Guaidó se atrinchera: el 'evento' del 21 de noviembre no es una solución pero evalúa cómo utilizarlo

El líder de la oposición y todavía reconocido por más de 50 países como presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, insiste en que la única solución posible al enfrentamiento político prolongado que lastra las posibilidades de recuperación del país es una elección presidencial libre y justa; por lo tanto se niega a calificar como elecciones al «evento» del próximo 21 de noviembre para elegir gobernadores y alcaldes.

«Hoy lamentablemente no están las condiciones para llamarlo elección. Hay un evento convocado para el 21 de noviembre por la dictadura. Que no tiene garantías ni condiciones. Precisamente es lo que estamos discutiendo en ese proceso en México, estamos hablando en la Alternativa Democrática sobre cómo hacer uso, o el mejor uso de ese hito marcado por el régimen para movilizar a la gente, para organizar a nuestra base, para canalizar la demanda social y las luchas reivindicativas para que los que están resistiendo en Venezuela puedan expresarse a pesar de las trabas y los obstáculos que ha puesto el régimen, pero entendiendo que no es una solución al conflicto, que la solución pasa por una elección presidencial, que pasa por el respeto al Estado constitucional de derecho, que pasa por el acompañamiento de la comunidad internacional», explica Guaidó sin dejar claro si su sector participará orgánicamente en la megaelección.

«Voy a poner un ejemplo, es como si Daniel Ortega en Nicaragua hoy convocara a elecciones regionales y municipales con todos los pre candidatos presidenciales presos en Nicaragua. Es decir, lamentablemente no es una solución», .

Guaidó, quien enfrenta un creciente rechazo según algunas encuestas, se mantiene en sus argumentos básicos, a pesar que su sector entró en un proceso de diálogo con el gobierno, con mediación internacional, en México. Como única concesión afirma haber «simplificado» sus exigencias hasta una elección presidencial. Adiós al «cese de la usurpación» y al «gobierno de transición».

En entrevista con el portal argentino Infobae, el dirigente opositor dijo que “no vamos al diálogo con inocencia o a chuparnos el dedo, sabemos que la contraparte es una dictadura”.

Ante la pregunta sobre si se puede confiar en su contraparte en el díálogo, la respuesta de Guaidó es categórica: «La respuesta es dura, pero no. Por eso nos hemos hecho acompañar no solamente por un facilitador experimentado como el caso de Noruega. Hay países acompañantes sentados en la mesa en este proceso, como Rusia y Holanda. En este caso, además, hay un grupo de países amigos que van a estar siguiendo muy de cerca este proceso. Hay garantías, por ejemplo el levantamiento progresivo de sanciones por el cumplimiento de un acuerdo. Hay un proceso de justicia internacional haciéndole seguimiento, que es el de la Corte Penal que tiene que ver con Justicia denegada en Venezuela. De nuevo, no estamos esperando buena fe del régimen sino que estamos esperando crear las condiciones para generar garantías a todos los sectores, incluidos a los que sostienen hoy a Maduro».

– ¿Por qué negociar? –

En la entrevista, Guaidó explica que aceptó las negociaciones por la presión de la comunidad internacional y de sectores dentro del país, pero observa que el gobierno también está en la mesa de diálogo, porque enfrenta sus propias presiones de «dentro del régimen, en sus bases de apoyo, incluida la Fuerza Armada. Porque ha generado una presión importante la sanción de los violadores de derechos humanos y corruptos, incluso sus testaferros están hoy detenidos o presos, el caso más famoso es el de Cabo Verde, donde está preso Alex Saab, vinculado con Maduro».

«Incluso, los sectores más escépticos de Venezuela nos ayudan también a llevar adelante este proceso en pro de los venezolanos. Aquí lo que se debe apelar es a un profundo respeto al venezolano. Hay que llevar este proceso con transparencia de cara a los ciudadanos, que ningún grupo prime sus intereses, sino que prime el interés del país de salir de esta tragedia», señala.

Guaidó, al ser consultado sobre las divisiones que lastran a una potencial unidad opositora responde: «Hay una unidad consolidada expresada a través de la plataforma unitaria, que reúne no solamente a todos los partidos políticos de la alternativa democrática en Venezuela, también a sectores de la sociedad civil. Hay individualidades como María Corina o algunos otros que evidentemente tienen escepticismo con el proceso, como lo tenemos muchos en Venezuela. Pero ese escepticismo nos sirve para generar contrapesos y entender, de nuevo, que no vamos, como decimos coloquialmente en Venezuela, con ningún tipo de inocencia o a chuparnos el dedo a un proceso donde la contraparte es una dictadura».

En este sentido, no hay reconocimiento, por parte del líder aún reconocido como mandatario interino por importantes países de la comunidad internacional, de la oposición que se sentó primero a dialogar con el chavismo en la denominada Mesa de Diálogo Nacional, en la Casa Amarilla.

Aunque no quiso profundizar en sus expectativas sobre acuerdos concretos, Guaidó recordó el principio del memorando de entendimiento: «no hay nada acordado hasta que todo lo esté»; sin embargo, resaltó que es posible llegar a avances en el terreno humanitario, facilitar el acceso a vacunas contra la covid-19 y otras medidas que permitan enfrentar la crisis social.

«Hoy en Venezuela todavía no ha entrado una vacuna por el mecanismo COVAX, cuando ni siquiera el 7% de la población está vacunada. Donde un tercio de los muertos por COVID ha sido del sector salud. Es decir, una tragedia lo que sucede en la pandemia en un sistema de salud ya colapsado», apunta.

Sobre la salida final que vislumbra, insiste en la «elección que nos deben»; es decir, la presidencial que corrija el resultado, en su opinión viciado, de la realizada en 2018.

-Escenario de fracaso –

¿Y si este proceso de diálogo fracasa? «El único plan de los venezolanos es la solución al conflicto. El mecanismo que estamos empleando en este momento es un proceso de negociación que queremos que termine en acuerdo y en una elección con condiciones, con garantías para poder solucionar la crisis. Seguimos siendo mayoría los venezolanos que queremos un cambio, así que el plan sigue siendo ejercer esa mayoría. Sigue siendo buscar una solución. Presentar alternativas para que se alivie la crisis humanitaria. Buscar apoyo internacional».

Y añade: «el régimen entiende muy bien que de no llegar a un acuerdo va a avanzar la presión internacional, su situación va a ser cada vez más compleja, pero lamentablemente arrastraría a todos los venezolanos. La alternativa a un acuerdo negociado hoy en Venezuela, es la profundización de la crisis, y es también más presión para el régimen».

Puede leer la entrevista completa en Infobae aquí