Informe | La credibilidad de las instituciones es clave para consolidar la recuperación

Se esperaba que después de la jornada electoral para renovar los poderes regionales y municipales, el país entrara en una etapa de tranquilidad política que permitiera comenzar a abordar las reformas económicas indispensables para conseguir que el actual cuadro de recuperación se convierta en un proceso de crecimiento sostenible.

Sin embargo, la situación política posterior al proceso, lastrado por la abstención, es complicada, porque a una semana de emitidos los votos, hay resultados pendientes; especialmente el de la Gobernación de Barinas, aparte que se están registrando tensiones en algunos municipios donde organismos de seguridad han hostigado –según las denuncias- a Alcaldes y Concejales electos.

En este sentido, el rector principal del Consejo Nacional Electoral (CNE), Roberto Picón, señaló que “tal comportamiento va en dirección contraria al clima de entendimiento que debe prevalecer para que, en todas las instituciones, se trabaje mancomunadamente en favor de los ciudadanos”.

Lo dicho por el Rector es clave, porque los resultados de estas elecciones y su aceptación por los diferentes actores políticos no solo renueva las instituciones regionales, sino que se supone debe crear un clima de diálogo, porque, para ser claros, ambos bloques políticos salieron con luces y sombras del proceso, aunque el gobierno obtuvo una amplia mayoría en gobernaciones y alcaldías.

También es cierto que la oposición, a pesar del resultado negativo, registró una importante recuperación, especialmente a escala municipal, con todo y la abstención, además de la falta de unidad táctica para enfrentar el proceso.

Más allá de lo electoral, estos comicios han debido contribuir no solo a una mayor distensión interna, sino a un nuevo escenario internacional para la administración del presidente Nicolás Maduro, por lo que estos problemas contribuyen poco a lograr un mejor entorno para que Venezuela tenga mejores expectativas.

El país necesita acceso a financiamiento internacional, requiere fuertes inversiones en el sector hidrocarburos y, al mismo tiempo, necesita generar una situación institucional estable y con capacidad de ofrecer certidumbre para que las inversiones internacionales lleguen en un escenario legal formal, no a través de mecanismos informales y secretos.

Hay que estar claros en que, quizás, la economía venezolana ha tocado fondo, lo que significa que puede ser que la tendencia a la contracción se haya detenido puntualmente, pero hay que decir que el país necesita un crecimiento anual de 5% a lo largo de la próxima década para recuperar el Producto Interno perdido en los últimos ocho años.

No es con medidas aisladas y cortoplacistas como se puede alcanzar este objetivo, sino con una planificación estratégica integral de reforma económica que no solo ordene lo macroeconómico. También hay que emprender reformas microeconómicas que incentiven el crecimiento del tejido empresarial en un ambiente competitivo, confiable, estable y con indicadores macro sanos.

Esto se dice fácil, pero implica un proceso de diálogo y creación de consensos muy complejos, por lo que los actores políticos, sin renunciar a sus naturales diferencias ni a sus agendas particulares, deben crear un espacio de convivencia que propicie el debate sincero, sensato y que tenga posibilidades de dar resultados positivos.

No hace falta recordar las dimensiones de la crisis económica y sus gravísimas consecuencias sociales, así que la natural lucha por el poder debería atender, por alguna vez en la historia del país, a los verdaderos intereses nacionales.

Las instituciones tienen un rol fundamental en este proceso de reforma. Aunque parece que el CNE –constituido en Poder Público independiente según la Constitución vigente- tiene poco que ver con la dinámica económica, es una entidad clave para garantizar la estabilidad política en el país. Que se ponga en riesgo su credibilidad en un momento como este no hace bien a nadie, y así deben entenderlo los partidos y el gobierno nacional.

En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana, además de comentar el impacto que tienen las polémicas poselectorales y el riesgo de pérdida de credibilidad del CNE para cualquier tentativa de promover una recuperación económica, el Informe trae un análisis sobre la adecuación corporativa a los cambios de entorno económico en el país, junto con una nota sobre los problemas que genera la regulación de las ofertas y promociones en el país.

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