Iberia calienta motores para consolidarse como aerolínea líder en América Latina
Iberia calienta motores para consolidarse como la aerolínea líder en América Latina y, de paso, convertir a España en «la puerta entre Asia y el Nuevo Continente». Para ello, además de abrir nuevas rutas a Tokio o Shanghái y recuperar el mando en destinos como La Habana, Montevideo o Santo Domingo, la compañía ha acelerado la renovación y ampliación de su flota con la compra de 33 nuevos aviones Airbus en el último año.
Este pedido en firme se suma a las 15 aeronaves que Iberia ya tenía pendientes de recibir a finales de 2014, por lo que la compañía que preside Luis Gallego sumará 48 aviones entre 2016 y 2021 por unos 4,160 millones de euros. A diciembre de 2014, la inversión en aeronaves era de 620 millones.
«De acuerdo con los precios básicos establecidos en los contratos, el coste total de los aviones comprometidos en firme y pendientes de entrega a 31 de diciembre de 2015, asciende, aproximadamente, a 4,159 millones», recoge la aerolínea en su informe anual.
Así, la compañía espera alcanzar los 122 aparatos entre 2016 y 2020 después de haber cerrado 2015 con 98 aviones operativos. En 2012, cuando volaba 111 aeronaves, la firma aprobó un plan de ajuste de rutas y flota que le llevo a devolver, no renovar o vender 13 aviones a lo largo de 2013 al tiempo que cerraba rutas no rentables.
De los aviones pendientes de entrega, Iberia ya ha recibido seis A 330-300 y está a la espera de recibir este año otros tres aparatos de la misma familia, que están destinados a reforzar la flota de largo radio. Según los últimos datos publicados, la aerolínea tiene previsto incorporar a su ruta otros tres aviones A-330 en 2017 y un último en 2018.
La aerolínea que preside Gallego también ha cerrado la adquisición de 16 aeronaves A-350 para reforzar el largo radio, que recibirá entre 2018 y 2021 (a diciembre de 2014 tenía previsto sumar ocho). En cuanto al corto-medio radio, Iberia ha apostado por la familia A-320 Neo y a lo largo de 2015 cerró la adquisición en firme de 20 ejemplares que empezará a recibir a partir de 2018 (ver gráfico).
Aunque son acuerdos de compra en firme, Iberia no tiene por qué quedarse con todos los aviones en propiedad, por lo que no pagará los casi 4,200 millones de golpe. La aerolínea puede usar la vía del arrendamiento financiero, que le permite comprar el bien una vez finalizado el contrato, o la del arrendamiento operativo, lo que le implica pagar una renta durante todo el periodo.
Por ejemplo, en 2015 Iberia pagó 256 millones por los 66 aviones que tiene bajo contratos de arrendamiento operativos y tiene comprometidos al menos 1,552 millones de euros en concepto de cuotas a pagar en los próximos siete u ocho años. Así, la aerolínea española cerró 2015 con diez aviones en propiedad y 22 bajo arrendamiento financiero en operación (no se incluye el A-330-200 que recibió en diciembre de 2015 y que no empezó a volar hasta este año).
En cuanto a las compras, Iberia adquirió el año pasado «activos de flota aérea» por 91 millones de euros, de los cuales había entregado anticipos, ejercitó la opción de compra de un A-320 que estaba en régimen de arrendamiento financiero y materializó la compra de dos A340-600. A su vez, a lo largo de 2015, desembolsó 223 millones de euros (50 millones en 2014) en concepto de anticipos y compromisos para hacer frente al plan de renovación de la flota.
Potenciar el largo radio
La mayoría de los aviones que espera recibir Iberia en los próximos cinco años van destinados a reforzar las líneas de largo radio, que son su principal fuente de ingresos. En 2015, la aerolínea completó la transformación de sus A350-600 y modernizó el interior de casi toda su flota de largo radio con la incorporación del nuevo producto. La apuesta por los asientos más modernos con pantallas individuales y la recuperación de las rutas cerradas en 2013, impulsaron en 2015 los ingresos por venta de pasajes un 12.5% hasta los 3,305 millones.
En concreto, la red que más creció fue la de largo radio con un alza del 17.9% hasta los 2,165 millones. Estos destinos siguen siendo la principal fuente de ingresos de la compañía y en 2015 aportaron el 65% de la facturación. Este negocio depende en gran medida de su negocio de corto radio, es decir, de Iberia Express, que pese a la conmoción que supuso su creación, es una herramienta básica para llenar los aviones de Iberia y ganar en competitividad. Iberia Express se dedica a alimentar los vuelos de largo radio, donde el 66% de los pasajeros son de conexión, es decir, que continua o viene de otros destinos.
Por su parte, medio radio creció un 5.9% y los ingresos por vuelos domésticos cayeron un 0.7% a los 404 millones. En 2015 Iberia consolidó el alza de la oferta y de los pasajeros transportados que ha continuado en los ocho primeros meses del año.
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