Informe Especial | La ´inmunidad de rebaño´ como estrategia para salvar a la economía

La iniciativa de Fedecámaras para adquirir hasta 6 millones de dosis de vacunas contra la covid-19 puede tener un impacto relevante en las expectativas de recuperación de la economía, ya que todos los análisis a la mano postergan a Venezuela como uno de los últimos países en lograr la denominada “inmunidad de rebaño”.

Sin duda alguna, el Ejecutivo Nacional haría bien en permitir rápidamente que el sector privado se active para inmunizar a sus trabajadores vulnerables y a sus familias, porque lo cierto es que el esquema 7×7 -que ahora se plantea convertir en 7+14- ya está demostrando que no funciona como una estrategia eficiente de prevención de la propagación del virus.

En realidad, en las condiciones actuales del país –y en específico de su economía- la opción de prolongar los confinamientos y establecer más límites para el funcionamiento de los negocios tendrá efectos altamente nocivos en la calidad de vida de las personas y, además, servirá de muy poco para prevenir el avance de las nuevas variantes del SARS-Cov-2.

Fedecámaras está planteando un enorme reto a la empresa privada venezolana, pero es una opción concreta y potencialmente eficaz para ir saliendo de la parálisis de la economía. Además es la única propuesta seria y enfocada en atacar el problema del COVID-19, que hemos visto en el país.

Más allá de que el programa fue presentado como una iniciativa de responsabilidad social, en la cual no habrá rentabilidad para ninguno de los actores participantes, lo cierto es que el mejor negocio que se puede hacer en Venezuela es vacunar masivamente a la población y lo más rápidamente posible.

No hace falta repetir, a los efectos de este Informe, lo que ha significado la ausencia de una estrategia de apoyo financiero real a la actividad económica en este año largo de pandemia. Cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), divulgadas esta semana, indican que, en promedio, los países de América Latina y el Caribe han instrumentado programas de apoyo fiscal por el orden de US$485.000 millones.

Señala la entidad multilateral que este apoyo ha sido desigual, ya que solo algunos países han superado el 3% de sus respectivos PIB en ayuda; sin embargo, Venezuela y Haití son las únicas dos naciones donde no solo no se han implantado este tipo de estrategias, sino que además tampoco se ha estimulado el crédito bancario o se han puesto en práctica alivios tributarios relevantes para las empresas.

Y no solo eso, sino que en Venezuela se ha producido un estímulo importante a las importaciones, a través de sucesivos decretos de exoneraciones de impuestos y tasas, lo que también ha significado una reducción del mercado potencial para una escasa producción nacional.

En medio de una economía en recesión, cuyas posibilidades de recuperación lucen cada vez más inciertas en el corto y mediano plazo, por falta de políticas económicas, la prioridad tiene que ser enfrentar la pandemia con todas las herramientas disponibles y aprovechar cualquier ayuda, interna o externa, que permita inmunizar a la población necesaria y reducir los riesgos de una mayor propagación; y lo cierto es que no basta con campañas de concientización y cuarentenas prolongadas.

Está demostrado que la pobreza extendida por todo el país es el primer vector real de contagios. Con una informalidad laboral superior a 70% y niveles de pobreza por déficit de ingresos que están por encima de 90% de la población, quién puede financiar sosteniblemente un período de inactividad prolongado.

Por otra parte, con descensos en ventas que cada vez son más pronunciados, cómo las empresas del país van a seguir cargando con costos operativos que se hacen cada vez menos recuperables, para no hablar de los retos que plantea conseguir la sostenibilidad financiera de cualquier negocio en Venezuela.

En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana la Nota Editorial pone en contexto la propuesta de Fedecámaras para permitir que el sector privado adquiera vacunas contra la covid-19, y sus potenciales impactos sobre la economía.

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