#GuerraRusiaUcrania El tiempo de Venezuela para reconocer las repúblicas separatistas ya pasó, opina internacionalista
El internacionalista y Magister en Economía Internacional, Luis Angarita, analizó en exclusiva para Banca y Negocios, el conflicto que generó este jueves 24 de febrero, la invasión de Rusia a las fronteras ucranianas, lo cual pone en jaque no solo la estabilidad geopolítica mundial, sino que marca el regreso de un riesgo real de una guerra de gran magnitud que echa por tierra, hasta ahora, cualquier acción diplomática.
Angarita recuerda que Ucrania es una exrepública socialista que formaba parte de la Unión Soviética, con puntos importantes para la geopolítica y la economía de la región; como, por ejemplo, la península de Crimea donde se firmó la alianza antinazi durante la Segunda Guerra mundial y Chernóbil donde ocurrió la explosión nuclear más grave de la historia, justo en la frontera suroeste de la URSS.
El otro antecedente que detalla el experto es la disolución de la Unión Soviética en 1991, que dio origen al nuevo orden internacional que ha trascendido hasta hoy, donde la seguridad y defensa se limitan a la custodia de fronteras, porque la lucha geopolítica se libraba en otros escenarios como el económico; de hecho, «las armas hoy en día están referidas a limitar el acceso financiero», explicó.
«Este paradigma de lo bélico, del armamentismo, parecía que había quedado en algunas mentalidades. Por ejemplo, Rusia siempre había hablado de un mundo multipolar, en contraste con la interpretación de que Estados Unidos es todopoderoso», recordó el experto.
También apuntó que «el criterio de defensa para Rusia pasa por reivindicar la firma de un acuerdo donde aceptó la disolución de la Unión Soviética a cambio de que la OTAN no expandiera sus fronteras a las ya establecidas, cosa que no ha sucedido en los últimos 30 años, porque ha habido una occidentalización de los países bálticos -Letonia, Estonia y Lituania-; así como de Bulgaria, Polonia y Rumania, y otros aspirantes como Georgia y Moldavia, que han formado parte, tanto de la UE como de la alianza militar que representa la OTAN».
– Captación de occidente y retaliación rusa –
A juicio del también profesor de la Universidad Central de Venezuela, «pareciera que la estrategia del mundo occidental es la captación de civilizaciones hacia la visión democrática de la autodeterminación».
Por ello, «en 2014 hay en Ucrania todo un proceso que incluyó elecciones, golpes de Estado, intervención de la inteligencia norteamericana, para terminar generando un régimen democrático en Ucrania, adverso a Rusia, y ésta en retaliación, invade la península de Crimea, con un alto valor geoestratégico por su salida hacia el Mar Negro».
En este contexto, se firman los acuerdos Minks, «que son una especie de alto al fuego entre Rusia, Ucrania y representantes de la Unión Europea para desescalar el conflicto latente tanto en Crimea como en la frontera rusa ucraniana, donde está la región de debate de hoy día, Dombás».
Angarita sin embargo señala que Dombás, conformada por las provincias Donétsk y Lugansk, «ha tenido conflictos por las fuerzas separatistas que son financiadas y armadas por los rusos, balcanizando el territorio ucraniano, lo que teme todo occidente porque implica desmembrar un Estado».
«Incluso China que se ha mostrado equidistante, no ve con buenos ojos que haya un proceso de desnaturalización de las fronteras de países como Ucrania», asegura.
– La estrategia rusa –
La estrategia rusa «fue primero reconocer la independencia de estas dos mini repúblicas de Lugansk y Donétsk y justificar que, a partir de allí, hay una alianza militar que defiende su independencia, para ir entrando cada vez más a las fronteras ucranianas».
Por tal motivo, hoy Rusia amanece con una expansión en gran parte del territorio ucraniano, hacia la costa sur que da al Mar Negro, «restando acceso marítimo y llegando a la ciudad capital del país invadido».
«La pretensión es reafirmar las raíces soviéticas de la nacionalidad ucraniana. Según Putin, Rusia construyó esta nación, pero Ucrania ha existido a lo largo del tiempo y ha sufrido invasiones árabes, turcas y bárbaras. Además, tiene orígenes poliétnicos», aclara el internacionalista.
Algunos dicen que Rusia actúa de una «forma defensiva preventiva» para evitar que Ucrania forme parte de la OTAN, «porque eso implicaría que misiles estén apostados a una distancia corta de Moscú, lo cual vulneraria este cordón de seguridad que reduce el riesgo bélico a gran escala en una región conflictiva, cosa que no está planteada, pero es el argumento ruso para evitar a toda costa que Ucrania se adhiera a la OTAN», añade.
– Las repercusiones –
Por ahora las repercusiones son un tema muy «etéreo» dice el experto, «porque todo el mundo sabe que se trata de la primera acción militar dentro de Europa desde la Segunda Guerra Mundial, pero todavía no ha escalado al nivel de una Tercera Guerra Mundial».
Destaca que la OTAN aún no ha manifestado que va a apostar tropas ni que va a responder bélicamente, «solo está asistiendo militarmente a Ucrania porque ve con preocupación la expansión rusa».
«Todavía nadie sabe cuál es el alcance, porque Putin busca conquistar la región de Dombás, pero puede incluso llegar hacia la frontera y dominar el territorio ucraniano, como pareció indicar en el discurso del martes, al decir que Ucrania era históricamente rusa», señala.
Igualmente, advierte que hasta ahora todas las acciones internacionales, «buscan sacar a Rusia del sistema financiero y de los sistemas de pago, con grandes efectos que están por verse».
– Venezuela y su rol –
El internacionalista Luis Angarita recordó que, hace una semana, en la preparación diplomática de esta invasión, Rusia visitó a todos sus aliados del continente. «Hubo presencia de viceministros rusos en Venezuela, Nicaragua y Cuba, y los voceros dejaron entrever que Rusia podría tener alianzas militares importantes con Venezuela».
A su juicio, «pareciera ser un bluff, como especie de chantaje, porque no hay una posibilidad real de que haya una base militar a tanta distancia del país de origen«.
«Una de las repercusiones puede ser que haya toda una identificación de Venezuela con Rusia, lo cual alejaría aún más un escenario de moderación de las sanciones, por parte de Estados Unidos, para lograr la presencia de trasnacionales en el país y evitar la expansión en el continente por parte de Rusia; pero sería especular», aclara.
Los precios del petróleo pasan de los 100 dólares, con efectos económicos directos para Venezuela, «porque ya no va a tener ingresos mínimos, como en 2020 y 2021, sino que con una incipiente producción petrolera y precios elevados, debe haber efectos económicos para el gobierno de Maduro», dijo.
«Creo que la posición de Venezuela va a ser igual que la de China, porque puede ser una amenaza a la integridad territorial de los Estados contemporáneos. Si reconoces ese tipo de acciones separatistas y, de repente un grupo en Apure se levanta y Colombia lo reconoce, no tendrás argumentos», advierte.
Para Angarita, el momento para reconocer la independencia de las provincias separatistas, «habría sido justo el lunes, cuando Putin hizo la declaración. Si había una alianza diplomática para hacer ese reconocimiento ya Maduro lo habría hecho. A estas alturas creo que no, porque no entraría en esa doctrina de política exterior de reconocer otras repúblicas, pero es una opinión, no se sabe hasta dónde puede escalar este conflicto».
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