Grupo de Contacto sobre Venezuela pide ayuda humanitaria despolitizada
El Grupo de Contacto Internacional (GCI) sobre Venezuela considera necesario que se haga llegar una ayuda humanitaria «despolitizada» al país latinoamericano, sumido en una profunda crisis política y económica, que ha ocasionado un éxodo de 2,7 millones de personas hacia países de la región desde 2015.
El GCI «coincide en la necesidad de que la asistencia humanitaria sea despolitizada y entregada de acuerdo a los principios internacionales humanitarios», declaró a la AFP este viernes una portavoz de la Unión Europea (UE).
En este sentido el grupo «explora las formas para ampliar el espacio de entrega de una ayuda humanitaria despolitizada, y coincidió en la importancia de trabajar con otros socios humanitarios internacionales, en particular la ONU» con este fin, precisó.
El GCI, integrado por varios países europeos (Alemania, Reino Unido, España, Portugal, Italia, Holanda, Suecia y Francia) y latinoamericanos (Uruguay, Bolivia, Ecuador y Costa Rica) busca impulsar la celebración de unas elecciones presidenciales en Venezuela para dar una salida pacífica a la crisis en el país petrolero.
«La única salida […] es política, pacífica y democrática […]. El instrumento para lograrlo es celebrar unas elecciones presidenciales nuevas, justas y libres» declaró la portavoz.
Copresidido por la UE y Uruguay, el GCI se reunirá de nuevo «a nivel ministerial» a finales de marzo en América Latina, agregó la misma fuente.
En la peor crisis de su historia moderna, Venezuela sufre escasez de productos básicos y una hiperinflación que según el FMI será de 10.000.000% en 2019. Unos 2,7 millones de venezolanos han emigrado desde 2015, según la ONU.
Por su parte, el opositor Juan Guaidó, proclamado presidente interino y respaldado por más de 50 países, entre ellos Estados Unidos, ha intentado hacer llegar ayuda humanitaria.
Pero fracasó en un primer intento a finales de febrero por la resistencia de las fuerzas leales al presidente venezolano, Nicolás Maduro. La ayuda trató de ser entregada por la frontera con Colombia y Brasil, pero se produjeron disturbios que dejaron cuatro muertos.
Maduro considera la entrada de esta ayuda un intento disimulado de intervención militar por parte de Estados Unidos, alega que no hay ninguna crisis humanitaria y culpa de la carestía a sanciones impuestas por Washington, que congeló cuentas y activos al gobierno.
Rusia, aliada de Nicolás Maduro, se comprometió el viernes a seguir apoyando a Venezuela con su ayuda humanitaria y confirmó el envió de «un primer lote de 7,5 toneladas de medicamentos», cifra que ya había mencionado Maduro.
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