De Tom Hanks a Scarlett Johansson, las grandes estrellas de Hollywood están unidas en el frente contra la reelección del presidente Donald Trump, pero las divisiones surgen a la hora de elegir un candidato.
Una búsqueda en los registros de donaciones federales muestra que Hanks aportó dinero a Joe Biden, mientras que Johansson lo hizo a la campaña de Elizabeth Warren, al igual que la estrella de «Cheers» Ted Danson, que dio el máximo de 2.800 dólares.
Aunque su esposa, la actriz Mary Steenburgen, apoyó al ex vicepresidente Biden.
No hay consenso. George Takei de «Star Trek» no pudo decidirse y donó tanto a Biden y al ex alcalde de South Bend, en Indiana, Pete Buttigieg.
Según el estratega demócrata Bill Carrick, instalado en Los Ángeles, estas divisiones de apoyos y las múltiples donaciones no eran nada usuales en procesos anteriores.
«Hollywood siempre ha sido una importante fuente de recaudación de fondos de campaña para potenciales candidatos presidenciales», dice a la AFP. «Esta vez es un poco diferente».
El cambio se debe en parte a la gran cantidad de posibles nominados, con donaciones a «hasta tres» candidatos, destaca Carrick.
«Están tan aturdidos y confundidos sobre quién es el mejor para vencer a Trump», dice Steven Maviglio, un estratega demócrata de la capital de California, Sacramento.
Esto en claro contraste con 2016, cuando Hillary Clinton era la clara favorita en la meca del cine.
«Hillary estuvo aquí en Hollywood todo el tiempo», recuerda Maviglio. «No creo que nadie haya estado a la altura de lo que hizo la última vez aquí».
– Cócteles por mitines –
Otro cambio este año es que algunos de los principales candidatos demócratas decidieron saltarse el brillo y glamour del circuito de fiestas para recaudar fondos en Hollywood.
El mensaje de Bernie Sanders ha atraído a celebridades como Susan Sarandon. El veterano comediante y bailarín Dick Van Dyke, Sarah Silverman y Public Enemy se presentarán en su mitin del domingo en Los Ángeles, mientras que Warren ha conseguido el apoyo del cantante John Legend.
Tanto Sanders como Warren han descartado las veladas a puerta cerrada y optado por impulsar un gran número de pequeñas donaciones en línea.
El candidato multimillonario Michael Bloomberg, que autofinancia su campaña, se ha centrado más en cosechar apoyos de funcionarios electos de California que de estrellas de cine.
Esto ha dejado los lucrativos cócteles, cenas y almuerzos en Los Ángeles abiertos para gente como Biden y Buttigieg.
Biden ha movido los contactos que forjó en Hollywood como senador y vicepresidente -apareció en el escenario de los Oscars en 2016- y se espera que asista el miércoles a un importante evento de recaudación organizado por la ex jefa del estudio Paramount, Sherry Lansing.
Buttigieg ha ganado una lista de apoyos que incluye a Sharon Stone, Kevin Costner y Michael J Fox.
Pero ninguno ha logrado generar el entusiasmo que consiguió Clinton o Barack Obama.
– Efecto Trump –
Con California celebrando su votación a principios de este año – lo que significa que debería tener un mayor impacto en el resultado – la atención se ha centrado menos en asegurar el dinero de Hollywood, y más en persuadir a los votantes del estado.
«En el pasado, los candidatos venían a California, recaudaban dinero en Hollywood y se iban de regreso a New Hampshire y Iowa», dice Maviglio.
«Pero ahora se quedan y hacen campaña, eventos reales que realmente importan a la gente», añadió, citando el vasto equipo de campaña de Sanders y los mitines de Buttigieg en partes «extrañas» del interior rural del estado.
Los ricos ejecutivos de los estudios, las estrellas de cine y las agencias de talentos -con sus enormes listas de clientes- serán más valiosos a medida que se acerquen las elecciones generales de noviembre, asegura Carrick.
Y no debería haber ningún problema para que se entusiasmen, sigue. «El catalizador más importante para las contribuciones en Hollywood es Donald Trump, que es increíblemente impopular aquí».
Aunque el discurso continuado desde Hollywood contra presidente desde su elección diluye el impacto del mensaje.
«A la gente le aburre porque es cada día, en todos los niveles», indica. «Y porque además no se han puesto detrás de un candidato, hacen menos diferencia».