Informe Especial | El Plan 7+7 ya es una medicina insuficiente para la economía

No hay duda que todos los sectores formales de la economía han asumido con absoluta responsabilidad los protocolos necesarios para prevenir la expansión del coronavirus Covid-19 en el país; incluso, empresas han hecho inversiones importantes en la adquisición de equipos de control de temperatura e inmunización, a fin de garantizar una operación con mínimo riesgo sanitario.

La emergencia nacional, que ya lleva 23 semanas de vigencia, ha puesto al sector privado en una situación de caja muy precaria, que ya amenaza seriamente la capacidad de seguir cubriendo los costos fijos, incluyendo la nómina –que es el fundamental- y pone en peligro la estabilidad laboral de alrededor de 3 millones de trabajadores, según las estadísticas sectoriales de Conindustria y Consecomercio.

En consecuencia, ha llegado la hora de asumir una reestructuración integral del modelo 7+7, porque, puesto en perspectiva, no ha logrado contener las cadenas de contagio y, por otra parte, está generando distorsiones severas en la economía.

Es necesario un modelo de reapertura segura para todos los sectores de la economía y, para ello, es necesaria la urgente conformación de una comisión técnica en la que participe el gobierno nacional, la representación legítima de la empresa privada, la Academia Nacional de Medicina, calificados profesionales de la medicina especializada, y la representación del sector laboral, como organismos de base, en función de que se diseñe una nueva estrategia que abra paso a una normalidad económica controlada y libre de improvisaciones.

El sector privado formal ha solicitado una serie de medidas financieras y, particularmente, tributarias que son indispensables para sobrellevar esta inédita, grave e histórica situación de emergencia, que no es nacional, sino mundial; pero está claro que el ejecutivo nacional no está en condiciones de satisfacer todas esas demandas, en virtud de la grave situación financiera que padece.

Sin embargo, es necesario que en el marco de un diálogo amplio, constructivo y sincero, se llegue, además de a un esquema de reapertura ya constante, a un plan económico de emergencia realista que se pueda implantar con certeza.

En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados revisamos la situación planteada con la aplicación del Plan 7+7 y sus efectos en las empresas. La conclusión es que se debe aplicar un mecanismo distinto para reabrir la actividad económica ante las amenazas que genera una flexibilización parcial, que poco contribuye a estabilizar los negocios que quedan, luego de casi 7 años de recesión.

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