El presidente estadounidense, Donald Trump, se mostró optimista sobre el uso de la cloroquina, un medicamento contra la malaria, como posible tratamiento para combatir el nuevo coronavirus, aunque las autoridades sanitarias tuvieron que matizar su entusiasmo.
La primera potencia mundial, que tardó bastante en lanzar los tests de COVID-19, registra más de 10.000 casos confirmados y 153 muertos por la enfermedad.
«Vamos a poder hacer que ese medicamento esté disponible casi de inmediato», dijo Trump a periodistas en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, evocando resultados preliminares «muy muy alentadoras».
«Es muy emocionante. Pienso que eso puede cambiar la situación, o puede que no. Pero por lo que he visto, puede cambiar las cosas», siguió.
Según un estudio chino publicado a mediados de febrero, un ensayo clínico hecho en una decena de hospitales dio resultados alentadores con ensayos en más de 100 pacientes.
Pero algunos expertos se muestras de momento cautelosos por la ausencia de datos clínicos sólidos y públicos.
En medio de cierta confusión, Trump aseguró que el tratamiento ya había sido «aprobado» por la Food and Drug Administration (FDA), el organismo que supervisa la comercialización de medicamentos en Estados Unidos.
La FDA matizó sin embargo las afirmaciones del mandatario, limitándose a señalar que la cloroquina ya fue efectivamente aprobada para el tratamiento de la malaria y la artritis, aunque no para el coronavirus.
«El presidente nos pidió analizar de cerca este medicamento. Queremos hacerlo implementando un ensayo clínico extendido y pragmático para obtener informaciones y responder a todas las interrogantes que se plantean», dijo el director de la FDA, Stephen Hahn.
Éste señaló además que si bien la FDA está dispuesta a «eliminar todos los obstáculos» para acelerar las innovaciones también tiene la «responsabilidad» de «garantizar que los productos sean seguros y eficaces».
La cloroquina es un medicamento barato que se usa contra la malaria desde hace décadas y es recomendado para las personas que vayan a ir a una zona infectada por el parásito del paludismo, transmitido por los mosquitos.
– Contra China –
En una conferencia de prensa en la que se mostró bastante agresivo, Trump adoptó también una postura particularmente belicosa hacia Pekín en torno al coronavirus.
«Habría ido mucho mejor si nos hubiéramos enterado de todo esto unos meses antes, esto podría haberse contenido en una región de China de donde salió», afirmó el mandatario, empleando nuevamente el controvertido término «virus chino«.
«El mundo paga un gran precio por lo que hicieron», añadió.
El nuevo coronavirus que está en el origen de la pandemia de COVID-19 fue detectado por primera vez en diciembre en Wuhan, en China.
Las autoridades de Pekín fueron criticadas inicialmente por falta de transparencia y lentitud para reaccionar ante la propagación del virus. Pero China tomó luego medidas drásticas de confinamiento de su población, que conoció un claro enlentecimiento que contrasta con el crecimiento registrado por el COVID-19 en el extranjero.
El jueves, por primera vez, las autoridades chinas no han reportado ningún caso de contaminación en el país.
«¿Debemos creer lo que están diciendo ahora? Espero que sea verdad», afirmó Donald Trump. «Quién sabe, espero que sea verdad», repitió.
El inquilino de la Casa Blanca, que en los últimos días había adoptado un tono más neutro, también la emprendió este jueves una vez más contra los periodistas calificándolos de «Fake News».
Y al ser preguntado sobre la falta de preparación por parte de Estados Unidos en el tema clave de los tests para detectar el virus, se irritó.
«Estábamos muy bien preparados. La única cosa para la que no estábamos preparados era para los medios. Los medios no han cubierto el asunto de manera honesta», dijo.