Expertos | Flexibilización de la cuarentena: ¿Cómo evitar un aumento alarmante del #Covid19?
Los orígenes de la Pandemia por COVID-19 se ubican en Wuhan, provincia de Hubei, China, en diciembre de 2019 cuando un grupo de personas habían sido diagnosticadas con Neumonía de causa desconocida y la mayoría tenían en común ser trabajadores de un mercado en la ciudad, en el cual se expendían animales marinos y reptiles vivos para su posterior consumo.
El 31 de diciembre de 2019 el Comité de Salud Municipal de Wuhan informa a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la situación. El 01 de enero de 2020 es cerrado el mercado y se descartan como agentes causales: SARS (2002-2003), MERS (2012), Gripe Aviar y Gripe junto con otras enfermedades respiratorias causadas por virus.
El 07 de enero de 2020 científicos en China logran aislar el virus causante y realizan la secuenciación del genoma y, para el 12 de enero, la OMS la tiene disponible, permitiendo a diferentes laboratorios en distintos países producir diagnósticos específicos vía pruebas de Reacción en Cadena de la Polimerasa en Tiempo Real (PCR-RT).
El 30 de enero, OMS, declara una Emergencia Sanitaria de Preocupación Internacional basándose en el posible impacto que representaría el virus en los países en vías de desarrollo o sub desarrollados con sistemas de salud con menos infraestructura.
Para el 11 de marzo la enfermedad estaba presente en más de 100 países y fue reconocida la Pandemia por COVID-19
En el mundo, en la actualidad se han diagnosticado más de 7 millones de casos confirmados y se han reportado más de 400.000 muertes. Son grandes los cambios que se han generado en consecuencia, llevándonos, por ejemplo, a modificar los hábitos más profundamente arraigados dentro de las personas, que incluyen desde la manera de saludarnos hasta el uso en lugares comunes de mascarillas.
Venezuela para la fecha (16/06/2020) de este artículo cuenta con 3.062 casos y 26 fallecidos; se inició la cuarentena el 16 de marzo y el lunes 01 de junio comenzó su flexibilización, a pesar de haberse presentado durante los 14 días previos a esta fecha, un incremento sostenido en el número de casos diarios reportados por el ejecutivo nacional, lo que ha generado alarmas dentro y fuera del país dadas las precarias condiciones del sistema de salud venezolano.
Debemos entonces recordar que estamos ante una enfermedad infecciosa contagiosa, que es COVID-19, y que es causada por SARS-CoV-2; un nuevo virus de la familia de Coronavirus que se transmite de forma efectiva de persona a persona, a través de gotitas de saliva que se producen al reír, hablar, toser y/o estornudar.
COVID-19 es una infección respiratoria aguda que evoluciona en el 80% de los casos de forma leve, pero que aproximadamente 5% de los contagios son severos y pueden necesitar hospitalización en unidades de terapia intensiva, con o sin ventilación mecánica invasiva para poder respirar.
La mayoría de estos casos más severos son personas de la tercera edad; es decir, mayores de 65 años por definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes además pueden presentar, o no, afecciones crónicas como Hipertensión Arterial (HTA), Cardiopatía Isquémica Crónica (CIC), Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC) , Diabetes Mellitus (DM), Cáncer, VIH/SIDA, patologías autoinmunes como Lupus Eritematoso Sistémico (LES), Artritis Reumatoide (AR), entre otras.
Esta situación no excluye a los Adultos Jóvenes y Adultos en general sin antecedentes patológicos conocidos, de padecer de forma grave y comprometer sus vidas por COVID-19.
Dentro de los signos y síntomas que definen los casos según OMS están fiebre, tos seca, dolores musculares, debilidad o fatiga y dificultad respiratoria, que es considerado uno de los signos de alarma para acudir a una emergencia.
También son muy característicos las alteraciones del gusto y de la percepción de los sabores que suelen presentarse unos días antes de la aparición de los síntomas mencionados. Igualmente, algunos pacientes pueden presentar dolor de garganta, disminución de la consistencia de las heces sin llegar a presentar evacuaciones diarreicas y cefalea.
La prueba recomendada por la Organización Mundial de la Salud para el diagnóstico de COVID-19 es la Reacción en Cadena de la Polimerasa en Tiempo Real, sus iniciales en inglés PCR-RT, para SARS-CoV-2 y busca determinar la presencia del virus, identificando su material genético.
Esta prueba tiene una sensibilidad en los primeros 7 días de la enfermedad del 70% y disminuye posteriormente a 50%. Para su realización se necesita personal entrenado y equipos especiales y esto genera un efecto embudo, como es el caso de Venezuela, donde únicamente el Instituto Nacional de Higiene «Rafael Rangel», ubicado en la Ciudad Universitaria en Caracas, cumple con estas condiciones y tiene la autorización por el ejecutivo nacional para hacer estas pruebas.
En la actualidad estamos en lo que hemos llamado los venezolanos la “Flexibilización” de la cuarentena, y no hay evidencia científica que exista un modelo eficiente para su implementación, ya que al reanudar las personas sus actividades laborales, comerciales y académicas se espera un aumento en el número de nuevas infecciones de COVID-19; pero, para esta situación esperada, ya el estado debe haber acondicionado sus hospitales para identificar, testear, aislar y hacer el adecuado seguimiento de estos nuevos casos para garantizar que el repunte no sea exponencial.
Esta nueva estrategia debe incluir la activación de un protocolo para los viajeros que ingresen al país por puertos, aeropuertos y fronteras terrestres. Es por ello que es necesario mantener la práctica de las medidas de prevención en la vida cotidiana que incluyen:
– Uso de tapaboca o mascarillas en lugares comunes.
– Lavado de manos con agua y jabón o desinfección con gel antibacterial con alcohol a concentración de 70% o más.
– Distanciamiento físico: 1,5 a 2 metros entre personas.
– Etiqueta respiratoria que consiste en evitar los saludos de beso, abrazos o estrechamiento de manos.
– Evitar tocarse la cara (nariz, ojos, boca).
– Limpiar con frecuencia las superficies de los sitios de trabajo y/o estudio, incluyendo el teclado de la computadora, puntos de venta, celulares.
– Si es posible realizar teletrabajo: hágalo!.
Es la sumatoria de la estas medidas lo que permite disminuir el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 que produce COVID-19, ya que no contamos en la actualidad con tratamiento antiviral específico ni con la vacuna.
Recuerde que el virus seguirá circulando entre nosotros y solo cuidándonos podemos cuidar a nuestras familias, vecinos y comunidades.
* La Dra. Valenzuela es especialista en Medicina Interna e Infectología. Tiene consulta en la Policlínica La Arboleda de Caracas. Twitter: @pnohemi Instagram @dra.pvalenzuela
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