Boeing reportó una caída en las ganancias del segundo trimestre debido a la interrupción continuada de las entregas del modelo 787, en resultados que no alcanzaron las expectativas de los analistas.
El gigante estadounidense de la aeronáutica informó de una caída de 67% en las ganancias trimestrales, a 193 millones de dólares, mientras que los ingresos disminuyeron un 1,9%, a 16.700 millones.
Sin embargo, las acciones subieron después del informe, ya que Boeing confirmó que todavía espera tener un flujo de caja positivo en 2022.
La compañía aseguró que estaba trabajando con funcionarios de la seguridad aérea de Estados Unidos en las «acciones finales» para reanudar las entregas del 787.
La suspensión de esa aeronave de fuselaje ancho ha sido un lastre para el desempeño financiero de Boeing durante más de un año.
La compañía ha estado trabajando con la Administración Federal de Aviación para abordar una serie de problemas de fabricación descubiertos a partir de 2020.
El mayor escrutinio de los reguladores del 787 y de otros aviones Boeing comenzó inmediatamente después de los trágicos accidentes en 2018 y 2019 en vuelos de 737 MAX, lo que llevó a una larga suspensión de los vuelos con ese modelo en todo el mundo.
Desde que el MAX volvió a servicio, Boeing pudo aumentar la producción de los aparatos, recaudar ingresos significativos y anunciar importantes pedidos en el Salón Aeronáutico de Farnborough, en a principios de mes.