tenemos fecha todavía”. Tendrán dos tiendas en Caracas y una boutique. Hay planes de expandirse a Lecherías, Barquisimeto y Maracaibo. Está buscando certificación ISO 9000 para poder exportar.

De la mercancía 40% es importado y 60% nacional. “Yo importo a través de una agencia aduanal, donde pago mis impuestos, y todo está declarado en el Seniat. No tengo nada sin arancel puerta a puerta. Ganamos por volumen, y lo que más se vende son las bambalinas. Hay productos desde un dólar hasta cualquier cantidad de precios”.

– El aquelarre 2.0 –

A Font se le acusó en sus inicios –en el aquelarre 2.0- de “enchufado”. Se logró demostrar que esta es una empresa que se ha hecho año tras año, y que han reinvertido toda la ganancia. El año pasado tuvo fiscales de Seniat en las tiendas. “Si yo fuera un enchufado eso no hubiera pasado”.

“La gente no sabe lo que significa el esfuerzo de trabajar y luchar en este país”, refiere el entrevistado. ¿El secreto del éxito? “El amor con el cual hacemos las cosas. Tengo que trabajar todo el año para vender en Navidad. Y la gente siente esa alegría. Además te montamos la Navidad en tu casa, te la desmontamos, y guardamos los objetos. A muchos de los clientes los conozco personalmente, pero no a todos”.

Es un concepto integral, dice, totalmente 360. “Yo diseño, comercializo, monto la Navidad en tu casa, la desmonto, te la guardo y el año siguiente te la vuelvo a montar. Eso fideliza a los clientes. Eso es único en Venezuela y creo que en el mundo. Estamos haciendo publicidad muchísimo, con una agencia in house, sobre todo en redes sociales”.

No tiene competencia directa. Por lo cual capitaliza la mayor parte de la torta de market share. Su expectativa de facturación al cierre del año es confidencial. Font reinvierte todo lo que gana. “Este quinto año voy a comenzar a guardar para ese capital de la empresa. Ese ha sido el secreto del crecimiento más veloz”.

Su madre todavía vive y “llora con mi éxito”. Los temores del pasado se tornaron en el orgullo del presente. “Yo soy un hombre de negocios puro y duro”, explica. Este año comenzó a decorar por temporadas, cosa que quería hacer el año pasado, pero no pudo por la pandemia. Semana Santa, Carnaval, Acción de Gracias, Halloween, entre otros. Esto les permitirá mantenerse todo el año.

Font estudió Administración de Empresas en la UCV e hizo un MBA en la UCAB. Remata diciendo que se siente muy satisfecho de lo logrado, tiene 310 empleados. Levantó un imperio en 5 años, a punta de ahorro, reinversión y trabajo duro.

 – Apoyo a la industria nacional –

Yaudat Sabeh, de su lado, es el fundador y director de Qué Papaya, un hipermercado donde se consigue de todo, desde carnes hasta verduras, pasando por productos de higiene y limpieza, hasta llegar a la experiencia de poder tomar un trago o un café.

“Qué Papaya nace en 2019, con el concepto de un bodegón, pero con un tamaño respetable. Yo había abierto antes dos bodegones, fui el cuarto bodegón que abrió en Caracas, que se llama Bottega. Ahora lo estamos cerrando, porque fue un éxito total, pero con el concepto de hipermercado es difícil que se mantengan los bodegones. No tiene sentido. Los hipermercados están bien abastecidos, puedes comprar carne, pollo, verduras, y puedes comprar productos de la industria nacional, que está muy activa en este momento”, asevera el entrevistado a Banca y Negocios.

“Mis productos son apoyo a la industria nacional. Cuando empecé como bodegón en Bottega era 100% importado. Pero cuando abro Qué Papaya en el Unicentro El Marques, trabajamos con 90% importado, 10% nacional. Luego pasó a ser 50/50 y ahora tengo 80% nacional y 20% importado. Por ahí viene una panadería internacional que va a entrar en Qué Papaya. No puedo adelantar más nada. Queremos abrir 4 o 5 tiendas más en Caracas y luego en el interior del país”, se le ilumina la mirada ante las promesas que le brinda el porvenir.

Garantiza que su propuesta es muy accesible para todo el mundo. Puede ir la persona que puede comprar entre 40 y 100 dólares, hasta el que quiere gastar 700 dólares. Los precios son muy competitivos, asegura Sabeh.

“Hay mucha competencia. Puedes encontrar precios más económicos en otros lados, y viceversa. Pero nos estamos esforzando cada vez más por mejorar los precios. La rentabilidad del negocio es tener apoyo de la banca y un espacio a nivel nacional. Tengo tres socios más en el proyecto. Estamos haciendo publicidad fuertemente, pero prefiero reservarme el nombre de la agencia”, dice con cautela.

El plan es expandirse a escala nacional, pero más allá de eso crear una marca sólida, y luchar por el país. “Es posible que nos expandamos internacionalmente, pero en Venezuela nos queda mucho por hacer”, remata el entrevistado.