Informe Especial | Hiperinflación un año más: ¿Qué hacer?

La Asamblea Nacional informó que la inflación en noviembre fue de 65,7%. Muy alta, sin duda, pero no la mayor del año 2020. Se quedó rezagada frente al 80% de abril. En todo caso, si asumimos el consenso académico sobre la condición para salir de la hiperinflación -12 meses consecutivos con un índice de precios inferior a 50%-, Venezuela tendría que esperar a noviembre de 2021, a ver si termina esta pesadilla.

Viendo esto, para las empresas lo importante es ver cómo será la tendencia de este indicador fundamental de cara al próximo año. La mayoría de los pronósticos apuntan a que tendremos un índice de precios inferior al registrado este año, pero visto el resultado de noviembre debe quedar establecido que no es posible predecir con algo de precisión la evolución de la inflación.

En Venezuela, no existe un orden monetario, ni siquiera el Banco Central de Venezuela establece metas sobre la evolución de los precios, tampoco se conocen los supuestos macroeconómicos que guiarán la gestión del Estado en 2021 e igualmente no hay un registro regular de la evolución del movimiento de precios.

Ante esa circunstancia, es imposible hacer una planificación financiera sobre alguna base simple.

Aristimuño Herrera & Asociados estableció en octubre una proyección de 1.695% de inflación anual para 2021. En este momento, estamos revisando esa estimación, ya que, por las razones antes expuestas, las proyecciones pueden ser un bien perecedero.

Una encuesta de la consultora Mercer, realizada entre 60 CEOs de empresas venezolanas, eleva la expectativa del INPC de cierre para diciembre del próximo año a 6.869%.

Se puede hacer una larga lista de estimaciones con números diferentes. En consecuencia, lo que hay que preguntarse es cómo una gerencia financiera puede establecer una proyección viable y la mejor respuesta es atenerse a un cálculo propio y al de empresas confiables que garanticen seguimiento y estudio permanente del mercado y de estos indicadores.

Las empresas deben ahora más que nunca definir un indicador propio de inflación, en función de planificar con base en sus costos, su flujo de ingresos, sus estructuras de precios, la rotación de sus inventarios y otros factores en una medición que debería calcularse no de manera anual, sino, como máximo, trimestral, cuando no mensual. Recordemos que la inflación nacional no tiene aplicación estándar a nivel de las empresas, es una referencia muy importante, pero cada una tiene su realidad inflacionaria.

En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana la nota editorial analiza los impactos de la expansión más acelerada de la inflación y cómo las gerencias deben manejar el fenómeno. La mala noticia es que Venezuela se acerca peligrosamente a la cabeza de los países con episodios más prolongados de hiperinflación; un reto mayúsculo para los sectores productivos.

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