Informe Especial | ¿Tiene salida la crisis de consumo?

La variación del precio del dólar en el mercado paralelo ha sido 30,13% en lo que va de septiembre, mientras que el incremento de la cotización promedio en las mesas cambiarias de la banca ya supera 22%. Estos datos revelan una aceleración muy importante de la divisa estadounidense en un contexto realmente dramático.

Estamos en una situación en la que el salario mínimo ya es inferior a 1 dólar mensual y una familia de ingreso bajo que puede devengar en promedio cuatro salarios mínimos está ganando efectivamente una cifra apenas superior a 7 dólares.

Si al menos dos de sus miembros obtienen bonos regulares a través del Sistema Patria que, mensualmente, pueden representar, en promedio, 7,1 dólares adicionales, el salario integral formal asciende a unos 14 dólares, cuando una compra de alimentos mínima a la semana cuesta alrededor de 35 dólares, unos 140 dólares mensuales.

Ya que el próximo 01 de octubre tenemos el evento “La Economía y las Empresas ante la Nueva Realidad”, donde expondremos nuestras perspectivas económicas y empresariales, acompañados por el socio principal de PwCVenezuela, Pedro Pacheco Rodríguez, estamos revisando nuestros datos sobre indicadores fundamentales, por lo que nos preocupa especialmente la expectativa sobre la evolución del consumo.

Al cierre del segundo trimestre, previo a la pandemia, se ha visto una contracción del consumo privado superior a 20%, que presagia una caída que preliminarmente puede ubicarse entre 50% y 55%, ya que la demanda de bienes y servicios va a estar especialmente impactada por la evolución de la pandemia de Covid-19 en el país, un tema sobre el que existen serias dudas.

En términos de ingresos, nos enfrentamos a una situación de pobreza sin precedentes que la creciente informalidad económica no puede siquiera mitigar. Ya se comienza a hablar de un incremento del salario mínimo que, si se sigue la lógica de los aumentos más recientes, podría llevar el monto integral a unos 8 dólares.

Por supuesto, esta no es la solución adecuada al problema gravísimo de deterioro del ingreso, bajo ninguna perspectiva, porque, para empezar, es imposible compensar la agresiva pérdida de poder adquisitivo vía salario sin desatar una crisis devastadora en el sector empresarial, que ha hecho un esfuerzo, que algunos funcionarios del gobierno han reconocido, por mantener el empleo y las remuneraciones, a pesar que hay áreas económicas que están trabajando con disminuciones de 80% o más de los ingresos.

La verdad es que son pocas las opciones, porque es muy fácil decir que el gobierno debe poner dinero en los bolsillos de los consumidores, pero es muy complicado que lo haga en las precarias condiciones financieras que enfrenta.

En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana se analiza la situación del consumo en Venezuela, a la luz de la fuerte apreciación de la divisa estadounidense, que tiene un impacto directo en el poder de compra de la población en un contexto de dolarización de facto en la economía.

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