#Inversiones2021 | Estos son los riesgos y perspectivas de la Bolsa de Caracas
En el mercado de valores venezolano no hay opciones para todos los perfiles de inversionistas. La situación económica del país y la ausencia de un plan integral de ordenamiento macroeconómico conspiran contra un crecimiento orgánico en la Bolsa de Valores y abren espacios solo para segmentos de inversionistas con baja aversión al riesgo.
Para José Miguel Farías, director de MásValor Casa de Bolsa, corredor público de títulos valores y asesor de inversiones certificado, están ocurriendo cosas muy importantes en los planos institucional y regulatorio en el mercado de valores; sin embargo, la cautela se impone antes de recomendar ampliamente a cualquier inversionista entrar al mercado.
«Es bastante difícil y hasta irresponsable promover la inversión en el mercado de buenas a primeras sin conocer el perfil del cliente. Venezuela es un mercado atractivo para inversionistas con baja aversión al riesgo o con mayor apetito de riesgo; sé de primera mano que hay muchos inversionistas internacionales interesados en entrar en el país, pero hay todavía muchas barreras regulatorias», indica Farías.
A partir de la aprobación de la vigente Ley de Mercado de Valores, en diciembre de 2015, la Bolsa de Valores de Caracas ha vivido un proceso de «renacimiento», con crecientes volúmenes de montos colocados en renta variable y, algo muy importante, con un incremento consistente de las emisiones de renta fija.
Sin embargo, 2020 terminó como un período en el cual la Bolsa de Valores de Caracas (BVC) no pudo alcanzar a la inflación y a la depreciación del tipo de cambio; es decir, en términos reales no resultó una apuesta rentable.
En números concretos, el Índice Bursátil Caracas (IBC) se rezagó más de 32% con respecto al cierre del tipo de cambio paralelo y 132,24% frente a la Inflación de la Asamblea Nacional correspondiente a noviembre.
A pesar de los rendimientos nominales elevados, el mercado no respondió como mecanismo de cobertura como lo había hecho en la década anterior y hasta hace pocos años.
«Para mí hay algo netamente alineado con factores operativos y la necesidad de generar más interés en el mercado, que va más allá de los números. Esta es una economía dolarizada en dos terceras partes, y no permitir que se transen títulos ampliamente en divisas, en una moneda distinta al bolívar, limita mucho la profundidad del mercado de cara a los inversionistas. Creo que eso va a cambiar este año y la Bolsa va a poder instaurar un esquema multimoneda. La emisión de Ron Santa Teresa es un avance«, sentencia Farías.
– Dónde estarían las oportunidades –
Si se le pide a José Miguel Farías concretar la mirada sobre las acciones con mejor potencial para el arranque de 2021, se refiere a las del sector servicios y empresas con vocación exportadora.
A su juicio, se prefiguran algunos cambios de dinámica en la gestión económica que podrían impactar positivamente a empresas de telecomunicaciones o del sector manufacturero con capacidad de facturar en divisas.
«Sin embargo, insisto en que la inversión en la Bolsa de Caracas, para el venezolano, tiene que verse de manera holística, y hay que tomar en cuenta temas como necesidades de liquidez en el corto plazo, los riesgos inherentes a cada sector y empresa, cómo afecta la depreciación del tipo de cambio y la inflación a los precios de los acciones, y hay que partir de un escenario de contracción económica para este 2021, no de 25% o 30% como en 2020, pero sí se espera un decrecimiento de entre 3% y 5%, con recuperación en ciertos sectores«.
Farías aporta una lista de empresas interesantes que han dinamizado el mercado de renta fija y que podrían, eventualmente, dar el salto a renta variable o generar emisiones muy atractivas en el futuro próximo: Laboratorios Calox -que acaba de comenzar a cotizar acciones-, Coca Cola Femsa, Papeles Venezolanos, C.A. (Paveca), Netuno, Farmahorro, Ron Carúpano, Firestone, Purina, Taurel, Pasteurizadora Táchira, Dayco, Ron Santa Teresa (que ya cotiza acciones), Mercantil Servicios Financieros (ya en pizarra), Fondo de Valores Inmobiliarios (con acciones en el mercado), Automercados Plaza, Locatel, y Vepica, entre otras.
– Un mercado pequeño y volátil –
A pesar del intenso esfuerzo de ajuste regulatorio que viene haciendo la Superintendencia Nacional de Valores (Sunaval) y la capacidad para resistir que ha mostrado la Bolsa de Valores de Caracas (BVC), lo cierto es que el mercado de valores sigue siendo muy pequeño, poco profundo y volátil.
Al cierre de 2020, el mercado transó poco más de 12 millones de dólares, cuando 25 años atrás movía entre 4 y 5 millones diarios. Farías señala que en la Caja Nacional de Valores hay apenas 43.500 cuentas de inversión activas, que representan 0,17% de la población que participa en el mercado. En Estados Unidos, esa proporción supera 50% y en el resto de los mercados de la región puede llegar a pasar, en promedio de 20%.
Sin embargo, el analista no duda que las tendencias alcistas en los volúmenes transados y, en general, de los precios de las acciones continuará. Es altamente probable que con un desempeño similar al actual, la BVC logre recobrar su rol positivo como herramienta de cobertura frente a la devaluación del bolívar y la hiperinflación.
«Para mí es positivo lo que está sucediendo a escala institucional, pero hace falta un plan económico integral que permita que la gente recupere poder adquisitivo y tenga capacidad de ahorro. Esta es una economía que ha caído 90%, con una pobreza de 90%. Nadie puede ahorrar, y el ahorro es el precedente de la inversión», indica José Miguel Farías.
«El hecho de una contracción tan grande del aparato productivo limita enormemente la capacidad de ahorro de la población y afecta negativamente los resultados financieros de las empresas. Resulta imperativo alcanzar un acuerdo que le permita a nuestro país alcanzar algo de estabilidad para iniciar un proceso de recuperación económica», recalca el experto.
– Renta fija –
A juicio del director de MásValor Casa de Bolsa, José Miguel Farías, el mercado de renta fija es la «buena noticia» para los inversionistas en valores.
«Hasta el 11 de diciembre teníamos 115 emisiones. El punto cero es 2015. El año pasado hubo 79, y en 2018, 49. Este mercado ha venido creciendo de manera consistente empujado por la contracción del financiamiento bancario, que se ha restringido más de 80% en el último año y medio. Aunque hay que decir que ambos mercados no se depredan mutuamente, sino que en economías normales funcionan de manera complementaria. Ambas vías de financiamiento sirven para distintas necesidades», dice el analista.
Farías es claro en señalar que, a su juicio, la Venezuela de los créditos bancarios laxos y los subsidios «se terminó», lo que genera una posibilidad muy clara de expansíón en el mercado de deuda empresarial.
No obstante, regresa a su foco de cautela frente a un mercado donde hay muchos logros, pero que necesita un entorno económico que consolide este período de crecimiento: «En Renta fija todavía hay mucho trabajo pendiente para que funcione con una tendencia de expansión orgánica. Todavía hay que agilizar procesos, aunque se han producido cambios estructurales que pueden tener impactos claros en el mercado».
«Las pymes representan la mayoría del parque industrial que queda. La Bolsa Agrícola puede ser ahora sí un proceso exitoso, porque hay grandes sectores interesados en que se vayan eliminando las asimetrías de información para la determinación de los precios de los productos. No hay mejor lugar que una bolsa para eliminar asimetrías de precios y distribuir adecuadamente los riesgos; pero todos estos procesos están en pleno desarrollo en un entorno complejo», advierte.
– Un nuevo rumbo –
José Miguel Farías es partidario de que se refuerce el trabajo de dar a conocer el mercado bursátil, que más segmentos de potenciales inversionistas conozcan cómo funciona, cuáles son sus normas, riesgos y garantías. En resumen, se trata de generar más confianza en el entorno bursátil, más allá de ofrecer rendimientos de corto plazo.
Su discurso se puede traducir como no apostar por un milagro o un «boom» providencial, sino, esta vez, consolidar el mercado, crecer orgánicamente e incorporar actores que le den solidez y profundidad.
En este sentido, propone crear instrumentos de ahorro previsional, plantear que aquellas empresas que podrían ser entregadas parcial o totalmente al sector privado se coticen en la Bolsa y que se otorguen paquetes de acciones a sus trabajadores. Que se entienda que el mercado de valores puede ser una vía expresa para comenzar a recuperar la capacidad de ahorro de los venezolanos. Todo en un entorno multimoneda, que reconozca la realidad de la dolarización.
«La economía está dolarizada a un nivel cercano a 60%, por lo tanto, permitir que se operen instrumentos en dólares y euros se impone como un paso lógico, si se quiere dar mayor sostenibilidad al mercado. La verdad es que va a tomar muchísimo tiempo para que el venezolano retome la confianza en el bolívar».
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