Incertidumbre en Italia tras un tsunami de las fuerzas antisistema
Un avance histórico de las fuerzas antisistema, euroescépticas y de ultraderecha, que lograron la mayoría en votos y escaños en las elecciones legislativas del domingo, sumió a Italia en la incertidumbre política.
El Movimiento 5 Estrellas, con votantes de izquierda y de derecha, y los partidos de extrema derecha se beneficiaron del rechazo a la vieja clase política, la ira frente a una economía que no despega y las tensiones en torno a los migrantes.
Italia votó en sintonía con los británicos que optaron por el Brexit, los estadounidenses que dieron la victoria a Donald Trump y otros países de Europa donde la extrema derecha vive un nuevo impulso.
«Por primera vez en Europa, las fuerzas antisistema han ganado», resumió el editorial del diario La Stampa.
Por un lado la coalición de derecha, encabezada durante la campaña por el magnate y tres veces primer ministro Silvio Berlusconi y su partido Fuerza Italia, aliado entre otros con los xenófobos de la Liga Norte y los neofascistas Hermanos de Italia, lograría cerca del 37%, insuficiente para gobernar, según los resultados parciales con 73% de las mesas escrutadas.
Pero según la última proyección difundida por la cadena pública RAI, no será Fuerza Italia el partido preponderante y la Liga podría haberlo adelantado por la derecha con 16,7% frente a 14%.
Por otro lado la formación antisistema del M5E, que se presentó en solitario, se confirmaría como el mayor partido de Italia con cerca del 32% de los votos, según las proyecciones que muestran un ascenso espectacular de la formación creada en 2009.
De ahora en adelante, «todo el mundo tendrá que hablar con nosotros», celebró Alessandro Di Battista, uno de los responsables del movimiento que hizo campaña alzando la voz contra la corrupción y la «casta política italiana».
Según las estimaciones, Berlusconi perdió terreno frente al líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, una formación xenófoba que prometió la expulsión de 600.000 inmigrantes y cerrar las fronteras, lo que pondría a temblar a buena parte de Europa.
– Ingobernables –
Si se confirman las estimaciones, el escenario político dibuja un país ingobernable, con dos nuevas fuerzas, muy diferentes, pero que nacieron contra la llamada casta política.
«Los vencedores de esta batalla electoral son Matteo Salvini y Luigi di Maio», líder del M5S, pero «nada de esto conduce a ninguna forma de gobernabilidad», aseguró el editorial de La Stampa.
La Bolsa de Milán tomaba con relativa serenidad los resultados. El índice FTSE Mib abrió con una baja de 2% pero poco después se recuperaba y se situaba alrededor de -0,5%.
La controvertida reforma electoral adoptada en octubre, complicó la situación ya que al favorecer las alianzas políticas e intentar penalizar a formaciones independientes como el Movimiento 5 Estrellas, ha causado un «gigantesco lío», como tituló un popular diario local.
Como una verdadera «derrota» fue calificada por los medios el resultado del mayor partido de la coalición gobernante de centro-izquierda, el Partido Democrático (PD), liderado por Matteo Renzi, que alcanzaría cerca del 19% en el Senado.
«Una derrota clara y muy negativa, no lo negamos», comentó Maurizio Martina portavoz del PD.
– Cautela –
Con los cambios en la ley electoral que combina el sistema proporcional con el mayoritario, aún no se conoce la composición de las dos cámaras del Parlamento, que en Italia tienen el mismo poder.
Según los expertos, el umbral para obtener la mayoría de los escaños es del 40 al 45%.
La campaña estuvo dominada por temas como la inmigración, la inseguridad y promesas económicas imposibles de cumplir, además de agresiones e insultos entre militantes neofascistas y antifascistas, algo que no se veía desde los años 80.
En el cuartel general en Roma de la formación antisistema Movimiento 5 Estrellas, que se negó a pactar alianzas, en la noche del domingo estalló la fiesta.
«Se acabó la fase en la que estábamos en la oposición y ahora vamos a gobernar», había prometido el viernes el joven Luigi Di Maio, candidato al cargo de primer ministro que tiene 31 años.
El engorroso resultado abre el camino a todos los escenarios posibles: mayoría de derecha, coalición entre Forza Italia y el centro-izquierda, algo difícil según los comentaristas italianos, e incluso una alianza entre la Liga y el M5E, que podría teóricamente alcanzar la mayoría en el Parlamento.
Sin embargo, sus dos líderes han rechazado tajantemente esa posibilidad.
Unos 46 millones de italianos estaban convocados a elegir 630 diputados y 315 senadores.
Ahora, el presidente italiano, Sergio Mattarella, se encargará en las próximas semanas de confiar la formación de un gobierno a quien estime que puede formar una mayoría en el parlamento.
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