Informe | Los efectos contraproducentes de la nueva regulación del BCV en el mercado cambiario
El Banco Central de Venezuela emitió una circular el pasado 18 de noviembre en la cual prohíbe expresamente a los bancos autorizados a operar en el mercado cambiario a vender los saldos no colocados de las divisas en efectivo recibidos a través de la intervención cambiaria a una tasa de cambio distinta a la fijada originalmente en la fecha cuando el ente emisor realizó la inyección de moneda extranjera.
Con esta medida, la autoridad monetaria introduce un elemento de control a la determinación de un precio que se supone debe ser producto del balance entre oferta y demanda de divisas en las mesas cambiarias.
La realidad, como ya lo hemos señalado en otros informes anteriores, es que el Banco Central ha venido colocando en la Banca más divisas de las que las instituciones pueden posicionar o vender. Nuestros cálculos indican que algunas de las intervenciones del BCV han hasta duplicado los requerimientos reales del mercado.
Evidentemente ya se están observando presiones alcistas en el mercado cambiario; de hecho, el viernes 19 de noviembre el precio promedio del dólar paralelo terminó en 5 bolívares por unidad, lo que significa que, en lo que va de mes, ha subido 11,85 %, cuando en octubre se incrementó 0,3 % y en septiembre escaló 9,25 %.
Igualmente, en lo que va de noviembre, el precio promedio del dólar en las mesas cambiarias ha subido 4,76 %, una variación ya ligeramente superior al 4,69 % de octubre y ya muy por encima del 1,33 % de septiembre.
La apreciación del tipo de cambio supera 50 %, lo que de por sí ya afecta los términos de intercambio de las exportaciones del país y conduce a que los precios de los bienes producidos en el país sean más costosos que los importados, los cuales, de paso, en muchos casos vienen libres de aranceles e impuestos.
Evidentemente, la decisión del Banco Central entra en la lógica de crear desestímulos
Sin embargo, esta decisión concreta de la autoridad monetaria puede tener efectos contraproducentes. El primero es incrementar la oferta en el mercado paralelo, debido a que los precios que tendrán que ofrecer los bancos por las divisas de sus clientes no podrán superar la referencia de la más reciente intervención cambiaria, si no han logrado colocar 100 % del volumen de moneda extranjera que les asignó el BCV.
Y ello es así, porque el precio de venta que tendrán que aplicar las instituciones bancarias estará rezagado al de la intervención más reciente hasta que no demuestren a la autoridad monetaria que han vendido hasta la última unidad de divisa extranjera inyectada por el organismo.
En consecuencia, el efecto control que crea la intervención cambiaria del BCV tendería a debilitarse, al generar mayores incentivos al alza de los precios en el mercado paralelo.
Igualmente, podría desincentivar –asumimos que de forma no deseada- la apertura de cuentas en moneda extranjera, por cuanto los tipos de cambio aplicables a las transacciones contra esas cuentas también podrían ser inferiores a los de mercado, si la institución está forzada a salir a una tasa de cambio fija y desactualizada de posiciones en divisas correspondientes a intervenciones del BCV.
Si la diferencia entre los tipos de cambio oficial y paralelo se incrementa y resta competitividad a las mesas cambiarias, se repetirán escenarios de alta volatilidad en el precio de la divisa estadounidense.
Evidentemente, el BCV puede y, en cierta forma, debe ejercer su rol regulador en el mercado, pero la orientación de ese ejercicio debería apuntar a un estímulo a la formación transparente y ajustada al libre juego de oferta y demanda de los precios, no de introducir mecanismos de regulación o intervención que controlan los precios y, en consecuencia, afectan la oferta de divisas.
Y hay, además, un efecto adicional que conviene subrayar: como la mayor parte de la cartera de créditos está indexada al tipo de cambio oficial y el BCV ha sostenido una estrategia de apreciación inducida, evidentemente se desincentiva la actividad de intermediación, por cuanto el valor de los préstamos está asociado a la devaluación, por lo que la rentabilidad de la actividad crediticia está siendo muy baja.
En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados de esta semana, además de analizar las consecuencias de la decisión del Banco Central de Venezuela (BCV) de no permitir la venta de divisas provenientes de sus intervenciones cambiarias a un tipo de cambio distinto al fijado para la operación, se entra en en análisis de la situación del consumo y el crédito con escenarios sobre próximas coyunturas. Además, seguimos revisando, en el plano gerencial, las mejores decisiones en materia de marketing.
Todos los viernes tenga a la mano la más oportuna, confiable, rigurosa y útil información para tomar las mejores decisiones de negocios en un entorno altamente volátil y complejo. Los invitamos a suscribirse al Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados para estar al día con la dinámica económica del país y las tendencias que la mueven.
Si desea ver una muestra de nuestro informe privado semanal y conocer más acerca de este y el resto de nuestros productos y servicios de consultoría, le invitamos a consultar nuestros planes de suscripción para que pueda seleccionar el más adecuado a sus necesidades y así empezar a disfrutar todos los viernes, de esta información de alto impacto para los gerentes.
ATENCIÓN: Ante los hechos económicos de Venezuela y el Covid-19, Aristimuño Herrera & Asociados está ofreciendo un descuento del 20% en los planes de suscripción de su informe privado semanal.
Somos uno de los principales portales de noticias en Venezuela para temas bancarios, económicos, financieros y de negocios, con más de 20 años en el mercado. Hemos sido y seguiremos siendo pioneros en la creación de contenidos, análisis inéditos e informes especiales. Nos hemos convertido en una fuente de referencia en el país y avanzamos paso a paso en América Latina.