Éxodo de capitales: Los millonarios de EEUU se refugian en la banca suiza
Los acaudalados estadounidenses están volviendo a confiar sus activos a los bancos suizos y pone de manifiesto el perdurable prestigio de Suiza como bastión de seguridad.
Los estadounidenses adinerados, tanto aquellos que residen en Estados Unidos como los que viven en el extranjero, están diseñando estrategias para trasladar sus activos a la reconocida banca suiza, según una publicación de El Economista.
Todo sucede en medio de la tormenta desatada por el regreso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca con una agenda aún más agresiva que en su primer mandato.
Banqueros privados, oficinas familiares y grupos de gestión de activos han informado a los periodistas del Financial Times sobre un notable incremento en la demanda de clientes que buscan abrir cuentas bancarias e inversiones en Suiza, especialmente aquellas que cumplen con las regulaciones fiscales estadounidenses.
Josh Matthews, cofundador de Maseco, una firma británica que ofrece gestión patrimonial a estadounidenses en el extranjero, menciona que esta tendencia recuerda a la observada durante la crisis financiera global, cuando había temores sobre la quiebra de bancos en EE.UU. La incertidumbre relacionada con las políticas de Trump, caracterizadas por una intensa guerra comercial y un acercamiento a Rusia, ha generado temores similares.
El banco privado suizo Pictet, con sede en Ginebra, confirma este «notable aumento» en la demanda de nuevos y actuales clientes estadounidenses en su filial Pictet North America Advisors, registrada ante la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC).
Los estadounidenses no pueden abrir cuentas bancarias en Suiza así como así, debido a regulaciones estrictas como la Ley de Cumplimiento Tributario de Cuentas Extranjeras (Fatca), que obliga a los bancos extranjeros a informar al Servicio de Impuestos Internos sobre los titulares de cuentas estadounidenses.
Sin embargo, si un gestor de patrimonio o activo suizo está registrado en la SEC de EE.UU., puede facilitar la apertura de cuentas y la gestión del dinero. Pictet es uno de los principales bancos suizos que cuenta con una entidad registrada en la SEC para atender a clientes estadounidenses.
Los casos son numerosos. Un gestor de patrimonio que trabaja con clientes transfronterizos ha informado al mencionado periódico británico que actualmente está asistiendo a una familia estadounidense adinerada en el traslado de entre cinco y diez millones de dólares a Suiza.
Pierre Gabris, fundador y socio director de Alpen Partners, una firma con sede en Zúrich y registrada ante la SEC, también ha comentado al FT sobre el aumento en las consultas de estadounidenses que evalúan sus opciones de residencia y dónde invertir sus activos. «Sin duda, hemos visto un patrón claro en los últimos meses», señala Gabris.
«Desde las elecciones, hemos tenido clientes que se oponen a Trump y muchos están motivados por el miedo». Muchos buscan diversificar sus inversiones más allá del dólar estadounidense abriendo cuentas en Suiza, añade.
Por otro lado, un director de una pequeña firma estadounidense de gestión patrimonial mencionó que no ha notado un gran aumento en el interés por las cuentas bancarias suizas. Lo que ha cambiado en los últimos años, explica, es que las instituciones financieras suizas han comenzado a sentirse más cómodas al atender a clientes estadounidenses después de enfrentar problemas fiscales que les costaron miles de millones en multas.
Desde 2008, las autoridades estadounidenses han tomado medidas drásticas contra varios bancos suizos por facilitar que estadounidenses evadieran impuestos aprovechando las normas de secreto bancario del país.
En 2013, los bancos suizos se adaptaron a las regulaciones fiscales estadounidenses incrementando la transparencia y cumpliendo con la Fatca, compartiendo información sobre los titulares de cuentas estadounidenses para evitar sanciones legales. Este proceso para asegurar el cumplimiento normativo había desalentado a algunos bancos suizos.
En cualquier caso, lo que está claro es que este cierto «éxodo» hacia la meca histórica del secreto bancario apuntala la tradicional fortaleza de Suiza como centro financiero, incluso después de que su habitual neutralidad se convirtiera en objeto de un intenso debate político tras la invasión rusa de Ucrania. El país sigue siendo el primer destino mundial para la gestión transfronteriza de patrimonios.
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