Informe Especial | Así resistió la banca un complejo 2020

La economía venezolana al cierre del año 2020 evidenció una clara contracción, advertida principalmente por el deterioro de los indicadores macroeconómicos, microeconómicos y la coyuntura actual provocada por la pandemia de COVID-19.

Esta situación se produce en un contexto inflacionario creciente, a tal punto que el cierre de año se ubicó en 2.450%, de acuerdo con nuestras estimaciones. La inflación tiene un impacto sobre el sistema bancario, ya que los aumentos en el índice de precios provocan un fuerte deterioro de las partidas monetarias de los balances.

Ante esta situación la banca enfrentó enormes retos en el ámbito operativo, a través de la gestión administrativa y de los recursos; no obstante, mostró resultados positivos en términos nominales, pero estos datos ser valorados con cautela dada la realidad económica venezolana.

El activo total de la banca venezolana, al cierre 2020, ascendió a Bs. 6.297.559.460 millones, un incremento de 2.139,3% respecto al mes de diciembre 2019 (Var. Abs.+ Bs. 6.016.329.019 MM), de acuerdo con la data de Aristimuño Herrera & Asociados (AHA).

Las cifras del activo total en términos generales fueron impactadas por la dinámica inflacionaria presentada en el año. Adicionalmente, la liquidez monetaria (M2) tuvo una variación anual de 1.198,6% a diciembre (cifras oficiales BCV – Semanal), marcando una tendencia recurrente de financiamiento monetario del déficit fiscal incentivada principalmente por el otorgamiento de bonos y pagos, a tal punto que las partidas Inversiones en Títulos valores y Disponibilidad, representan más del 85% del total activo del sistema versus apenas un 4,97% del peso de la cartera de créditos.

La cartera de créditos bruta se ubicó en Bs. 313.475.186 millones al cierre del año pasado. La variación anual del sistema fue de 2.885,2% pese a la fuerte restricción por vía del encaje legal que, al finalizar el año, se situaba en 93% de las captaciones y la liberación posterior decretada por la autoridad monetaria de Bs. 30 billones en septiembre del año pasado.

En el año 2020 se registró una fuerte devaluación de la moneda con una variación anual de 2.280,85% del tipo de cambio según cifras oficiales. En dicho contexto, la cartera de créditos se mantuvo con un equivalente en divisas alrededor de USD 283 millones al cierre, con un incremento de 25,70% en comparación con el valor de USD 225 millones que presentó a diciembre 2019.

La intermediación financiera al cierre fue de 20,53%, creciendo 6,82 p.p. con respecto al cierre del año anterior (13,70%). Sin embargo, estas cifras siguen siendo bajas en comparación con los niveles de intermediación que presentaba la banca en el año 2013 de 50,62%, por lo que la disminución de los créditos bancarios se explica a través de la política de encaje restrictiva desvirtuando el rol principal de los bancos como intermediador de fondos.

La calidad de la cartera de créditos medida a partir del índice de morosidad fue favorable con un valor al cierre del año de 3,35% con un descenso de 1,24 p.p. en comparación con diciembre 2019 (4,59%).

A pesar de la política monetaria restrictiva y la situación de iliquidez presentada por la banca, que se puede visualizar en el mercado de créditos interbancarios con tasas promedios negociadas en el año superior al 160% y con la mayoría de sus créditos indexados, el porcentaje de ingresos de la cartera de créditos con respecto al total de ingresos del sistema bancario fue de 36,1%, con un incremento de 8,8% p.p. en comparación con diciembre de 2019 (27,4%).

En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana se analiza el desempeño de la banca venezolana en 2020, a través del comportamiento de sus principales indicadores. El sistema bancario fue víctima de una peligrosa política de restricción monetaria que también afectó al resto de la economía, al restar el crédito indispensable para el financiamiento de sus actividades.

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