Gobierno y Oposición miden fuerzas en la calle este 19-A
Será la sexta jornada de marchas en menos de tres semanas en Venezuela, pero oposición y gobierno prometen que la de este miércoles será diferente.
«La mamá de todas las marchas» y «la mayor expresión de protesta que este gobierno haya sentido desde que está en el poder», dicen desde la oposición.
Desde el gobierno se habla de «megamarcha» y de «la más gigantesca marea roja que se haya visto nunca».
Desde hace tres semanas, en Venezuela, un país fuertemente polarizado, se ha agravado la tensión política y este miércoles se espera la mayor escenificación de la división.
El último detonante fue las sentencias del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) por las que pasaba a asumir los poderes de la Asamblea Nacional, el poder legislativo.
A ello se sumó la inhabilitación para desempeñar cargo público durante 15 años para el líder opositor Henrique Capriles por irregularidades administrativas en su función de gobernador del estado Miranda, algo que el doble candidato presidencial niega.
El resultado de ello ha sido que la oposición, que acusa al gobierno de haberse convertido en una «dictadura» y de haber dado un «autogolpe de Estado», haya revivido las protestas callejeras, que llevaban varios meses dormidas.
Las marchas de protesta han dejado varios centenares de detenidos, heridos, ataques a organismos públicos y hasta seis muertes.
La oposición, que culpa al gobierno de la crisis económica y que demanda la convocatoria de elecciones adelantadas, ha denunciado la fuerte represión policial, mientras que el Ejecutivo acusa a sus rivales de fomentar la violencia, de «terrorismo» y de querer preparar el terreno para una intervención extranjera.
El cénit (por el momento) de esa tensión serán las marchas de este miércoles.
Ambos bandos prometen poner millones de personas en las calles. Será una batalla de números de la que uno y otro se declararán seguramente vencedor.
Pero más allá de eso, esto es lo que se juegan los dos frentes.
La oposición
Las sentencias del TSJ despertaron el ánimo de la oposición, que ha recuperado impulso.
«A medida que han ido transcurriendo (las marchas), han sido más importantes en número de asistentes y en los resultados que la oposición exhibe», dice a BBC Mundo el politólogo John Magdaleno, que cree que el jueves es «un día importante».
El destino final de la marcha, que arranca desde 26 puntos de Caracas, será la sede de la Defensoría del Pueblo. La oposición ya no mira al Ejecutivo, sino que pone presión sobre otras instituciones públicas para denunciar violaciones de Derechos Humanos.
Magdaleno cree que la situación económica y las sentencias del TSJ, que fueron parcialmente revertidas, auguran una masiva presencia de personas en la manifestación de la oposición, pero no se trata sólo de número.
«Tendría que ir más allá, comunicar que la movilización es capaz de atraer a los estratos bajos de la población. No es que no lo haya hecho, pero si eso se vuelve más visible, se ve que participan más activamente, que salen más del oeste de Caracas, es un mensaje importante», afirma Magdaleno.
La pasada semana se registraron protestas contra el gobierno en algunos barrios populares.
Algunos sectores de la oposición buscan que la presión que se genere en la calle obligue a recapacitar al gobierno.
«No puedo garantizar una fecha, pero sí que estamos en la fase final», expresó en twitter el diputado Freddy Guevara, uno de los líderes de la oposición y el que bautizó la manifestación de este jueves como «la mamá de todas las marchas».
Sin embargo, Ángel Oropeza, coordinador político de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la coalición que agrupa a la mayoría de los partidos de oposición, trató de rebajar las expectativas.
«No es la batalla final ni la ida a (el palacio presidencial) Miraflores. Mañana (hoy) haremos la mayor manifestación de protesta contra el gobierno», dijo.
Es un mensaje de cautela de la oposición para evitar que haya conatos de violencia.
«Lo que le convendría al gobierno para descalificar a la oposición es que se produjera un enfrentamiento violento», afirma el analista Magdaleno. «Sectores extremistas de oposición podrían caer en ese error estratégico», advierte.
En contra de la opinión de sectores de la oposición, el politólogo cree que la presión de calle no bastará para provocar cambios en el gobierno.
«La calle no es suficiente para promover una transición en Venezuela», afirma Magdaleno.
Y cita otros siete «tableros» en los que jugar: la opinión pública nacional, los organismos multilaterales, la opinión pública internacional, el trabajo con gobiernos y parlamentos de otros países, la interlocución social con sectores del chavismo moderado, la interlocución con sectores sociales y finalmente, unas elecciones, meta final de la oposición.
El gobierno
El oficialismo replicó la convocatoria de marcha de la oposición con la suya propia en el centro de Caracas, adonde no se permite el paso de los opositores.
Y también compite con sus rivales en cuanto a las expectativas.
«La más gigantesca marea roja que se haya visto nunca», dijo el lunes el presidente, Nicolás Maduro, rodeado por miles de milicianos, civiles con los que cuenta en la defensa de la llamada revolución que inició Hugo Chávez en 1999 y que continuó Maduro desde 2013.
«Supondrá un nuevo reimpulso para la revolución bolivariana», dijo en televisión Adán Chávez, ministro de Cultura y hermano de Hugo Chávez.
El oficialismo busca demostrar que continúa teniendo adeptos ante las encuestas que indican la escasa popularidad de Maduro, al que la pasada semana algunas personas lanzaron objetos e increparon en un acto público en San Félix.
En este momento de confrontación, el gobierno se presenta como la opción patriótica y pacífica frente a los violentos y los que buscan la injerencia y un golpe de Estado del «imperio norteamericano».
«Estamos rodilla en tierra, la milicia se queda aquí en Caracas», agregó, asumiendo una estrategia defensiva ante el supuesto intento de ataque.
Justamente estos días se conmemora el décimo quinto aniversario del golpe de Estado frustrado de 2002 contra Chávez, cuyo detonante fue también una masiva marcha de protesta.
Eso puede provocar el cierre de filas del oficialismo, siempre monolítico, pero que tras las sentencias del TSJ vio cómo la fiscal general, Luisa Ortega, criticaba duramente las decisiones por anticonstitucionales.
Para el analista Luis Vicente León, la estrategia ahora del gobierno es clara: «Unificar adentro la revolución para defenderse de un enemigo mayor que está en la calle».
Y a esa táctica contribuye una comunidad internacional cada vez más cercana a las reclamaciones de la oposición.
El lunes, los gobiernos de 11 países de América Latina emitieron un comunicado en el que reclamaban al gobierno de Venezuela el derecho a una protesta pacífica y que defina las fechas para unas elecciones.
El gobierno afirma que ganaría unos comicios y que revertiría la severa derrota de las legislativas de diciembre de 2015.
Sin embargo, aún no hay fecha para las elecciones de gobernadores, que deberían haber sido a final del año pasado, ni para las municipales, previstas para 2017. Las presidenciales serán a final de 2018.
A falta del juicio de las urnas, este miércoles unos y otros miden sus fuerzas y su poder de convocatoria en la calle.
Somos uno de los principales portales de noticias en Venezuela para temas bancarios, económicos, financieros y de negocios, con más de 20 años en el mercado. Hemos sido y seguiremos siendo pioneros en la creación de contenidos, análisis inéditos e informes especiales. Nos hemos convertido en una fuente de referencia en el país y avanzamos paso a paso en América Latina.