#Informe | Optimismo racional: clave de la recuperación
En Aristimuño Herrera & Asociados, estamos proyectando un crecimiento de 9% para este 2022. Sin embargo, el país es como un enfermo cuyo padecimiento no ha sido superado, pero los síntomas se hacen más benignos al punto de recuperar algunas facultades. La mejoría es innegable, pero no se ha curado.
La economía venezolana se mueve en medio de grandes contradicciones. Mientras empresas extranjeras, especialmente del sector Alimentos, llegan a Venezuela y se plantean este mercado como uno de los potencialmente más rentables de la región, los gremios del Comercio y particularmente del área de Supermercados, indican que las proyecciones de ventas para este cierre del año han sido ajustadas a la baja.
Parece evidente que esta economía ha tocado fondo. Un elemento llamativo son las proyecciones recientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), las cuales indican que el PIB de Venezuela podría subir 6% este año y 6,5% en 2023, todo un cambio para una institución que, durante años, hizo proyecciones negativas –válidas, por supuesto- mucho más severas que las del resto de analistas nacionales y foráneos.
Posiblemente, en un momento cuando revisamos nuestras proyecciones económicas para este año y 2023, la verdad esté en un punto intermedio. En Aristimuño Herrera & Asociados, estamos proyectando un crecimiento de 9% para este 2022.
El país es como un enfermo cuyo padecimiento no ha sido superado, pero los síntomas se hacen más benignos al punto de recuperar algunas facultades. La mejoría es innegable, pero no se ha curado.
La economía venezolana está en un punto de inflexión que tiene elementos novedosos, como, por ejemplo, una capacidad de asumir mayores riesgos de su sector empresarial, lo que supone que las inversiones recientes parten de una comprensión clara de que las reformas que ha asumido el Ejecutivo Nacional no pueden estar sujetas a una posibilidad de cambio súbito.
Esas reformas no son producto de una revisión ideológica profunda, no es que el Gobierno haya renunciado a sus ideas más definitorias, sino de la capacidad de asumir que no hay otro camino que abrir la economía al capital privado, si se quiere generar una recuperación real de la economía nacional, no una mejora coyuntural, sino un crecimiento sostenido en el tiempo.
La respuesta del sector privado es de un optimismo racional. Aún siguen pendientes reformas sustanciales y algunas de las medidas tomadas van en contravía de esa recuperación, como la excesiva presión tributaria que está socavando muy especialmente la capacidad, ya no de crecimiento, sino de supervivencia de muchas empresas especialmente medianas y pequeñas.
Las medidas que no se toman, como una nueva apertura del sector petrolero, con mayor participación privada en negocios como la producción, refinación, petroquímica y gas, o la derogación de leyes que impiden el funcionamiento de mercados, así como las decisiones que lastran la recuperación siguen siendo amenazas relevantes.
Sin embargo, el clima de diálogo se ha consolidado, ahora hay más confianza entre la administración del Estado y los gremios empresariales, lo que representa una oportunidad invaluable para generar un proyecto de recuperación consensuado, con medidas contundentes que contribuyan a acelerar la marcha de la economía.
El optimismo es una condición indispensable para asumir riesgos financieros, pero el análisis del entorno debe hacerse con seriedad y sin dejarse llevar por ideas preconcebidas. Estos tiempos complejos muestran que la realidad siempre supera los límites estrechos de las ideologías y sus etiquetas.
Sin duda, hay muchos temas que dividen a la sociedad y problematizan la convivencia, pero hay que comenzar por acordarse para superar la crisis económica, esa crisis que ha aventado a más de 7 millones de venezolanos de su país, o que ha impactado negativamente las posibilidades de desarrollo de otros millones de compatriotas en su propio país.
Nuestra posición es clara: confiamos en los resultados del diálogo, somos optimistas, pero con una perspectiva ponderada de las actuaciones de los agentes económicos y sobre las consecuencias de sus decisiones.
En el Informe Privado de Aristimuño Herrera & Asociados más reciente, profundizaos en el análisis sobre la recuperación del país, igualmente presentamos un reporte sobre la situación y escenarios del mercado inmobiliario en Venezuela, así como un análisis sobre la estrategia de marketing con foco en estimular el consumo de manera eficiente.
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