Expertos | ¿Por qué tantos hombres incompetentes se convierten en líderes?
El problema del liderazgo no está en el género de quienes lo ejercen, pero sí hay factores condicionantes, asociados a si se es hombre o mujer, que pueden ser determinantes en el éxito o fracaso de quienes cumplen tareas de dirección en cualquier ámbito.
El experto en selección de talento, directivo de la multinacional de reclutamiento y gestión ManpowerGroup y profesor de psicología en University College London y en la Universidad de Columbia, Tomas Chamorro-Premuzic, escribió un artículo en Harvard Business Review en el que concluye que la mala calidad del liderazgo se debe a los atributos que se valoran para escoger a los líderes no son útiles para ejercer el liderazgo.
Y muestra evidencia empírica y estadística que señala que los atributos más comunes en la personalidad femenina funcionan mejor para ejercer posiciones de dirección que las características definitorias de los líderes masculinos.
«En mi opinión, la razón principal de la desigual proporción de sexos en la gestión de negocios es nuestra incapacidad para discernir entre la confianza y la competencia. Es decir, debido a que nosotros (las personas en general) comúnmente malinterpretamos las demostraciones de confianza como un signo de competencia, nos engañan para creer que los hombres son mejores líderes que las mujeres», enfatiza.
Chamorro en su artículo señala que «la única ventaja que los hombres tienen sobre las mujeres (por ejemplo, de Argentina a Noruega y de Estados Unidos a Japón) es el hecho de que las manifestaciones de arrogancia, a menudo enmascaradas como carisma o encanto, se confunden comúnmente potencial de liderazgo, y que esto ocurre con mucha más frecuencia en hombres que en mujeres».
El autor cita una encuesta hecha por ManPower, según la cual se determinó que las mujeres son más sensibles, consideradas y humildes que los hombres, atributos que ganan espacio en las organizaciones como elementos sustanciales de personalidad que los líderes deben tener. En la encuesta participaron 23.000 gerentes en 26 países con culturas diferentes.
«La verdad del asunto es que prácticamente en cualquier parte del mundo los hombres tienden a pensar que son mucho más inteligentes que las mujeres. Sin embargo, la arrogancia y el exceso de confianza están inversamente relacionados con el talento de liderazgo: la capacidad de construir y mantener equipos de alto rendimiento e inspirar a los seguidores a dejar de lado sus agendas egoístas para trabajar por el interés común del grupo», señala Chamorro-Premuzic.
Más adelante, continúa: «de hecho, ya sea en el deporte, la política o los negocios, los mejores líderes suelen ser humildes, y ya sea por naturaleza o por crianza, la humildad es una característica mucho más común en las mujeres que en los hombres. Por ejemplo, las mujeres superan a los hombres en inteligencia emocional, que es un fuerte impulsor de comportamientos modestos».
Más aún, la data conocida por el autor que incluye a gerentes de diferentes industrias en más de 40 países, señala que en una alta proporción los líderes masculinos suelen más arrogantes, manipuladores, propensos al riesgo y poco conectivos que sus pares mujeres, lo que los convierte en dirigentes menos flexibles y, también, menos dispuestos a compensar adecuadamente los logros de sus equipos.
«Como era de esperar, la imagen mítica de un ´líder´ encarna muchas de las características que se encuentran comúnmente en los trastornos de la personalidad, como el narcisismo (Steve Jobs o Vladimir Putin), la psicopatía (escriba el nombre de su déspota favorito aquí), histriónico (Richard Branson o Steve Ballmer) o personalidades maquiavélicas (casi cualquier político de nivel nacional). Lo triste no es que estas figuras míticas no sean representativas del gerente promedio, sino que el gerente promedio fracasará precisamente por tener estas características. De hecho, la mayoría de los líderes, ya sea en política o negocios, fracasa».
Esta percepción, tan históricamente como discutible, según Tomas Chamorro-Premuzic, es la principal razón que explica que haya tantos hombres líderes incompetentes en todos los ámbitos sociales.
«La implicación paradójica es que las mismas características psicológicas que permiten a los gerentes masculinos ascender a la cima de la escala corporativa o política, son realmente responsables de su caída. En otras palabras, lo que se necesita para obtener el trabajo no solo es diferente, sino también lo contrario de lo que se necesita para hacer bien el trabajo. Como resultado, demasiadas personas incompetentes son promovidas a puestos gerenciales y por encima de personas más competentes».
Puede leer el artículo en Harvard Business Review aquí
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