Golpeada por la pandemia: América Latina batalla contra su peor recesión en un siglo

Latinoamérica, la región con más desigualdad del mundo, es también la más golpeada por la pandemia del coronavirus, que la ha hundido en su peor recesión en más de un siglo y se ha llevado por delante los avances en reducción de pobreza conseguidos en los últimos años.

Con más de 22,1 millones de infectados y 700.000 muertos desde que se detectó el primer caso en Brasil en febrero del año pasado, la crisis sanitaria está lejos de darse por superada en Latinoamérica, donde varios países encaran una dura segunda ola de contagios y el ritmo de vacunación avanza a cuentagotas, a excepción de Chile, que es uno de los líderes mundiales en inoculación.

«La recuperación a los niveles precrisis va a durar más de lo que se esperaba y será más lenta de lo observado en la crisis ‘subprime’ de 2008», reconoció la semana pasada la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena.

– Década perdida –

Según el organismo de la ONU, con sede en Santiago, el producto interior bruto (PIB) de la región se contrajo un 7,7 % en 2020 y las tasas de pobreza y pobreza extrema se dispararon hasta el 33,7 % (209 millones de personas) y el 12,5 % (78 millones), niveles que no se veían en los últimos 12 y 20 años, respectivamente.

El nivel del PIB per cápita regional, además, terminó el año pasado en el mismo nivel de 2010, lo que significa que la región se encuentra frente a una nueva década perdida, como la vivida en la de 1980.

«El producto interior bruto (PIB) de la región retornará a los niveles previos a la pandemia apenas en 2023 y el PIB per cápita lo hará en 2025, es decir, más tarde que otras regiones del mundo», señaló recientemente el director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional, Alejandro Werner.

El empleo tampoco ha salido bien parado, con una tasa de desocupación del 10,6 %, un 2,5 % más que en 2019 y un dato que hubiese sido mucho mayor si no fuera porque se registró una inédita caída del 5,4 % en la tasa de participación en la fuerza laboral, que pasó de 62,6 % a 57,2 %.

Las mujeres son las principales víctimas de esta escabechina laboral: la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que 13 millones de mujeres vieron desaparecer sus empleos el año pasado y que la tasa de participación femenina sufrió un retroceso sin precedentes y se situó en el 46,4 %.

El parón económico provocó, además, el cierre de 2,7 millones de empresas formales y llevó la tasa de informalidad de algunos países por encima del 50 %.

En el caso del comercio exterior, el desplome fue del 13 %, su peor rendimiento desde la Gran Recesión, pero 10 puntos menor de lo previsto debido al repunte de la demanda en China, según Cepal.

«La pérdida social siempre tarda mucho más tiempo en recuperarse que los niveles económicos», indicó Bárcena.

– Panorama heterogéneo –

El golpe, sin embargo, no ha sido homogéneo, como tampoco lo es la región: mientras que países como Guatemala (-1,4 %) o Paraguay (-1 %) han aguantado el envite, otros entraron en el oscuro mundo de las contracciones de dos dígitos como Venezuela (-30 %), Panamá (-17,9 %), Perú (-11 %), Cuba (-11 %) o Argentina (-10 %).

En lo alto de la tabla se encuentran también Bolivia (-8,4 %), México (-8,2 %), Ecuador (-8 %), Colombia (-6,8 %), República Dominicana (-6,7 %), Chile (-6 %) o Brasil (-4,1 %), que cayó desde el noveno lugar en la lista de las mayores economías del mundo en 2019 hasta el duodécimo en 2020, según la agencia Austin Rating.

El impacto también está siendo desigual por sectores, con el turismo y los servicios en cuidados intensivos y el comercio electrónico en auge.

Las islas del Caribe son las principales perjudicadas por el cierre de fronteras, así como los gigantes aeronáuticos Aeroméxico, Avianca y Latam, que se acogieron el año pasado al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas de Estados Unidos para reestructurar su deuda.

La Cepal calcula que los países implementaron más de 250 medidas de protección social de emergencia en 2020, un esfuerzo fiscal que en conjunto alcanza el 4,1 % del PIB regional y cubre al 50 % de la población.

Estos esfuerzos, que los organismos animan a extenderlos por varios años, han mermado los ingresos públicos y se han traducido en un mayor déficit fiscal y un incremento de la deuda pública, aunque no todos tienen el mismo margen: la deuda de Chile, Paraguay, Guatemala o Perú apenas alcanza el 30 % de su PIB, frente a la de Argentina o Brasil que supera el 90 %.

– Futuro incierto –

Si bien todos los organismos coinciden en que lo peor ya ha pasado, muchos de los países de la región están dando pasos atrás en las aperturas de sus economías ante la virulencia que está tomando la pandemia, especialmente en Brasil y Perú, y su recuperación dependerá en gran medida de la velocidad de la vacunación.

«No vamos a conseguir la inmunidad de rebaño en 2021. Estamos viviendo un fuerte acaparamiento mundial de las vacunas de los países desarrollados y urge una colaboración internacional», denunció la secretaria ejecutiva de Cepal, entidad que estima un rebote este año del PIB del 3,7 %, frente al 4,1 % del FMI.

El proceso de vacunación está siendo además muy desigual: mientras que Chile es el líder regional y uno de los tres que más rápido vacuna del mundo, con más del 24 % de su población que ya han recibido al menos una dosis, hay países como Guatemala, Paraguay y El Salvador que apenas han cubierto a unas pocos miles de personas.

La posibilidad de nuevos disturbios sociales como los vividos en 2019 o los distintos procesos electorales de 2021 y 2022, con presidenciales por ejemplo en Ecuador, Perú, Chile o Colombia, definirán también el rumbo latinoamericano, así como el precio de las materias primas, con el cobre en máximos desde 2011 y rumores de un nuevo «súper ciclo».

La pandemia ha agravado, en definitiva, los problemas estructurales que históricamente arrastra una región que ya estaba muy debilitada económicamente, con un crecimiento de apenas el 0,1 % en 2019, y que sufre desde hace años la mayor crisis migratoria de la historia, con más de 5 millones de venezolanos fuera de su país.