El presidente argentino, Alberto Fernández, reiteró este sábado 18 de junio que no existe «ninguna irregularidad» en relación al avión con tripulación iraní y venezolana que se encuentra inmovilizado en Argentina, y acusó a la oposición de querer mostrar «algo que no es» al vincularlo con terrorismo.
«Quisieron mostrar algo que no es, alguna cosa oscura, algún movimiento oscuro del Gobierno (…). Pero bueno, como es la oposición, trató de aprovecharlo», dijo Fernández a Radio 10.
Según el mandatario, el problema con el aparato se limita a las dificultades para repostar combustible debido a las sanciones estadounidenses que pesan sobre Venezuela e Irán, actual y antiguo propietario de la aeronave.
«Llegó un avión venezolano con el que no hubo ninguna irregularidad. A bordo del mismo había cinco personas iraníes, respecto de las cuales, hasta donde nosotros sabemos, no pesa ningún tipo de restricción. Tampoco respecto de los venezolanos», declaró Fernández.
«Sí hay un problema con la carga de la nafta, porque las sanciones impuestas por Estados Unidos pueden afectar a quienes le den nafta a ese avión. Es un tema que hay que resolver», agregó.
Procedente de México, el Boeing 747 llegó a Argentina el 6 de junio con un cargamento de autopartes. Sin haber podido abastecerse de gasolina en Buenos Aires, intentó viajar a Uruguay el 8 de junio, pero las autoridades uruguayas le negaron el ingreso y debió regresar al aeropuerto de Ezeiza.
Actualmente, se encuentra bajo una investigación judicial, al igual que su tripulación integrada por 14 venezolanos y cinco iraníes, que tienen prohibida la salida del país.
El aparato pertenece a la empresa Emtrasur, una filial de la venezolana Conviasa. Fue comprado hace un año a la aerolínea iraní Mahan Air.
En los primeros informes, el ministro argentino de Seguridad, Aníbal Fernández, había dicho que un tripulante tenía la «condición de homónimo» de un miembro de Al Quds, la fuerza de élite de los Guardianes de la Revolución de Irán, clasificada como organización terrorista por Estado Unidos.
Pero el viernes, el jefe del servicio de inteligencia de Paraguay, Esteban Aquino, afirmó que Gholamreza Ghasemi no se llamaba igual que alguien vinculado a ese grupo sino que era esa persona, y que por ello habían alertado a los países de la región.
Argentina considera sensible la presencia de viajeros iraníes, por las alertas rojas de captura que rigen para exgobernantes de ese país por el atentado contra el centro judío AMIA en 1994, que dejó 85 muertos y unos 300 heridos.
Tras conocerse la retención del avión, Irán la atribuyó a «propaganda» y «operaciones psicológicas».
Venezuela, en tanto, acusó a Uruguay de haber puesto en «grave riesgo la vida de la tripulación» al impedir el ingreso del aparato para reponer el combustible.