El gobierno de Colombia y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) cerraron este lunes en Caracas la primera ronda de negociaciones de paz, con anuncios de liberación de rehenes y acciones humanitarias, pero sin acordar un alto al fuego.
Según expusieron en un comunicado conjunto, las partes «culminan exitosamente el primer ciclo de los diálogos», que ahora se trasladarán a México en una fecha aún por definir.
La mesa «ratifica su decisión de construir sobre lo construido», señaló el texto sobre esta negociación iniciada en 2016 con el expresidente Juan Manuel Santos (2010-2018) y paralizada en 2019 por su sucesor, el derechista Iván Duque (2018-2022).
La instancia la retomó este año el actual mandatario Gustavo Petro, un exguerrillero izquierdista que entró en la política tras un proceso de desmovilización.
«Este proceso de paz en el que las voluntades y coherencia de las partes se pone de manifiesto como una luz de esperanza en un mundo sumido en situaciones de guerra y tensión destructiva», acotó el texto.
Los acuerdos alcanzados en Venezuela pasan por retomar la agenda acordada en 2016, cuando arrancaron las conversaciones, y adaptada al «nuevo contexto», así como una «institucionalización» de la mesa con una normativa aprobada por las partes.
«Acciones inmediatas»
Lo pactado este lunes contempla además «acciones y dinámicas humanitarias» en zonas afectadas por el conflicto.
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«Las partes reconocen la grave situación de violencia que se presenta en los territorios y decidieron poner en ejecución un acuerdo parcial de atención de emergencias que iniciará a partir de enero de 2023 sobre el Bajo Calima, Valle del Cauca [suroeste], y el Medio San Juan, Chocó», detalló la nota.
En ambas zonas actúa el ELN, una fuerza que tiene presencia en el 20 % de los municipios de Colombia, incluidas regiones fronterizas con Venezuela y Ecuador, según el órgano estatal que vela por los derechos humanos.
También, se acordó brindar «atención de emergencia humanitaria a un grupo de presos políticos del Ejército de Liberación Nacional» encarcelados.
«Tenemos que empezar por hacer acciones inmediatas que, por un lado generen confianza dentro de las delegaciones, pero también dentro del conjunto de la población», señaló el delegado del gobierno, Otty Patiño.
Por otro lado, el comunicado destacó que «desde el pasado 7 de agosto a la fecha, en manifestación clara de su compromiso con la paz de Colombia, el ELN ha dejado en libertad a 20 personas entre civiles e integrantes de la fuerza pública».
Pablo Beltrán, jefe de la delegación de la guerrilla, no precisó el número de personas aún en cautiverio. «Le puedo asegurar que debe ser muy poquita gente», dijo.
«Ventaja militar»
Un cese al fuego «no fue abordado» en esta reunión, aclaró Beltrán. «Esperamos que eso sea un tema que en un siguiente ciclo abordemos», precisó.
El delegado no descartó una tregua por Navidad como normalmente hace la organización guerrillera, pero denunció «que esos ceses unilaterales han sido usados por las fuerzas estatales para tomar ventaja militar».
«Tenemos una lista de ataques y bajas que hemos tenido, mientras que tenemos esos ceses», afirmó, para acotar que «esperamos que en este gobierno, las fuerzas militares, las Fuerzas Armadas tengan una actitud distinta».
Patiño resaltó que esperan que con la paz se «inutilicen» las acciones armadas, pero aclaró que el «único mecanismo» no es el cese bilateral. «El fin ultimo de este proceso nos va dando, en la medida que avancemos, unas claves que aún son inéditas», indicó.
Petro, primer presidente izquierdista de Colombia, adelantó el fin de semana un primer acuerdo con la guerrilla para permitir el retorno seguro de un pueblo indígena desplazado del oeste del país, que no fue incluido en el acuerdo leído el lunes.
La mesa debe volver a reunirse durante el primer trimestre del año en México. En la ronda previa, se propuso a Estados Unidos a sumarse al proceso, pero hasta ahora no han recibido respuesta, según se indicó.
Fundado en 1964 por sindicalistas y estudiantes simpatizantes de Ernesto «Che» Guevara y la revolución cubana, el ELN es la última guerrilla reconocida en Colombia, tras la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) por un acuerdo de paz en 2016. El grupo ha sostenido negociaciones fallidas con los últimos cinco presidentes de ese país.
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