Gobierno raciona combustibles hasta en Caracas pero sigue enviando 25.000 b/d a Cuba y Petrocaribe
El profesor de Economía Petrolera, Rafael Quiroz Serrano, sostiene que en Venezuela subsiste una pequeña producción de combustibles de alrededor de 60.000 barriles por día, de la cual, a pesar de la severa escasez que existe en el mercado interno, se van 25.000 barriles por día que se siguen suministrando a Cuba y a otros países bajo el paraguas de Petrocaribe.
De acuerdo con las cuentas del analista, el Área Metropolitana de Caracas necesita no menos de 35.000 barriles diarios, de los cuales está consumiendo un promedio de 10.000 o 15.000 b/d. La conclusión es obvia: si el gobierno de Maduro dejara de hacer envíos a sus países aliados de la región, especialmente a Cuba, al menos en la capital no habría crisis con la gasolina.
Quiroz sostiene, además, que al resto de los estados del país se están enviando «mendrugos», lo que explica por qué en la mayoría de las regiones se están registrando colas de días enteros para llenar los tanques, mientras la producción agrícola está cada vez más comprometida.
Diversas asociaciones de Fedeagro, casi como en un rosario, han advertido que están en riesgo las cosechas de maíz, arroz, papas, cítricos, tomates, soya, cebolla y otros rubros de alto consumo, porque los productores no tienen un suministro mínimo de combustible para mover la maquinaria necesaria para las labores, y tampoco cuentan con carburante para enviar una producción menguada a los mercados de consumo.
Los procesos de producción de pollos, huevos, leche y quesos también están severamente comprometidos. Las cifras gruesas de Fedeagro indican que, en promedio, la producción de alimentos de origen vegetal corre el riesgo de caer entre 70% y 75% este año, mientras que los productores primarios de carne y avicultores proyectan, extraoficialmente, una contracciones en volúmenes de 60% y 45%, respectivamente.
Quiroz, quien dio una conferencia virtual para analizar el panorama petrolero internacional y venezolano, sostiene que Venezuela está en vías de conseguir gasolina importada en breve lapso, gracias a contratos celebrados con «un empresario del sector» -otras fuentes aluden a Wilmer Ruperti- y con el gobierno de México, a través de un acuerdo directo negociado por Maduro con Andrés Manuel López Obrador.
En medio de la severa cuarentena contra el coronavirus, que ha desmovilizado a más de 80% de un parque automotor que ya venía disminuido por la crisis económica acumulada, importaciones puntuales de alrededor de 2.500.000 barriles serían un alivio temporal, máxime -señala Quiroz- cuando se están implantando mecanismos de racionamiento.
– La incertidumbre con El Palito –
El analista Rafael Quiroz sostiene que la reactivación de la refinería «El Palito» en Puerto Cabello, estado Carabobo, es una opción factible. Se suponía que el fin de semana pasado, la planta comenzaría producir algunos combustibles. La intención es arrancar con la salida de gasolina de 91 octanos, en un volumen 20.000 a 30.000 barriles/día.
Otros expertos sostienen que la recuperación de esta procesadora no resolverá el drama específico de la gasolina, porque el país no puede importar compuestos indispensables para sacar este carburante; no obstante, el problema parece derivar del mal estado de la infraestructura de la refinería.
Este jueves 23 de abril se informó, según fuentes laborales, que la planta de Fraccionamiento de Craqueo Catalítico (FCC) en la refinería El Palito de Puerto Cabello, estado Carabobo, se volvió a paralizar, desde el pasado fin de semana, debido a que no aguantó la presión para aumentar su rendimiento y colapsó.
Este suceso, según una nota de El Pitazo, deja la salida de gasolina de esta refinería en apenas 9.000 barriles/día y, de paso, con necesidad de procesamiento adicional para que de un combustible 9o octanos, cuya calidad está por debajo de los estándares mínimos aceptables; de hecho, el octanaje mínimo requerido en el mercado nacional es 91.
– Lo nunca visto –
Rafael Quiroz Serrano sostiene que la sobreoferta de petróleo en los mercados internacional se ubica en alrededor de 30 millones de barriles por día, un nivel jamás alcanzado en toda la historia del comercio mundial de crudo, por lo que estima que habrá que tomar medidas adicionales para contener la sangría de precios.
Para Venezuela, esta situación es una circunstancia muy crítica, porque los costos de producción en el país oscilan 18,50 y 34 dólares por barril, mientras el precio efectivo de venta más reciente se ubicó en 2,20 dólares por barril. «Es una pérdida muy grande», apunta el analista al señalar que esta crisis petrolera encuentra a Pdvsa en una condición calamitosa que, añade, no se debe a las sanciones estadounidenses.
«La caída constante de la producción petrolera comenzó en 2004. Rafael Ramírez insiste que en la caída comenzó cuando él salió del gobierno y la verdad es que comenzó casi cuando él llegó. Ha habido problemas muy serios de mantenimiento y desinversión», explicó.
– Chevron: un duro golpe –
Para Rafael Quiroz, la licencia del Departamento del Tesoro que pone en modo de hibernación a Chevron y a las empresas estadounidenses de servicios petroleros sí representa un «duro golpe» a la producción petrolera nacional, aunque ya la estadounidense había reducido su extracción en el país.
El economista sostuvo que previamente a la contingencia derivada de la pandemia de Covid-19, ya había preocupación entre las empresas socias de Pdvsa en la Faja del Orinoco por las tendencias negativas del mercado, por lo que posiblemente dejar de producir estos crudos pesados y extrapesados represente más bien un alivio, desde el punto de vista financiero.
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