El Fondo Monetario Internacional (FMI) desestimó un pedido de ayuda de Venezuela de 5.000 millones de dólares para enfrentar el brote de coronavirus en el país, que atraviesa una aguda crisis económica en medio de cuestionamientos a la legitimidad del gobierno.
La institución multilateral con sede en Washington rechazó el pedido de financiamiento del presidente venezolano, Nicolás Maduro, evocando la controversia sobre la autoridad del mandatario.
«Desafortunadamente, el Fondo no está en condiciones de considerar esta solicitud», dijo un vocero del organismo en una declaración enviada a la AFP.
«El compromiso del FMI con los países miembros se basa en el reconocimiento oficial del gobierno por parte de la comunidad internacional, como se refleja en la membresía del FMI. No hay claridad sobre el reconocimiento en este momento«, agregó.
La legitimidad del Ejecutivo venezolano está en cuestión desde el 23 de enero de 2019, cuando el jefe del Legislativo controlado por la oposición, Juan Guaidó, se declaró presidente interino al considerar fraudulenta la reelección de Maduro en 2018.
Maduro, quien asumió un segundo mandato hasta 2025, sigue detentando el poder en Venezuela, con apoyo interno de los militares y externo, en particular, de Rusia y China. Pero Guaidó ha sido reconocido por más de 50 países, incluido Estados Unidos, principal socio del FMI.
Por ahora, los 189 miembros del FMI no han adoptado una posición común sobre qué gobierno reconocen en Caracas.
Venezuela vive un colapso económico agudizado desde la llegada al poder de Maduro en 2013, que provocó la huida del país de casi cinco millones de personas, según la ONU.
El FMI ha dicho que está listo para ayudar al país tan pronto exista un gobierno reconocido y las autoridades legítimas hagan la solicitud.
La última ayuda financiera del Fondo a Venezuela se remonta a 2001. Y la última visita técnica, a 2004. En 2018 y 2019, el organismo hizo críticas a la opacidad de las cifras proporcionadas por el gobierno venezolano.
– La carta de Maduro –
Maduro pidió ayuda al FMI en una carta dirigida a la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, divulgada por el canciller Jorge Arreaza, en la que requiere «una facilidad de financiamiento por 5.000 millones de dólares del fondo de emergencia del Instrumento de Financiamiento Rápido».
Este mecanismo permite a todos los países miembros del FMI obtener asistencia financiera sin necesidad de tener un programa económico acordado con el organismo.
Esos fondos, escribió Maduro, «contribuirán significativamente para robustecer» los «sistemas de detección y respuesta» ante la pandemia del nuevo coronavirus, que deja casi 8.000 fallecidos en todo el mundo desde su surgimiento en China en diciembre.
Venezuela reportó hasta ahora 36 enfermos y ningún fallecido, pero la crítica situación económica del país y las carencias de su sistema de salud hacen temer un desastre sanitario.
Maduro dispuso una cuarentena general desde el martes. Los vuelos al exterior están casi totalmente suspendidos, la educación paralizada y la población obligada a permanecer en casa salvo para actividades imprescindibles.
«En este momento crucial y conscientes del alto nivel de contagio de esta enfermedad, seguiremos tomando medidas rápidas y enérgicas» que detengan su avance, dijo Maduro en su misiva.
«Estamos convencidos (de) que en coordinación permanente con la OMS (Organización Mundial de la Salud)» y con «apoyo entre los países del mundo podremos superar esta difícil situación», escribió.
El fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013), predecesor y mentor de Maduro, amenazó con romper con el FMI en 2007, después de anunciar el pago de deudas pendientes, pero no llegó a dar ese paso.
– Cambio radical –
Venezuela, en cesación de pagos, tiene limitado acceso a financiamiento y está jaqueada por sanciones de Washington.
Además, el desplome de los precios del petróleo registrado desde la pasada semana empeora aún más sus perspectivas.
A la hiperinflación y las carencias en los servicios de electricidad y agua, se suma ahora la llegada del coronavirus.
«Para el gobierno, el panorama cambió en 15 días», dijo a la AFP Asdrúbal Oliveros, director de la consultora Ecoanalítica.
El gran problema es el flujo de caja, apuntó Oliveros. El derrumbe del crudo le costaría a Venezuela un déficit de 6.000 millones de dólares y «eso es crítico», porque el margen de maniobra de Maduro es mínimo.
«Si a eso les sumamos la crisis del coronavirus, la situación se pone bien compleja», añadió.